LAS FLORES DEL BIEN
PRIMERA PARTE
LA RISA LOCA E IDEAL
EN HOMENAJE AL MÁS GRANDE DE LOS POETAS MALDITOS CHARLES BAUDELAIRE
PREFACIO
La paz, la Doña, y la virtud son amigas
De las que nuestros cuerpos huyen;
Y a los cariños
Perros que no alimentamos
Morir, los dejamos morir
De lepra como a mendigos.
Somos en el miedo largos y generosos
Nos hacemos pagar bien
Nuestras confesiones
Ganando de nuevo los caminos pulidos,
Creyendo lavar culpas
Con viles traiciones.
Con la almohada del bien
YAVE-TRINO
Va golpeando nuestra alma
Con violenta piedad
Y su diente metafísico,
Locamente imprevisto,
Hace polvo de nuestra voluntad.
Todas las justicias
Sus espantos nos ceden;
Los hilos de la comedia los mueve su verbo
Y por eso del abismo,
Sin cesar jamás, ascendemos
Meando tinieblas que hieden.
Libres sin ruinas,
Lamemos con dolor
El seno magullado de una vieja Virgen María.
Chillamos, miedosos del goce,
A la carrera
Destemplándonos los huesos
Como limón calavera.
Apretada, hirviendo como…
Como pueblo de hermanitos
Nuestras mentes se repletan
De una turba celestial.
Al respirar, nos baña
Los pulmones con instintos,
La vida,
Verde río de corriente natal.
Si el fuego, el estupor,
El horror, el aguijón
Todavía en sus varios sabores,
No han chupado de nuestras existencias,
El cascajo banal,
Es “ay” porque nuestra alma cobarde
Se ha cagado.
PERO NO CITEN!!!
Osos, dragones, ni serpientes,
Cucarachas, koalas,
Escorpiones, reptiles,
Perezosos, vicuñas, sajinos,
Ornitorrincos, babosas,
Sanguijuelas, arañitas, arañotas,
Mosquitas de mar, de tierra
O de tu mente,
Virus aullantes,
Bichos picantes e insolentes.
Hay una más amorosa,
Más alta, más celeste
Y aunque abra en aullidos
la boca salvajina,
Gustosamente haría de la tierra
Su niña
y en una lagrima enorme
La desvestiría de mundo.
Es la RISA!!!
La pestaña metida
En todo llanto falso,
Soplando su pipa
Nos va dejando calatos…
Tu lector, la conoces
A esta risueña colosa
¡Hipócrita lector,
Amante mío!
MALDICIÓN
Cuando, por un decreto de la deidad suprema,
El Profeta aparece en el mundo entretenido,
Su madre rasga el velo de su alma que quema
Y ora a Dios, que la oye temblar compadecido:
“! AH, He parido una flor en un hato de escorpiones,
En él, el mundo sabrá de su miseria
¡Yo bendigo la noche de extrañas convulsiones
En que engendro mi vientre mi propia expiación!
Ya que entre todas las mujeres me has buscado
Para ser la cruz de mí bestial marido,
No permitas ¡oh Dios! Que arroje al fuego
A este niño que he parido
No permitas el flujo de mi hiel,
De mi odio implacable,
Sobre la vid, instrumento de tu bendición
Dame fuerzas para abrazar
Este tu árbol punzante,
Y que con mi sangre el pueda abrir
Su hoja, su flor.
Contrayendo su espíritu,
Traga su miedo impuro
Y leyendo los altos designios inmortales,
Ella misma se encierra
En su gehena obscura,
Para no dañar al bebe
Con las llamas de los tétricos crímenes maternales
Dejando en el trance una gota de eterno amor.
Entretanto, a cobijo de unas alas de nieve,
Crece el niño bendito
Sobrio en la oscuridad de la noche
Y en todo lo que come y en todo lo que bebe
Halla un dejo de néctar y de valor.
Y juega con la tormenta
Y calla con la aurora,
Y el áspero camino corroe con su canción
Un espíritu sigue su peregrinación
Y viéndolo furioso como un dragón, llora…rie.
Aquellos a quien ama le huyen con temor,
Dejando rastros sin color,
Saben que él los cubrirá de duelo
Tirando por el suelo su credo
De inmensa mediocridad.
En el vino y el pan que ha de gustar su boca
Echa el vulgo su muerte en carroña saliva;
Y con hipocresía aceptan lo que él toca
Y en las sendas la huella
De sus pasos borran.
Su mujer va clamando por las públicas plazas:
-Ya que él me encuentra buena y me viene a amar,
Seré como las momias de las antiguas razas,
Y el cuerpo todo me lo hare vendar.
Al agua y al fuego pediré su cobija
Me despojare de mi tesoro y mi vino
Para saber si puedo
En su alma que me mira
Usurpar la misericordia de su culto divino.
