Del
Evangelio a la Revolución de la Revolución al Evangelio
De la
guerra del imaginario del diablo con el doctor Parnaso puedo dar testimonio, ¿No
es acaso aquella mi misma guerra?, y ¿No sé acaso que no debo de apostar las
almas de las personas? Pero cuando se abrió el taller de crítica comedia en 7
números y me comí el mundo entero, no hubo vuelta ni retorno, ¿En este camino
me puso Dios? O ¿Fue mi ego tratando de llevar mi arte hasta su culmine? Fue mi ego pero Dios había tocado mi corazón mucho
antes con poder, no solo expresaría el verbo sino que lo encarnaría simbólicamente
¿en mí? No en ellos y ellas el mundo que tanto odiaba, al que Dios amaba.
Han pasado
9 años y he mandado tanta gente al
infierno y mucha otra se ha quedado en la mediocridad en la que yo me encuentro,
que mi tiempo en esta tierra parecería eterno. ¿Para quién trabajo, para Dios o
para el Diablo? Y es que en mi intento liberador pareciera forzar el proceso y
dejar a tanta gente atrapada en Él. Oh Dios que miedo, Oh Cristo Jesús ten
misericordia de mí y de los míos, te enseñare mi corazón que tú ya conoces que por primera vez, una vez más conocerás.
Hallazgo de la vida
¡Señores! Hoy es la primera vez que
me doy cuenta de la presencia de la vida. ¡Señores! Ruego a ustedes dejarme
libre un momento, para saborear esta emoción formidable, espontánea y reciente
de la vida, que hoy, por la primera vez, me extasía y me hace dichoso hasta las
lágrimas.
Mi gozo viene de lo inédito de mi emoción. Mi exultación viene de que antes no sentí la presencia de la vida. No la he sentido nunca. Miente quien diga que la he sentido. Miente y su mentira me hiere a tal punto que me haría desgraciado. Mi gozo viene de mi fe en este hallazgo personal de la vida, y nadie puede ir contra esta fe. Al que fuera, se le caería la lengua, se le caerían los huesos y correría el peligro de recoger otros, ajenos, para mantenerse de pie ante mis ojos.
Nunca, sino ahora, ha habido vida. Nunca, sino ahora, han pasado gentes. Nunca, sino ahora, ha habido casas y avenidas, aire y horizonte. Si viniese ahora mi amigo Peyriet, les diría que yo no le conozco y que debemos empezar de nuevo. ¿Cuándo, en efecto, le he conocido a mi amigo Peyriet? Hoy sería la primera vez que nos conocemos. Le diría que se vaya y regrese y entre a verme, como si no me conociera, es decir, por la primera vez.
Ahora yo no conozco a nadie ni nada. Me advierto en un país extraño, en el que todo cobra relieve de nacimiento, luz de epifanía inmarcesible. No, señor. No hable usted a ese caballero. Usted no lo conoce y le sorprendería tan inopinada parla. No ponga usted el pie sobre esa piedrecilla: quién sabe no es piedra y vaya usted a dar en el vacío. Sea usted precavido, puesto que estamos en un mundo absolutamente inconocido.
¡Cuán poco tiempo he vivido! Mi nacimiento es tan reciente, que no hay unidad de medida para contar mi edad. ¡Si acabo de nacer! ¡Si aún no he vivido todavía! Señores: soy tan pequeñito, que el día apenas cabe en mí!
Nunca, sino ahora, oí el estruendo de los carros, que cargan piedras para una gran construcción del boulevard Haussmann. Nunca, sino ahora avancé paralelamente a la primavera, diciéndola: «Si la muerte hubiera sido otra...». Nunca, sino ahora, vi la luz áurea del sol sobre las cúpulas de Sacre-Coeur. Nunca, sino ahora, se me acercó un niño y me miró hondamente con su boca. Nunca, sino ahora, supe que existía una puerta, otra puerta y el canto cordial de las distancias.
¡Dejadme! La vida me ha dado ahora en toda mi muerte.
Mi gozo viene de lo inédito de mi emoción. Mi exultación viene de que antes no sentí la presencia de la vida. No la he sentido nunca. Miente quien diga que la he sentido. Miente y su mentira me hiere a tal punto que me haría desgraciado. Mi gozo viene de mi fe en este hallazgo personal de la vida, y nadie puede ir contra esta fe. Al que fuera, se le caería la lengua, se le caerían los huesos y correría el peligro de recoger otros, ajenos, para mantenerse de pie ante mis ojos.
