martes, 17 de octubre de 2017

IACHEY LA JUSTICIA DE DIOS-CIELO

Emanuel-Recibid el beso de la Fe. De ahora en adelante, os dormiréis creyendo y os despertaréis creyendo; la duda ya nunca más hará nido en vuestras almohadas, ni paralizará vuestros pies con titubeos.
Kausay Humildad
La palabra con fe crea, la fe es creatividad, con el Kausay reconocemos la existencia de los seres y les damos existencia.
Anya abran sus ojos
Debajo de ustedes está el purgatorio y arriba en la corona de su cabeza el Sahasrara, el primer chacra
Munay He aquí la guerra
Miren como se esfuerzan vanamente para purgar este pecado de soberbia que invierte el Chackra Sahasrara pero yo te pregunto madre como podemos convertir  el Sahasrara invertido hecho soberbia en sahasrara convertido hecho humildad.
Madre-Hágase en mi según tu palabra he aquí la esclava del Señor
Iachey
Abran el reino que los que purgan el pecado de la soberbia suban al arca sus oraciones han sido escuchadas.
Iachey es la palabra sagrada que altera los sistemas abriendo y cerrando el Reino del Señor
Ayni
Hagan el primer tejido en el Sahashara con todos los que suban al arca, es su ser el que construye el arca biotejido en el Amor de Dios. No olviden el biotejido de la humildad base de cualquier construcción.

Kausay  Generosidad
Anya-Ajña Tercer ojo
Munay El nombre de Cristo Jesús echamos fuera toda avaricia que sea la generosidad
Iachey-Vengan todos ustedes hombre y mujeres del purgatorio, he aquí el arca de la libertad
 Ayni-Sea este el tejido de la generosidad segundo tejido para cualquier construcción y armazón de nuestra arca.
Kausay Paciencia
Anya-Vishuda garganta
Munay-En el sagrado nombre de Cristo Jesús echamos fuera toda ira que sea la paciencia
Iachey-Todos los que pecaron con la ira ya han sido perdonados entren en el reino de Dios
Ayni-Haced este tercer biotejido de paciencia base de cualquier construcción y clave para todo el viaje del arca de la libertad