Y cuando este sin vida
Delante de su rito pio,
Pondrá sobre mí su voz
Que rige su pasión
Y sus aullidos, iguales a los de un lobo
Sabrán abrirse paso hasta mi corazón.
Meterá en mi la lagrima que le dono su madre,
Lagrima de ave herida, que palpitaba en su pecho,
Para que Dios en el Cielo en mí su gloria halle.
En el infierno, trono gris de la extensa llaga
El Profeta sumerge sus dos brazos piadosos
Y los resplandecientes fulgores de su alma
Le muestran la visión de los pueblos furiosos.
¡Se maldito, Diablo!
Que das el miedo
Como vil medio de todas nuestras impurezas
Licor destilado en humus maligno
Que anticipa a los hombres, saberse su eterna presa.
Yo se que le guardas
Al profeta un lugar
En las filas bestiales
De las endemoniadas legiones
Y que en eterna carnicería me invitas a matar,
Con los principados, vicios y abominaciones.
Yo se que la indiferencia es tu autentica maldad
Que el cielo y los hombres jamás compondrán
Por lo mismo se de la corona separada para mi
Llena de mágica tristeza
Como forjada por casi todos los tiempos
Por casi todos los mundos.
Satanás, se que las joyas de la antigua era,
Los metales ignotos,
Las piedras de la mar,
No son los suficientemente fuertes
Para entrar en tu furia
De donde la maldita corona has de arrancar
Sé que para tejerla,
Buscaras obscuridades del abismo primitivo
En la sangrienta entraña,
-Y sé que mi alma
Ante esta gran obscuridad
No palidece
Ni se calla…
LA GAVIOTA
Los niños de la tierra con candor salvaje
Suelen soplar gaviotas,
Pequeñas aves marinas,
Que siguen en su sombra a los ángeles,
Con los cantos de las playas,
Haciendo junto a ellos bailar a las olas
Sobre espumas amargas.
Pero apenas el niño cese,
Se olvida el hombre de soltar gaviotas al tiempo,
Hecho pescador las va hiriendo;
Dejándolas como dibujo de su odio en la arena,
Y la halada palabra de veranos y primaveras
Va siendo enterrada en neblinas de invierno
Por pestes de otoño.
Mas su cuerpo tendido
Hace en el pecho anciano un nudo,
Al recordar sus momentos en castillos de orilla,
Cuando su alma la verdad del mar sentía.
El Profeta, es a imagen de esta reina de las brisas,
Que desdeña a la muerte y se sumerge al amar.
Ya en la arena salada,
Sacrificada en violencia por los vientos,
Su sombra ínfima de Arcángel no le deja descansar.
LA REVELDE
Un Demonio, Helado
Como una sombra plena,
Acaricia los cabellos
A la Bella y susurra…
Inteligente, ¡Cumplirás tus deseos
hasta vencer la fe maldita!
Porque soy tu cisne,
¡Puedes! así lo quiero.
Sabes que has de hacer morir
Con vil dulzura
Al pobre, al bueno, al genio,
Al generoso, al indigente,
Porque al pisar Belcebú,
Brames! Orgullosamente,
Como una carne bestial,
Tu maldita soledad.
Pronto antes que
Dios en tu pecho
Encienda su llama,
En su calor todo éxtasis
De pasión estalla,
¡El es la fuente del dolor verdadero!
El Demonio que es príncipe
De toda gran oscuridad,
Porque esta en la nada
Seduce a la niña
Con el vació del abismo
Ella Ruge sin desmayar
“¡No quiero!”
LOS FAROS
POEMA A NUNCA TERMINARSE
-CRISTO- Amante Dolor,
cuanto te desconocemos,
Rey, Cordero, Amigo
¡Que nos has hecho!
¿Quién te lo pidio?
¿Quién te lo pidio?
¿Quién te lo pidio?
Santas gracias
-EL CHE-Dignidad
Mierda Dignidad
Hombres Americanos tiemblen
El Che vive
El Che sufre
El Che Guevara lucha
¡Dignidad Cobardes, Dignidad!
-Vallejo , Caliz de la vida,
Trilce, abismo hondo, risa,
juventud, muerte, poeta.
Llamare a todas las Marías
Que se te fueron,
Para volverte a llorar
Ya que este país
Ha dejado de hacerlo.
Hermano ausente
Mientras vienen… yo te lloro.
-José Carlos Mariategui
Fui yo quien te dejo sin piernas
¿Me reconoces?
Y fuiste tú,
Quien se comió mis sueños.
Ahora yo solo puedo soñar
Con tus palabras,
Mientras que tú
Aun hoy sigues caminando.
-Manuel González Prada
Libertad,
Un hombre libre
Vengan a verlo
Cóndores y serpientes
Falsos profetas, delincuentes.