Nunca, sino ahora, ha habido vida. Nunca, sino ahora, han pasado gentes. Nunca, sino ahora, ha habido casas y avenidas, aire y horizonte. Si viniese ahora mi amigo Peyriet, les diría que yo no le conozco y que debemos empezar de nuevo. ¿Cuándo, en efecto, le he conocido a mi amigo Peyriet? Hoy sería la primera vez que nos conocemos. Le diría que se vaya y regrese y entre a verme, como si no me conociera, es decir, por la primera vez.
Ahora yo no conozco a nadie ni nada. Me advierto en un país extraño, en el que todo cobra relieve de nacimiento, luz de epifanía inmarcesible. No, señor. No hable usted a ese caballero. Usted no lo conoce y le sorprendería tan inopinada parla. No ponga usted el pie sobre esa piedrecilla: quién sabe no es piedra y vaya usted a dar en el vacío. Sea usted precavido, puesto que estamos en un mundo absolutamente inconocido.
¡Cuán poco tiempo he vivido! Mi nacimiento es tan reciente, que no hay unidad de medida para contar mi edad. ¡Si acabo de nacer! ¡Si aún no he vivido todavía! Señores: soy tan pequeñito, que el día apenas cabe en mí!
Nunca, sino ahora, oí el estruendo de los carros, que cargan piedras para una gran construcción del boulevard Haussmann. Nunca, sino ahora avancé paralelamente a la primavera, diciéndola: «Si la muerte hubiera sido otra...». Nunca, sino ahora, vi la luz áurea del sol sobre las cúpulas de Sacre-Coeur. Nunca, sino ahora, se me acercó un niño y me miró hondamente con su boca. Nunca, sino ahora, supe que existía una puerta, otra puerta y el canto cordial de las distancias.
¡Dejadme! La vida me ha dado ahora en toda mi muerte.
¿Cómo es posible que Vallejo conozca el evangelio, la
experiencia del renacimiento espiritual, el misterio pascual, como es posible!!!?
He conversado con tantos cristianos y ellos no saben de esta
experiencia, jamás la han saboreado, ¿Cómo es posible que un Ateo, comunista,
Marxista la sepa? Tú se la enseñaste, tu eres el verbo, maestro de todos los
hombres, tu eres el logos y le muestras tus caminos a quien te da la gana o será
que el busco, o será que él te arranco esta experiencia del corazón y ¿Porque
no pudo amarte?, ¿Porque no pudo reconocerte como su señor y salvador? O ¿Es
que lo hizo?
¿En la teología se ha discutido mucho como es que uno se salva,
por obras, por fe, por predestinación, por purgación en él infierno?
Mi respuesta es siempre dialéctica, ¿no me enseñaste tú la dialéctica?
Este proceso de continua negación hasta llegar a lo absoluto o de manera
inversa hasta lo más particular subjetivo?
¿No es acaso dialectico ese despertar de los 7 chacras
venciendo el miedo, para despertar la tierra, la culpa para que fluya el agua,
la impotencia para que se libere el fuego de mi voluntad, el dolor para que el
amor de mi corazón lo sane todo con su aire, la mentira para que la verdad sea,
la ilusión para tome conciencia de la unidad del ser y el apego para que
saboree la divinidad del Espíritu? ¿No es acaso dialectico el camino al nirvana
no nos enseñan eso los sutras? ¿No es acaso dialéctica la salida de la caverna
por el alma concupiscente alcanzando la templanza luego por el alma pasional
alcanzando la fortaleza, no es preciso alcanzar la prudencia para trascender
aun el ama racional y llegar al espíritu y conocer la idea de Bien?
¿No es acaso dialectico el camino de lo uno hasta el logos y
del logos hasta el alma y del alma a la materia y así a la inversa hasta llegar
a lo uno?
¿No es acaso dialectico el camino del espíritu subjetivo
tomado conciencia y autoconciencia para
pasar al espíritu objetivo ye n lograr
los valores y virtudes que nos permitan un nuevo estado no es aquí donde se
logra la experiencia de la revolución como en el espíritu subjetivo se lograra
la experiencia de la felicidad, como en
el espíritu absoluto se lograra el evangelio?