Kausay-Caridad
Anya -Anahata corazón
Munay-Conozcan ustedes hombres del purgatorio la justicia de Dios :
En mi boca no hay juicio, sino la Sagrada Comprensión. No vinimos para juzgar al mundo, sino, por el contrario, para desenjuiciarlo, pues sólo la ignorancia gusta vestirse con la toga y el birrete, interpretar la ley y aplicar las penas. El más despiadado juez de la ignorancia es la propia ignorancia. Fijémonos en el hombre. ¿Acaso no está dividido en dos, por ignorancia, atrayendo de esta manera hacia sí la muerte, así como hacia todas las cosas que componen su mundo dividido? En verdad os digo que no hay Dios y hombre, sino Dios-Hombre u Hombre-Dios. Sólo existe el UNO. Aunque esté multiplicado o bien dividido, es siempre el UNO. La unidad de Dios es la eterna ley de Dios. Es una ley que se cumple por sí sola. No tiene necesidad de tribunales ni de jueces que proclamen y sustenten su dignidad y su fuerza. El Universo -—lo visible y lo invisible— es una sola boca que proclama la unidad de Dios a aquéllos que tienen oídos para oír. ¿No es el Mar —aunque vasto y profundo— una sola gota? ¿No es la Tierra —por extensa que sea— una sola esfera? ¿No son las esferas —aunque innumerables— un solo universo? También la humanidad es un solo hombre. De manera semejante, el hombre, con todos sus mundos, es una unidad completa. La unidad de Dios, queridos compañeros, es la única ley de la existencia. El otro nombre que se le da es Amor. Conocerla y ajustarse a ella es permanecer en la Vida. Pero cumplir cualquier otra ley es habitar en el no-ser, o sea, en la muerte. La vida es cosechar; la muerte es esparcir. La vida es unir; la muerte, desunir. Por eso, el hombre dual está suspendido entre las dos. Pues él recolecta, pero solamente esparciendo. Y él une, mas solamente desuniendo. Cuando cosecha y une, guarda la Ley, y su recompensa es la Vida. Al esparcir y desunir, peca contra la Ley, y su amarga recompensa es la muerte. Vosotros, que os condenáis a vosotros mismos, queréis sentaros para juzgar a los hombres que se han auto-condenado, como vosotros. ¡Qué horribles jueces y qué horrible juicio! Menos horrible sería ver a dos sentenciados, condenándose mutuamente a la horca. Menos ridículo sería que dos bueyes, atados al mismo yugo, se dijesen mutuamente: «Quisiera atarte al yugo». Menos macabro sería ver a dos cadáveres metidos en una misma fosa, condenándose mutuamente a la fosa. Menos digno de compasión sería que dos ciegos se arrancasen mutuamente los ojos. Evitad sentaros en el tribunal, queridos compañeros, pues para poder pronunciar juicio contra alguien o contra algo, no solamente debéis conocer la Ley y vivir de acuerdo con ella, sino también oír el testimonio. ¿Y a quién oiríais como testigo en cada caso que se presentase? ¿Llamaríais al viento para que declarase en el juicio? Pues el viento auxilia y provoca todo lo que ocurre bajo el cielo. ¿O citaríais a las estrellas? Pues ellas presencian todo lo que sucede en el mundo. ¿O enviaríais citaciones a todos los muertos, desde Adan hasta hoy? Pues todos los muertos están viviendo en los vivos. En cada caso, para tener una testificación completa, es preciso el testimonio del Cosmos. Si os fuese posible llevar el Cosmos a los tribunales, ya no sería necesario constituirlos. Abandonaríais vuestro sitio en el tribunal y dejaríais que el testigo fuese el juez. Cuando lo sepáis todo, no juzgaréis a nadie. Cuando podáis reunir a los mundos, no condenaréis ni tan siquiera a uno de los que dispersan, porque entonces labréis que la dispersión ha condenado al que dispersa. Y en lugar de condenar a aquél que se condena a sí mismo, os esforzaréis para que su condena le sea perdonada. Ahora, el hombre está sobrecargado con la carga que él mismo se impuso. Áspero y sinuoso es su camino. Cada juicio suyo es una nueva carga, tanto para el que juzga como para el que es juzgado. Si queréis aliviar vuestra carga, no juzguéis a hombre alguno. Si queréis que desaparezca vuestra carga, sumergios y perdeos para siempre en la Palabra. Que la Comprensión guíe vuestros pasos, si deseáis que vuestro camino sea recto y llano.  
Iachey-Acepten el perdón de Dios que es su único y real juicio sobre ustedes, en el nombre de Cristo Jesús echamos toda envidia fuera que sea la caridad
Ayni-He aquí el arca, he aquí su corazón he aquí el fluir de su sangre en el principal biotejido del amor.
Y he aquí es este tejido todo se convierte, lo que estaba invertido en la carne dominado por la voluntad de poder hoy se convierte en el amor de Dios al Espíritu y siempre que sea en el amor de Dios porque si no el espíritu caer en el totalitarismo, en el despotismo, en una dictadura cometiendo pecados peores de los que puede cometer la carne, conozcan pues  Espíritus la esencia de Dios su amor  y su caridad donde solo existe el perdón y convierttanse en el nombre de Cristo JesúsAmén.



Kausay-Templanza
Anya-Manipura Plexo solar
Munay-En el nombre de la justicia de Dios echamos fuera toda gula que se a la templanza que los hombre encuentren su equilibrio como la cuerda que nos da su armonía, ni tan tensa ni tan floja sino justa en Cristo.
Iachey-Reciban la justicia de Dios y su templanza para ustedes está separado el reino desde el principio de los tiempos.
Ayni-Tiemplen toda el arca con el quinto biotejido para que pueda resistir toda tormenta de voluntad de poder superando toda tentación sin este quinto biotejido toda construcción perecerá.

Kausay-Castidad
Anya-Swadisthana Sacro
Munay- En el nombre de la justicia de Dios Echamos fuera toda lujuria que sea la castidad mirad en todo la presencia de Dios.
Iachey-Dejen de atormentarse reconcilience con su cuerpo sagrado, reciban el perdón deDios.
Ayni- Biotejan con la castidad este sexto tejido y toda noche oscura pasara.

Kausay-Diligencia
Anya-Muladhara Raíz
Munay-Donde han puesto la raíz de su árbol, reconózcanse ¿Qué son?, sin han puesto la raíz solo en la arena, nada se puede hacer, pero sin han reconocido a Cristo Jesús como su señor y Salvador y vuelven a este primer amor toda la fuerza toda la vibración los hará crecer y no habrá cansancio y no habrá pereza, vibraran con todo el cosmos miren ustedes en Cristo Jesús son el árbol de la vida.

Iachey -Reciban el reino de Dios abran las puertas del cielo Y digan yo tengo a Cristo Jesús en mi corazón, yo deseo a Dios, yo puedo alcanzar la salvación, yo Amo al Señor mi Dios y a todo lo que es en el amor de Dios y a todo lo que será en ese amor, yo Hablo pureza, profeso este amor, yo comprendo este amor y yo soy en este amor, Amen
Ayni-He aquí el ultimo y primer biotejido del ser donde todos somos diligentes para vibrar creando en el amor de Dios, he aquí el arca de la libertad que se abran los cielos hemos llegado. Somos arboles de la vida, en el Amor de Dios.