Traigan a sus niñas
A sus mujeres,
Para que las preñe,
Para hacer patria,
Para vivir decentemente.
Hay que rehacer a Marcell Duchamp
antes que Marcell Duchamp nos rehaga a nostros.
En los cadaveres de la liebre y el coyote
de Joseph Beuys se encuentran todos los secretos del Arte.
Si quieren conocer el mar
conozcan primero a Martin Adan.
Eielson es Eielson.
-Arguedas-
Cuando dejare de aprehenderte
Todos tenemos una madre India
Pero pocos como tú
Beben de su sangre.
-Gamaliel Churata!
Atalaya pétrea
Hila, hila,
Que tu tejido arda,
En cantos de guerra
Khori Hayllis
Pez de Oro.
-Tupac Amaru
¡Hay en el indio
Tanto dolor
Y en el dolor tanta esperanza!
-Teresa de Jesús
Amor mío!
Tiernas florecillas
En un jardín de academos
Reinos de verdad
Agradece Humanidad
Hombres barco,
Silven, silven!...
Su Eternidad.
A UNA MUJER
Un temible altar quiero hacerte, amada,
Cavando en las profundas heridas de mi vida,
Y lleno de deseo de todo, corazón,
Convertiré a mi espíritu en el más hondo rincón,
En quebranto de niño esmaltado de azul,
Donde tú te levantes, Santa maravillada
con mis versos ásperos y sabiendo a barro,
ardientemente marcados con rimas de carbón,
haré, para tus sienes una enorme corona
y de mis propios celos ¡OH celestial warmi!
Sabré cortarte un manto de tallas bien estrechas,
Rígido, burdo, grueso,
Forrado de tristezas,
Que aprisiones tus gracias y nadie logre verlas:
Lo bordare de lágrimas si me faltaran piezas.
Tu túnica será mi deseo ferviente,
Que en los altos es misa
Y en los valles desposo,
Revistiendo de un beso tu cuerpo Indio, rojo.
Ya que a tus pies estoy día y noche sujeto,
Sandalias te haré de mi propio respeto,
Sandalias que de mis zarzas y espinas te preserven
Y te tomen la forma divina y te conserven.
Si mi arte no lograra en su torpeza ingrata
Darte por aura una luna calma,
Yo depondré a tus plantas la funesta serpiente
Que el pecho y las entrañas me muerde impiamente,
Y tu calcañar Santo, aplastara, ¡Oh Gloriosa!
Su estúpida testuz y su boca asquerosa.
Veras mis sueños colocarse en hilera
Sobre tu altar de virgen y arder como la cera
Y con ojos de fuego dulcemente mirarte
Consumiéndose todos con afán de alumbrarte.
Como cuanto es mío todo se me va a ti,
Todo yo me haré incienso, mirra, aloe, benjuí,
Y hacia ti, eternamente, cumbre blanca y nevada
Ascenderá en vapores mi alma desamparada.
Tu transformación ¡OH, mujer gloriosa!
Comenzando en Maria, continuara en Dolorosa.
¡OH sed inextinguible de los votos colmados!
Me armare piamente con las siete cruces:
De las siete cruces haré siete espadas,
Las hojas aceradas, los mangos apretados,
Y abriendo en lo más hondo de mi amor otra herida,
Las clavare en mi pecho quitándome la vida:
S abrirá en ocho heridas mi corazón temblando…
Tu corazón muriendo,
Tu corazón sangrando.
LA VOZ
Mi cuna era la de una torre vencida,
Babel, donde a lo vivido se le erigió el silencio;
Allí mis herencias: Judeo Cristiana, Greco Latina,
Social Libertaria, Negro Africana, Árabe Musulmana,
Brahamanista, Budista, Taoísta, Confucionista, Oriental,
Anglo latino americana, e indio americana se separaban.
Yo no era más que un grano,
Y las voces me hablaban;
Una cálida e impositiva decía:
Vienes del cielo, eres un ángel
Dios te mandara
Por Agua y Fuego
Y tu dolor abonara la tierra,
Siempre que ante el Padre
Tu ser este humillado.
Y de niño yo obedecía,
Siendo alimentado en las noches por caricias celestiales,
Y en el día purgado por terribles ardores
Iba bien y sufría sin poder entender nada,
Entonces se levanto una voz atrevida,
Que firme prometía:
“Es esta tierra como un panal muy lleno,
Yo puedo (y tu placer no tendrá entonces freno)
Hacerte un apetito igual a su cabida”
Ven y en sueños yo lograre que vayas
Mas allá de lo visto y de lo conocido.
Esta voz cantaba como el viento de las playas,
Fantasma que se sabe de un país vencido,
Mas que sopla a tu espíritu y a la vez lo domina.