¿Y no es acaso en el evangelio que tú me has enseñado los
arquetipo de la fe en el chaman con todos sus códigos y su ciencia Kawsay,
Anya, Munay, Yankey, Iachey, Ayni, Kawsay Pacha, logrando el camino infinito de
la serpiente en su lado de vida como en su lado de muerte para volver a la
vida, el arquetipo de la ley en el guerrero aprendiendo a manejar los 4
elementos el fuego, el aire, la tierra y el agua, el arquetipo del profeta
donde me enseñaste los caminos del Ser del no ser y del ser en sí, el arquetipo
del sacerdote donde aprendí los frutos del espíritu y dártelos como ofrenda en
mi corazón, el arquetipo de la Matria, la maestra, la matriz de la nueva
humanidad la Anawim en María y sus 7 espadas clavadas en su corazón tres
sagradas y 4 profanas, no es acaso que tú me enseñaste en el verbo los
arquetipos del unicornio y sus 7 números para crear el universo, meta música,
meta danza, meta poesía, meta teatro, meta alteración, meta lenguaje, meta comunión
y al arquetipo del dragón y todos sus huevos para cocinar la cocina del espíritu,
no fuiste tú el que me enseño las alas del arquetipo del fénix y me mandaste a
hacer volar su arca de la libertad, acaso tu no me diste el mensaje de las 7
iglesias para alcanzar la paz del
arquetipo de las tortugas eternas?
¿No eres tu acaso el que me enseño al apocalipsis, y acaso
este no es dialectico, acaso este no es el evangelio en su plenitud?
Y entonces así como la ciencia nos puede hablar de la inflación
del universo, del despliegue de las 4 fuerzas que son una, de la creación de la
masa en campo de Higgs, de la lucha de la materia y la antimateria todo esto
profundamente dialéctico, hasta la realización de las galaxias y de nuestro
planeta yo puedo decir la salvación es un Don de Dios gratuito dado en la vida
muerte y resurrección de Jesucristo que no lleva a ser obra y una profunda purgación
en esta vida y en la otra para llegar al Padre con la única ofrenda que le
interesa un corazón santo, es decir la salvación vine por la coparticipación en
el misterio pascual con Jesucristo el que quiere seguirlo que se niegue a si
mismo tome su cruz y pise sus huellas, pero lo que me sorprende es que le das esta gracia de la coparticipación
de tu misterio aun a aquellos que no creen en ti y aun más a aquellos que luchan contra ti, no puedo
pensar otra cosa cuando es cucho leo este poema:
VOY A HABLAR DE LA
ESPERANZA
Yo no sufro este dolor como César
Vallejo. Yo no me duelo ahora como artista, como hombre ni como simple ser vivo
siquiera. Yo no sufro este dolor como católico, como mahometano ni como ateo.
Hoy sufro solamente. Si no me llamase César Vallejo, también sufriría este
mismo dolor. Si no fuese artista, también lo sufriría. Si no fuese hombre ni
ser vivo siquiera, también lo sufriría. Si no fuese católico, ateo ni
mahometano, también lo sufriría. Hoy sufro desde más abajo. Hoy sufro
solamente..
Me duelo ahora sin explicaciones. Mi dolor es tan hondo, que no tuvo ya causa ni carece de causa. ¿Qué sería su causa? ¿Dónde está aquello tan importante, que dejase de ser su causa? Nada es su causa; nada ha podido dejar de ser su causa. ¿A qué ha nacido este dolor, por sí mismo? Mi dolor es del viento del norte y del viento del sur, como esos huevos neutros que algunas aves raras ponen del viento. Si hubiera muerto mi novia, mi dolor sería igual. Si la vida fuese, en fin, de otro modo, mi dolor sería igual. Hoy sufro desde más arriba. Hoy sufro solamente..
Miro el dolor del hambriento y veo que su hambre anda tan lejos de mi sufrimiento, que de quedarme ayuno hasta morir, saldría siempre de mi tumba una brizna de yerba al menos. Lo mismo el enamorado. ¡Qué sangre la suya más engendrada, para la mía sin fuente ni consumo!.