Y lo cielos se abrieron y todos los que estaban en el infierno y en el purgatorio entraron al Reino de Dios gracias a su justicia en Cristo Jesús.

Enoc nos recibe montado en un Unicornio El primer Espíritu de Dios espíritu de fidelidad y nos cuenta sobre la rebelión de los Dragones:
 Así sucedió, que cuando en aquellos días se multiplicaron los hijos de los hombres, les nacieron hijas hermosas y bonitas;

2 y los Vigilantes, hijos del cielo las vieron y las desearon, y se dijeron unos a otros: "Vayamos y escojamos mujeres de entre las hijas de los hombres y engendremos hijos".

Estos son los nombres de sus jefes: Shemihaza, quien era el principal y en orden con relación a él, Ar'taqof, Rama'el, Kokab'el, -'el, Ra'ma'el, Dani'el, Zeq'el, Baraq'el, 'Asa'el, Harmoni, Matra'el, 'Anan'el, Sato'el, Shamsi'el, Sahari'el, Tumi'el, Turi'el, Yomi'el, y Yehadi'el.

Kausay Santa pacha fidelidad oh ustedes Ángeles por los que intercedí ante el Señor, ustedes que no fueron files a Dios en el nombre de Cristo Jesús Sean perdonados y santificados.
Y un coro de Ángeles prisioneros en la tierra comenzó a cantar y alabar a Dios.
Kausay Santa pacha Fidelidad Ye qon Tu Príncipe de las nubes que te agachaste para ver la belleza de las hijas de los hombres y perdiste tu corona en la tentación, recibe hoy el perdón de Dios y deja ya ser el Dragon del Espíritu y regocíjate en el Espíritu de su señor.
Kausay Santa pacha Fidelidad K asde ya el tu Príncipe del seno de la Tierra que enseñaste a los hombres a adorarte en vez de que adoren  su creador, recibe hoy e perdón De Dios  y deja de ser el Dragón negro y en regocíjate en la nueva creación de tu señor. 
Kausay Santa pacha fidelidad Panamuel Tu príncipe del corazón que te dejaste corromper por el dolor de los hombres y perdiste la fe en tu señor, recibe hoy el perdón de Dios y deja de Ser el Dragón Rojo, gran Dragón entra por fin ene l amor de tu señor estas perdonado.
Kausay Santa pacha fidelidad Shemihaza tu que lideraste a los vigilantes para que se unieran con las mujeres y procreaste a los gigantes y a toda la raza de los Nefilim Sean todos ustedes perdonados, toda la raza de los caídos, todos los vigilante que te acompañaron y deja ya de ser el Dragon de perla y vuelve a ser el él príncipe Vigilante de tu Señor.
Y dicho esto Enoc tomo las 4 copas del arca de la libertad y echo los líquidos que en ella estaban y se oyó un coro de Ángeles que venía de la tierra Alabado sea el nombre de Dios.

1[¡Aleluya!]
Alabad al Señor en su templo,
alabadlo en su fuerte firmamento.
2Alabadlo por sus obras magníficas,
alabadlo por su inmensa grandeza.
3Alabadlo tocando trompetas,
alabadlo con arpas y cítaras,
4alabadlo con tambores y danzas,
alabadlo con trompas y flautas,
5alabadlo con platillos sonoros,
alabadlo con platillos vibrantes.
6Todo ser que alienta alabe al Señor.
[¡Aleluya!]



Luego nos contó del misterio de la historia de las razas de los hombres y de las semanas en el plan de salvación.
Y dijo:  Kausay Santa pacha fidelidad ustedes lobos hombres, toros hombres, elefante hombres y todas las razas de los hombres que lucha contra Dios escuchen son perdonados no desprecien la misericordia de su señor, conviértanse en ovejas, lo que es imposible para el hombre no es imposible para Dios tenga fe y obedezcan a su pastor.
Y se escuchó un coro de hombres que venía de la tierra que cantaban a Dios