Y yo le dije:
“Si, dulce voz”
De aquel día data lo que podemos apedillar
Mi ruina y mi fatalidad
Tras la vidente orgia de la existencia inmensa,
En el más negro abismo veo distintamente singulares visiones,
Victima pasmada de mi propio espejismo,
Voy arrastrando víboras que muerden mis talones.
Desde el instante aquel, como profeta adoro tiernamente
El desierto y la mar;
Rio en los lutos, lloro en las fiestas inquietas,
Y el vino más amargo me es dulce al paladar.
Tomo grotescamente los hechos por ensueños,
Y, contemplando el cielo, doy en un pozo a poco:
Pero acude a mí una tercera voz:
“ Guarda tus sueños!
El sabio no los tiene tan bellos como el loco”
Entonces troco mis sueños en ideales,
Y despierto las águilas de los pueblos furiosos,
Junto a ellos me baño en sangre, dándome banquetes luctuosos.
Rasco en los poderes todas sus mentiras,
Me paseo por todos sus calabozos,
Sin en ningún lado poderle encontrar al pueblo
Su ansiada libertad y gozo.
Caigo en el tiempo para aun ahí tratar de buscarlos,
Y su ritmo encadena otra voz misteriosa,
Salta mi cuerpo mi alma goza,
Si no soy Dios en este momento,
¿Pues qué otra cosa?
Bramo y lleno los cuerpos de mil mujeres,
Mis vástagos se cuentan en cien mil,
Todos estos arman un solo miembro,
Una carne danzante
En hambre
Y en fusil.
Heme aquí hijos vengan a devorarme,
Calmen su pecho, consuelen con mi cebo a sus madres,
Para algo en este mundo debo de servir;
Pero se marchan no se atreven a tocarme,
Aunque en lo hondo no pueden dejar de culparme
¡Donde esta Dios tu Ángel para castigarme…
¡En la montaña!
Revienta otra voz
Mi cuerpo otra vez arde pero ahora lo se lo entiendo
Hundiendo mis ojos en el suelo, recibo del cielo
Una nueva moral,
Con ella cubro mi cuerpo y lleno de dolor mis huesos.
¡A LA MONTAÑA!
Vagabundos, comerciantes,
desde aquí se hará la santa guerra
de esta verdad sangrante,
y me escuchan, y marchan por todo mi infierno:
Los veo servir, los veo soñar, los veo morir,
Y es cuando ya no puedo.
“Renuncio a todo, nada quiero”
Habla por mí otra voz,
De pronto me despojo de mi cubierta,
De mi deseo de dolor.
Y ahora en mí, los dragones aposentan sus nidos,
Cuanta paz, cuanto vacio,
Si abro mi boca suspiro belleza,
Hasta las más pequeñas palabras
Se arman en poesías brillantes;
A lo lejos aun se ve a alguien
Pero que importa,
Aun cuando este riendo, que importa,
Aun cuando me este muriendo.
Ya no soy yo,
Soy la brisa oculta del fuego,
El calor del agua del mañana,
La arena y su sol.
Más aun así
Mi risa no se calla, no se salva,
Por ella regreso.
Y me cago de risa en mi propia risa
Y es que en todo este tiempo mi risa al mundo se fue consumiendo,
Y ahora lo excreta en mojones tecnológicos, con bombas de hielo,
En trillón de fractales, formando hipermercados virtuales.
Que busca mi risa con tanta mierda si no dejar de reírse,
Pero su muerte es de no creerse,
Ahí esta toda desolada, vacía en si misma, regada en cadáveres
De todos los tiempos, más nada va sintiendo.
Quiere el control, el poder, sin jamás obtenerlo;
Entonces programa toda mi alma,
Trata de rediseñar mi cuerpo, de apagar los espasmos,
Pero mi reflejo de anciano en las estrellas,
La revuelca desde adentro,
Tiene gracia eso de estarme extinguiendo en el propio pozo
De las lagrimas de mi risa… ja ja ja ja ja ja ja ja ja ja ji ji ja
Risa, Risa loca, ¡SILENCIO!..
Ya estoy muerto.
A mi cadáver vienen los pocos que a mi risa sobrevivieron,
Reconozco en ellos a los constructores de mi cuna,
Babel,
En mi silencio han vuelto a escucharse,
Me toman de los cuatro extremos y jalan hasta descuartizarme,
Ilusos sueñan con que algún dolor siento,
¿Qué quieren de mi, acaso una lágrima última?
¿Será una flor?
Más tiran sin cansarse, en algo están creyendo
¡Ah…es Ella!
Y en ella están todas adentro de mi aliento,
Ella me levanta,
En un abrazo tierno
Y en su abrazo, solo pronuncia una palabra:
“Runa”
Y por fin abono la tierra.
lunes, 26 de julio de 2010
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