Yo creía hasta ahora que todas las cosas del universo eran, inevitablemente, padres o hijos. Pero he aquí que mi dolor de hoy no es padre ni es hijo. Le falta espalda para anochecer, tanto como le sobra pecho para amanecer y si lo pusiesen en la estancia oscura, no daría luz y si lo pusiesen en una estancia luminosa, no echaría sombra. Hoy sufro suceda lo que suceda. Hoy sufro solamente.
Me duelo ahora sin explicaciones. Mi dolor es tan hondo, que no tuvo ya causa ni carece de causa. ¿Qué sería su causa? ¿Dónde está aquello tan importante, que dejase de ser su causa? Nada es su causa; nada ha podido dejar de ser su causa. ¿A qué ha nacido este dolor, por sí mismo? Mi dolor es del viento del norte y del viento del sur, como esos huevos neutros que algunas aves raras ponen del viento. Si hubiera muerto mi novia, mi dolor sería igual. Si la vida fuese, en fin, de otro modo, mi dolor sería igual. Hoy sufro desde más arriba. Hoy sufro solamente..
Miro el dolor del hambriento y veo que su hambre anda tan lejos de mi sufrimiento, que de quedarme ayuno hasta morir, saldría siempre de mi tumba una brizna de yerba al menos. Lo mismo el enamorado. ¡Qué sangre la suya más engendrada, para la mía sin fuente ni consumo!.
Yo creía hasta ahora que todas las cosas del universo eran, inevitablemente, padres o hijos. Pero he aquí que mi dolor de hoy no es padre ni es hijo. Le falta espalda para anochecer, tanto como le sobra pecho para amanecer y si lo pusiesen en la estancia oscura, no daría luz y si lo pusiesen en una estancia luminosa, no echaría sombra. Hoy sufro suceda lo que suceda. Hoy sufro solamente.
¿Qué Cristiano ha sentido este dolor? ¿Qué hombre ha sentido
este dolor? ¿No es este acaso tu propio dolor el dolor de la existencia? ¿No es
acaso tu propia esencia este dolor? ¿Y quien puede compartir contigo tu corazón?
Solo aquel que está unido contigo en la cruz, solo aquel que recrea en ti el
misterio pascual en su tiempo.
Pero me dirán no es Vallejo es una parte de su corazón que
como poeta alcanza la omnisciencia
divina en este profundo dolor pero en él el verbo no se hace carne, el
verbo se revela en el lenguaje pero el lenguaje no se hace vida, es un poeta no
es un profeta y yo discrepo porque en el verdadero poeta hay un profeta siempre
y su palabra porta el poder del Espíritu solo que en la modernidad nos hemos
olvidado de ese poder, hay un evangelio en Vallejo la pregunta es ¿Es el mismo
evangelio que el de JesuCristo, es el mismo
evangelio que el de Dios?
La respuesta otra vez es dialéctica si y no al mismo tiempo
en Vallejo hay una revolución no un evangelio pero no es la revolución la otra
parte del evangelio? ¿Cómo en el tao su complementariedad y por lo mismo su
parte contraria?
Leía con atención una
entrevista a un anarquista y él se quejaba que toda la institucionalidad del
estado no era más que una secularización de conceptos teológicos y para evitar esto él
llamaba a un atrinchamiento en lo que yo
entiendo como espíritu subjetivo ¿Pero puede el hombre evitar la
institucionalidad? ¿Y puede evitar que esta de alguna manera refleje la divinidad?
¿Es que hay un Derecho natural, divino en nosotros? ¿Y no es este mismo el que
dirige todo proceso de cambio, toda revolución?
Pero el hombre invierte el espíritu y se puede negar a él también,
el hombre puede asesinar su conciencia, las revoluciones son procesos malditos,
pocos hombres entienden que en juego están sus almas y si en el evangelio se respeta la libertad
del hombre en la revolución se avasalla esa libertad en nombre de un bien
mayor, ¿Pero acaso los hombres no invierten el evangelio a sus propios propósitos
y acaso las revoluciones no llegan a un sacrificio evangélico por el bien de todos?
Entonces ¿Que es qué? ¿Es posible vivir el misterio pascual
desde un proceso revolucionario?
Y la ¿Revolución desde un proceso evangélico?
Si es posible, el ser se encuentra en el no ser y el no ser
en el ser pero lo más posible es que nos quedemos atrapados en uno de ellos y
no entendamos su complementariedad.