Te ensalzaré, Dios mío, mi Rey;
bendeciré tu nombre por siempre jamás.
2Día tras día, te bendeciré
y alabaré tu nombre por siempre jamás.
3Grande es el Señor, merece toda alabanza,
es incalculable su grandeza;
4una generación pondera tus obras a la otra,
y le cuenta tus hazañas.
5Alaban ellos la gloria de tu majestad,
y yo repito tus maravillas;
6encarecen ellos tus temibles proezas,
y yo narro tus grandes acciones;
7difunden la memoria de tu inmensa bondad,
y aclaman tus victorias.
8El Señor es clemente y misericordioso,
lento a la cólera y rico en piedad;
9el Señor es bueno con todos,
es cariñoso con todas sus criaturas.
10Que todas tus criaturas te den gracias, Señor,
que te bendigan tus fieles;
11que proclamen la gloria de tu reinado,
que hablen de tus hazañas;
12explicando tus hazañas a los hombres,
la gloria y majestad de tu reinado.
13Tu reinado es un reinado perpetuo,
tu gobierno va de edad en edad.
* * *
El Señor es fiel a sus palabras,
bondadoso en todas sus acciones.
14El Señor sostiene a los que van a caer,
endereza a los que ya se doblan.
15Los ojos de todos te están aguardando,
tú les das la comida a su tiempo;
16abres tú la mano,
y sacias de favores a todo viviente.
17El Señor es justo en todos sus caminos,
es bondadoso en todas sus acciones;
18cerca está el Señor de los que lo invocan,
de los que lo invocan sinceramente.
19Satisface los deseos de sus fieles,
escucha sus gritos, y los salva.
20El Señor guarda a los que lo aman,
pero destruye a los malvados.
21Pronuncie mi boca la alabanza del Señor,
todo viviente bendiga su santo nombre
por siempre jamás.

 Luego nos contó del nacimiento de Noé
Cuando el niño nació su carne era más blanca que la nieve más roja que la rosa, su pelo era blanco como la lana pura, espeso y brillante. Cuando abrió los ojos iluminó toda la casa como el sol y toda la casa estuvo resplandeciente.

Y Noé vino a nosotros con una corona de Fidelidad y dijo
Bienaventurados los pobres de Espíritu porque de ellos es el Reino de los cielos
Kausay Santa Pacha fidelidad sean benditos y se escuchó el coro de todas las criaturas en el Cielo. 
[¡Aleluya!]
Alabad al Señor en el cielo,
alabad al Señor en lo alto.
2Alabadlo, todos sus ángeles;
alabadlo, todos sus ejércitos.
3Alabadlo, sol y luna;
alabadlo, estrellas lucientes.
4Alabadlo, espacios celestes
y aguas que cuelgan en el cielo.
5Alaben el nombre del Señor,
porque él lo mandó, y existieron.
6Les dio consistencia perpetua
y una ley que no pasará.
7Alabad al Señor en la tierra,
cetáceos y abismos del mar,
8rayos, granizo, nieve y bruma,
viento huracanado que cumple sus órdenes,
9montes y todas las sierras,
árboles frutales y cedros,
10fieras y animales domésticos,
reptiles y pájaros que vuelan.
11Reyes y pueblos del orbe,
príncipes y jefes del mundo,
12los jóvenes y también las doncellas,
los viejos junto con los niños,
13alaben el nombre del Señor,
el único nombre sublime.
Su majestad sobre el cielo y la tierra;
14él acrece el vigor de su pueblo.
Alabanza de todos sus fieles,
los hijos de Dios, su pueblo escogido.



En medio delas alabanzas el arca se movió dónde estaba Moisés
El cual al igual que Noé  tenía en la mano un cuerno
Que representa el poder del segundo espíritu la tortuga eterna
Espíritu de sabiduría y Moisés nos habló de la ley de Dios.
El Amor es la Ley de Dios. Vivís para que podáis aprender a amar. Amáis para que podáis aprender a vivir. Esa es la única lección que se exige al hombre. ¿Y qué es amar, sino que el que ama absorba lo amado para siempre, de modo que los dos sean uno? ¿A quién o a qué debemos amar? ¿Podemos elegir cierta hoja del Árbol de la Vida y derramar sobre ella todo nuestro corazón? ¿Y la rama que originó la hoja? ¿Y el tronco que sustenta la rama? ¿Y la corteza que protege al tronco? ¿Y las raíces que alimentan la corteza, el tronco, las ramas y las hojas? ¿Y el suelo que oculta las raíces? ¿Y el Sol, el agua y el aire que fertilizan el suelo? Si la pequeña hoja de un árbol merece vuestro amor, ¡cuánto más lo merecerá todo el árbol! El amor que separa una fracción del todo, se predestina al sufrimiento. Diréis: «Pero hay muchas, muchísimas hojas en un solo árbol. Unas están sanas, otras enfermas; unas son bellas, otras feas; algunas son gigantes, otras enanas. ¿Cómo sería posible no elegir?» Y os diré: de la palidez de la enferma, proviene la frescura de la sana. Y os diré más todavía: la fealdad es la paleta, la pintura y el pincel de la belleza, y las enanas no serían tan diminutas si no hubiesen dado parte de su altura a las gigantes. Vosotros sois el Árbol de la Vida. ¡Guardaos de dividiros a vosotros mismos! No pongáis un fruto contra otro, una hoja contra otra, una rama contra otra, ni pongáis el bronco contra las raíces, o el árbol contra el suelo nutricio. Exactamente eso es lo que estáis haciendo cuando amáis a una parte más que a las demás, o la excluís del resto. Vosotros sois el Árbol de la Vida. Vuestras raíces están en todas partes. Vuestras ramas y hojas están en todas partes. Vuestros frutos están en todas las bocas. Cualesquiera que sean los frutos de ese árbol, cualesquiera que sean sus ramas y hojas, cualesquiera que sean sus raíces, son vuestros frutos, son vuestras hojas y ramas, son vuestras raíces. Si queréis que el árbol dé frutos dulces y aromáticos, si queréis que esté siempre fuerte y verde, vigilad la savia con que alimentáis sus raíces. El Amor es la savia de la Vida. El odio es el pus de la muerte. Pero el Amor, al igual que la sangre, debe circular por las venas sin obstáculos. Reprimid el movimiento de la sangre, y ésta se convertirá en una amenaza, una plaga. ¿Y qué es el odio, sino el Amor reprimido, el Amor retenido, que se convierte en mortal veneno, tanto para el que lo alimenta como para el que es alimentado, tanto para el que odia como para el que es odiado? Una hoja amarilla en vuestro Árbol de la Vida es solamente una hoja a la que le faltó amor. No culpéis a la hoja amarilla. Una rama reseca es solamente una rama sedienta de Amor. No culpéis a la rama reseca. Una fruta podrida es solamente una fruta que fue amamantada con odio. No culpéis a la fruta podrida. Antes culpad a vuestro corazón ciego y egoísta que repartió la savia de la vida a unos pocos, y la negó a otros muchos, negándosela de este modo a sí mismo. Ningún amor es posible salvo el amor a sí mismo. Ningún ser es real salvo el Ser que todo lo abarca. Por eso Dios es Amor, porque se ama a sí mismo. Si el Amor os hace sufrir, es porque todavía no habéis encontrado vuestro propio ser, ni habéis hallado todavía la llave de oro del Amor. Porque si amáis a un ser efímero, vuestro amor es efímero. El amor del hombre por la mujer no es Amor. Es algo muy diferente. El amor de los padres por los hijos es tan sólo el umbral del sagrado templo del Amor. Mientras que todo hombre no ame a toda mujer y viceversa; mientras que todo niño no sea hijo de todos los padres y de todas las madres, y viceversa; dejad que todos los hombres y todas las mujeres ensalcen las carnes y los huesos que se apegan a otras carnes y a otros huesos, pero jamás deis a eso el sagrado nombre de Amor. Sería una blasfemia. No tendréis un solo amigo mientras os consideréis enemigo, aunque sea de un solo hombre. ¿Cómo podría el corazón que abriga hostilidad, ser un refugio seguro para la amistad? No conoceréis la alegría del Amor mientras haya odio en vuestros corazones. Si alimentaseis con la savia de la Vida a todas la cosas, salvo a un pequeñísimo gusano, ese diminuto gusano transformaría en amargura vuestra vida, pues cuando amáis a alguien o a algo, en realidad solamente os amáis a vosotros mismos. Del mismo modo, cuando odiáis a alguien o a algo, en verdad os odiáis a vosotros mismos. Por eso, aquello que odiáis está inseparablemente unido a aquello que amáis, como el anverso y el reverso de una misma moneda. Si queréis ser honestos con vosotros mismos, tendréis que amar a aquello que odiáis y a aquello que os odia, antes de que podáis amar a lo que amáis y a lo que os ama. El Amor no es una virtud. El Amor es una necesidad; es más necesario que el pan y el agua; más que la luz y el aire. Que nadie se enorgullezca de amar. Debéis respirar en el Amor tan natural y libremente como inspiráis y expiráis el aire de vuestros pulmones. El Amor no necesita que nadie lo exalte. El Amor exaltará al corazón que considere digno de él. No esperéis recompensa del Amor. El Amor es, en sí mismo, recompensa suficiente para el Amor; así como el odio es, en sí mismo, castigo suficiente para el odio. No pidáis cuentas al Amor, pues el Amor no da cuentas a nadie, salvo a sí mismo. El Amor no presta ni pide prestado; el Amor no compra ni vende; pero cuando, da, se da completamente; y cuando toma, lo toma todo. Su verdadero tomar es dar, y su verdadero dar es tomar. Por lo tanto, es lo mismo hoy, mañana y siempre. Así como un caudaloso río que se vacía en el mar, es abastecido de nuevo por el mar, así debéis vaciaros vosotros en el Amor, para que estéis siempre henchidos de Amor. La laguna que retiene el presente que el mar le da, se transforma en una laguna de aguas estancadas. No hay ni «más» ni «menos» en el Amor. En el momento que intentáis graduar y medir el Amor, éste desaparece dejando tras de sí amargos recuerdos. No existe «ahora» ni «después», ni «aquí» ni «allá», en el Amor. Todo tiempo es tiempo de Amor. Todo lugar es una morada propicia para el Amor. El Amor no conoce fronteras ni obstáculos. Un Amor cuya acción sea impedida por cualquier obstáculo, ya no merece el nombre de Amor. Siempre os oigo decir que el amor es ciego, en el sentido de que no ve defectos en lo amado. Esa ceguera es la máxima visión. ¡Pudierais ser siempre tan ciegos que no encontraseis faltas en cosa alguna! No obstante, clara y penetrante es la mirada del Amor. Por eso no ve las faltas. Cuando el Amor haya purificado vuestra visión, no veréis absolutamente nada que no sea digno de vuestro Amor. Solamente una mirada despojada de Amor, un ojo defectuoso, está siempre ocupada en descubrir faltas. Y cualquiera que sean las que encuentre, serán solamente sus propias faltas. El Amor integra. El odio desintegra. Esta inmensa e imponente mole de tierra y rocas a la que dais el nombre de Pico del Altar volaría rápidamente en pedazos si no fuese mantenida unida por la mano del Amor. Incluso vuestros cuerpos, perecederos como son, resistirían la desintegración si amaseis con la misma intensidad a cada una de las células que lo constituyen. El Amor es paz, llena de melodías de Vida. El odio es guerra, ansiosa por los satánicos golpes de la muerte. ¿Qué preferís: el Amor para gozar de paz eterna, o el odio para estar en perpetua guerra? Toda la tierra está viva en vosotros. El cielo y sus huestes están vivos en vosotros. Amad, pues, a la tierra y a todos los que amamanta, si os queréis amar a vosotros mismos. Amad al cielo y a todos sus habitantes, si os queréis amar a vosotros mismos. Y si esta en ustedes el Amor de Dios.
Y dicho esto vinieron a nosotras todas las virtudes teologales Primero el Amor con la misericordia en la que estamos tejidos ene l corazón de Jesús seguido de la compasión en la que nos biotejemos con el dolor de los hombres, luego la esperanza la cual estaba acompañada por la libertad y por último y primera que todas la fe que venía con la sabiduría la cual nos corono Diciendo: Bienaventurados los misericordiosos porque ellos alcanzaran misericordia y las virtudes cantaban y bailaban alabando al Señor nuestro Dios y bailábamos y cantamos con ellas en un gozo pleno el gozo del amor.
Y el arca se movió hasta un silencio lleno de paz ene l que nos recibieron Elías y San juan Bautista y en nosotros estuvo el recuerdo de las palabras de Mirdad.