En todo revolucionario hay un evangelizador y en todo
evangelizador hay un revolucionario, cuando leo a Marx encuentro una teología teleológica
histórica dialéctica y yo entiendo que la dialéctica esta llevada por el espíritu
no por la materia, pero otra vez no es
acaso la materia la otra cara del espíritu, no es hora de convertir a Marx al espíritu
y entender que este proceso del esclavismo al feudalismo, al capitalismo, al
comunismo es un proceso del espíritu y que como tal puede ser negado por el
hombre pero que aun así está ahí en la conciencia de todos siempre llamándonos.
El
problema es que es mucho más fácil no
escuchar al espíritu y no ser ni un buen evangelista ni un buen revolucionario
es más casi todos los que siguen el camino del líder no lo entienden y peor aún
lo invierten pervirtiéndolo y lo más triste el cuento de toda la humanidad los
revolucionarios luchan contra el evangelio y los evangelistas luchan contra la revolución
y no se dan cuenta de las dos caras de la misma moneda unos dirán una cosa es
el reino de dios y otra cosa es el reino del Cesar y es
cierto pero todo cambio en el proceso evangélico afecta el reino del Cesar por
algo lo mataron a Jesús y todo cambio en el reino del Cesar afecta el evangelio
y los otros dirán que el reino de Dios no existe y al mismo tiempo trataran de
luchar por este reino en la tierra olvidándose que no es un reino de esta
tierra sino principalmente para que nos hagamos
uno con el Padre en los cielos lo cual bendecirá la tierra.
Más
hablar de este tipo de procesos es hablar de identidades centrales no
fragmentarias no postmodernas y hoy que vivimos la post posmodernidad esas
identidades blandas aún persisten imposibilitando
cualquier unidad mayor los ecologistas, feministas, indigenistas, especistas,
anarquistas y demás grupos no pueden
integrarse porque se resisten aún centro, a una verticalidad que cruce su
horizontalidad yo veo en ellos la posibilidad de una reconstrucción del proceso
desde la subjetividad hasta ciertas objetividades logradas con mayor compromiso
y sinceridad pero sin el salto al espíritu absoluto veo la imposibilidad de su
comunión y de la experiencia revolucionaria y evangélica,
la revolución necesita de una cambio de superestructura idearios, como también de
una cambio de infraestructura procesos de producción para lograr el cambio de
estructura derecho y el evangelio necesita lograr el cambio arquetípico del
alma hasta lograr los frutos del espíritu, uno se necesita con la otra, el
evangelio iluminara las ideas de la revolución y le dará como horizonte el
reino de Dios la revolución permitirá que el espíritu se realice destruyendo
las estructuras que impiden su flujo y creando otras que se conviertan en su
camino en este mundo pero de hecho esto no funcionara así uno a otra se obstaculizaran
y se verán como enemigos, no porque lo sean sino porque el hombre todo lo
invierte y pervierte, más esto no debe detenernos si no nos rendimos tarde o
temprano podremos superar todos los obstáculos y lograr el apocalipsis la gran revelación.
En Vallejo
veo esa revelación y me conmuevo profundamente, Dios mío, Maestro, Señor ¿Puedes
ver esa revelación en mí?¿Soy un evangelizador revolucionario? ¿O más bien un
mediocre que no es ni una ni otra cosa?... Dios mío lo se soy un hombre feliz a
pesar de ser un mal evangelizador y un mal revolucionario, soy un hombre feliz
que juega con sus hijos que ama a su “esposa” que quiere a sus hermanos y a su
madre, que está profundamente agradecido con su tía, y que ora por sus amigos y esto debería bastarme pero Dios Santo permite lograr la ola apocalíptica
que mis hijos o tal vez mis nietos vean explotar, permíteme luchar esta guerra
del imaginario y ver como los hombres
vencen al Diablo, ¿No es acaso para eso que los preparo? , ¿No soy acaso el
diablo ahora yo? ¿Cuánto más podre serlo sin consumirme en el infierno? Dios
santo ayúdame a cargar esta pesada cruz, Padre celestial auxíliame, Santa María
ruega por nosotros, desata los nudos que aun aprisionan nuestra alma y enséñanos
al verbo y su reino, Espíritu Santo
convierte estas palabras en semillas de
fuego y haz que se levanten aquellos que llevaran la revolución y el evangelio
hasta el gran Armagedón.
Amen.
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