El silencio en el cual yo os haré entrar es aquella expansión infinita en la que el no ser pasa a Ser y el Ser pasa a no ser. Es aquel vacío imponente donde todo sonido nace y es apagado; donde toda forma es modelada y destruida; donde todo ego es creado y aniquilado; donde nada existe a excepción de AQUELLO. A no ser que atraveséis ese vacío y esa expansión en contemplación silenciosa, no sabréis cuan real es vuestro Ser, ni cuan irreal es el no ser. Ni sabréis cuan desligada está vuestra realidad de toda Realidad. Es en ese silencio en el que espero que vaguéis para que podáis abandonar vuestra vieja y tirante piel, y podáis andar sin grilletes ni impedimentos. A él deseo que dediquéis vuestras inquietudes y recelos, vuestras pasiones y deseos, vuestras envidias y codicias, para que las podáis ver desaparecer una a una, liberando así vuestros oídos de sus incesantes gritos, y vuestros costados del dolor de sus afiladas espuelas. Es allí donde deseo que arrojéis vuestros arcos y flechas de este mundo, con los que esperáis cazar alegrías y satisfacciones y en realidad sólo cazáis desasosiego y tristeza. Es allí donde espero que os libréis de vuestra tenebrosa y sofocante concha del yo, para entrar en la luz y en el aire libre del YO. Este Silencio es el que os recomiendo, y no un mero descanso de vuestras lenguas cansadas de parlotear. Es el silencio fecundo de la tierra el que os recomiendo, y no el amedrantador del criminal y del bellaco. Es el silencio paciente de la gallina clueca el que os recomiendo, y no el impaciente cacarear de su hermana ponedora. Aquélla se mantiene quieta durante veintiún días y espera con una silenciosa confianza que la Mano Mística realice el milagro bajo el plumón de su pecho y de sus alas. La otra salta del nido y cacarea locamente, anunciando la puesta de un huevo. Cuidado con la gloría cacareante, compañeros. Así como silenciáis vuestras vergüenzas, silenciad también vuestras glorias, pues la gloria cacareada es peor que la vergüenza en silencio y la virtud pregonada es peor que la iniquidad muda. Evitad hablar mucho. De cada mil palabras pronunciadas, a veces sólo hay una que es verdaderamente necesario pronunciar. Las restantes sólo sirven para nublar la mente, obstruir el oído, cansar la lengua y cegar el corazón. ¡Qué difícil es decir la palabra justa!

Y en Ese silencio sin pronuncia ninguna palabra porque Elias y San juan eran palabra viva nos revelaron como dos Feníxs mostrándonos el espíritu de Verdad y coronándonos con la corona de la Santidad donde todo es pureza
Bienaventurados los limpios de corazón porque  ellos verán a Dios.
Después de esto miramos y vimos una puerta abierta en el cielo y la voz que antes había oído semejante a una trompeta me decía: «Suban aquí les mostrarémos lo que va a suceder en seguida.»
2 En ese mismo momento nos tomó el Espíritu: vimos un trono colocado en el cielo y alguien sentado en el trono. 3 El que estaba sentado parecía de jaspe y cornalina, y un arco iris de color esmeralda rodeaba el trono. 4 Veinticuatro sillones rodean el trono, y en ellos están sentados veinticuatro ancianos con vestiduras blancas y coronas de oro en la cabeza. 5 Del trono salen relámpagos, voces y truenos. Ante el trono arden siete antorchas, que son los siete espíritus de Dios. 6 Un estanque transparente como cristal se extiende delante del trono.
6 Cuatro Seres Vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás, ocupan el espacio entre el trono y lo que hay a su alrededor. 7 El primer Ser Viviente se parece a un león, el segundo a un toro, el tercero tiene un rostro como de hombre y el cuarto es como un águila en vuelo.
8 Cada uno de los cuatro Seres Vivientes tiene seis alas llenas de ojos alrededor y por dentro, y no cesan de repetir día y noche:
8 Santo, santo, santo,
8 es el Señor Dios, el Todopoderoso,
8 el que era, es y ha de venir.
9 Cada vez que los Seres Vivientes dan gloria, honor y acción de gracias al que está sentado en el trono y que vive por los siglos de los siglos, 10los veinticuatro ancianos se arrodillan ante el que está sentado en el trono, adoran al que vive por los siglos de los siglos y arrojan sus coronas delante del trono diciendo:
11 Vuelvan a ti, Señor y Dios nuestro,
11 la gloria, el honor y el poder, pues tú lo mereces.
11 Tú creaste todas las cosas,
11 y por tu voluntad existen y fueron creadas.

Vimos entonces en la mano derecha del que está sentado en el trono un libro en forma de rollo escrito por los dos lados y sellado con siete sellos. 2 Vimos también a un ángel formidable que proclamaba con voz potente: «¿Quién es digno de abrir el libro y de romper los sellos?» 3 Y no se encontró a nadie, ni en el cielo, ni en la tierra, ni en el mundo de abajo, que fuera capaz de abrir el libro y de leerlo.
4 Y  llorabamos mucho al ver que nadie había sido hallado digno de abrir el libro ni de leerlo. 5 Entonces uno de los ancianos me dijo: «No llores más; acaba de triunfar el león de la tribu de Judá, el brote de David; él abrirá el libro y sus siete sellos.»
6 Entonces vimos esto: entre el trono con sus cuatro Seres Vivientes y los veinticuatro ancianos un Cordero estaba de pie, a pesar de haber sido sacrificado. Tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra.
7 El Cordero se adelantó y tomó el libro de la mano derecha del que está sentado en el trono. 8 Cuando lo tomó, los cuatro Seres Vivientes se postraron ante el Cordero. Lo mismo hicieron los veinticuatro ancianos que tenían en sus manos arpas y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos.
9 Y cantaban este cántico nuevo:
9 Eres digno de tomar el libro
9 y de abrir sus sellos,
9 porque fuiste degollado
9 y con tu sangre compraste para Dios
9 hombres de toda raza, lengua, pueblo y nación.
10 Los hiciste reino y sacerdotes para nuestro Dios,
10 y reinarán sobre la tierra.
11 Yo seguía mirando, y oí el clamor de una multitud de ángeles que estaban alrededor del trono, de los Seres Vivientes y de los Ancianos. Eran millones, centenares de millones 12 que gritaban a toda voz:
12 Digno es el Cordero degollado
12 de recibir poder y riqueza, sabiduría y fuerza,
12 honor, gloria y alabanza.
13 Y les respondían todas las criaturas del cielo, de la tierra, del mar y del mundo de abajo. Oí que de cían:
13 Al que está sentado en el trono y al Cordero,
13 la alabanza, el honor, la gloria y el poder
13 por los siglos de los siglos.
14 Y los cuatro Seres Vivientes decían «Amén», mientras los Ancianos se postraban y adoraban.

Cuando abrió el quinto sello, divisé debajo del altar las almas de los que fueron degollados a causa de la palabra de Dios y del testimonio que les correspondía dar. 10 Se pusieron a gritar con voz muy fuerte: «Santo y justo Señor, ¿hasta cuándo vas a esperar a hacer justicia y tomar venganza por nuestra sangre a los habitantes de la tierra?»
11 Entonces se les dio a cada uno un vestido blanco y se les dijo que esperaran todavía un poco, hasta que se completara el número de sus hermanos y compañeros de servicio, que iban a ser muertos como ellos.
Y entonces nuestros padres fueron a la presencia del Señor y él les puso la corona del dolor y les enseño su lugar junto a los testigos de Dios y hubo un gran dolor ennuestro corazón porque tuvimos que abandonarlo mi padre ya no era Samadam ni Mierdad era solo un hijo de Dios y mi madre era una hija de Dios y juntos hacían un fénix del Señor.

Y vino a nosotros un Serafín de Dios, más no era un ángel, era San Francisco y dijo:
Y dicho esto a nosotros nos puso también la corona del dolor que no es otra que la coron del Amor y su victoria  
Y de pronto con todos los santos formaron una Águila y en esa águila recibieron a todas las almas que habíamos traído del infierno y del purgatorio y vimos también muchísimas almas que no habían creído en Dios pero que por misericordia y oración Jesucristo las había aceptado
Y el águila dijo Kausay Santa pacha libertad y corono a todas las almas y a nosotros con la corona de libertad diciendo: Bienaventurados los que lloran porque ellos serán consolados
He aquí el espíritu de la libertad y en ese espíritu del águila todas las almas Alabaron.
Luego los santos formaron un león y entre ellos estaban todos los evangelistas, todos los reformadores, Lutero entre ellos liderando y alababan el nombre de Dios y vino a nosotros san Pablo y probo nuestra fe y en esa fe nosotros creamos  la singularidad que revelaba la unidad de pasando por la multiplicidad, la felicidad que revelaba la bondad de Dios pasando por la maldad, la numinosidad revelando la belleza de Dios pasando por la fealdad, la pureza para revelar la Verdad de Dios pasando por la falsedad y la Santidad pasando por la oscuridad para revelar la luz del Señor y dijo San Pablo Bienaventurados los que tienen hambre y sed de Justica porque ellos serán saciados y nos corono con la corona de León de Juda la corona de Justicia.
Luego los santos hicieron la forma de un toro y decían Bienaventurados los mansos porque ellos  poseerán en herencia la tierra y de pronto aparecieron todos los Papas de la Santa Iglesia y El papa San Juan Pablo II se acercó a nosotros   y nos pidió una moneda y nosotros le dimos la moneda del amor y él nos mostró todas las ciencias la ciencias interdisciplinarias del Espíritu subjetivo que son las ciencias del Apóstol, las ciencia multidisciplinarias del espíritu objetivo,  que son las  ciencias del Evangelista, las ciencias complementarias que son las ciencias del Profeta Donde está la Religión, El arte, la Filosofía y las ciencias Metafísicas y nos mostró por fin las ciencias Reveladas, la del Apóstol la que tiene el espíritu del Fénix, la del Profeta la que tiene el Espíritu del Águila, la del Evangelista la que tiene el Espíritu del León y la del Pastor la que tiene el espíritu del toro. Y Dicho esto se acercó a nosotros Diciendo: Bienaventurados los que buscan la paz porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Kausay santa pacha Espíritu de paz
Y fue entonces que se realizó toda nuestra esperanza y he aquí la gran ciencia de la Maestra la rosa Celestial María santa purísima llena de Gracia, la que guarda la ciencia del Apocalipsis y la gran ciencia de la vida  donde ya todo conocimiento pasa y solo queda el Amor.
Dios te salve María
llena eres de gracia
el Señor es contigo;
bendita tú eres 
entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto 
de tu vientre, Jesús. 
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros, pecadores,
ahora y en la ahora
de nuestra muerte. Amén
Y dicho esto nuestro cuerpo fue de Fénix un cuerpo Espiritual lleno de gracia y pudimos ver la rosa espiritual compuesta por todos los Santos ahí estaban todos los fénix de Dios Santa Teresa de Jesús San Juan de la cruz, formando un solo ser un Fénix con San José y Santa María en el centro siendo una sola carne glorificada en Dios y le rogamos a María que nos elevara para ser uno con nuestro Padre y Señor y en El Espíritu Santo ella nos elevó formando con nuestro cuerpo una mariposa celestial y así en formo de Mariposa entramos en el corazón de Dios, la Raíz del árbol de la vida pronto como mariposa vendríamos a la tierra para abrir el reino  de Dios pronto nacería Ana la última etapa de la Santa iglesia.

   Amen.



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