miércoles, 15 de noviembre de 2023

25 años del Biotejido Teatro Loco A.S

28 comentarios:

Christian Franco dijo...

Gracias

Christian Franco dijo...

Oscar Naters
Felicidades Christian!
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Christian Franco Rodriguez
Oscar Naters ¿Felicidades? mmm
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Christian Franco Rodriguez
https://www.youtube.com/watch?v=hUt4PP_kQW8

YOUTUBE.COM
Bach, El clave bien temperado Libro 1 BWV 846-869. Robert Levin, teclado
Bach, El clave bien temperado Libro 1 BWV 846-869. Robert Levin, teclado
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Oscar Naters
Christian Franco Rodriguez 25 años de chamba artística comprometida en este país es un logro para valorar y continuar. De otra manera para la mano y reniega.
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Christian Franco Rodriguez
Oscar Naters https://www.youtube.com/watch?v=0ZkE6FXGYzI

Christian Franco dijo...

Jorge Justo AlvarezTodco
ME ALEGROA VER ESTADO UNOS MOMENTOS CON EL MONTAJE EN ESOS 25 AÑOS. ABRAZOS A TEATRO LOCO... OMMMMMMM
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Christian Franco Rodriguez
Jorge Justo AlvarezTodco A nosotros también nos alegra haber podido disfrutar de tu talento pero queda siempre la espina exaltación al miedo era un proceso para superar la inacción política ante el terruqueo sistemático, era una catarsis de la violencia para que mi generación se atreviera a actuar políticamente y mi generación no lo hizo por lo menos no en su mayoría el resultado es esta dictadura y la cancelación de un proyecto de estado, ahí la espina amigo, si hubiéramos seguido con el proyecto te hubiera costado tu salud y de pronto el embarazo de Teresa, o una cárcel para Nadia, paramos el proyecto y era tan importante
• 1 d

Christian Franco dijo...


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Julio AleJandro Matos Pacheco
Que rápido pasa el tiempo, yo estuve en el taller de 24hrs por el 10mo aniversario de Teatro Loco y me parece que fue hace poco.
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Christian Franco Rodriguez
Julio AleJandro Matos Pacheco Gracias por compartir esa experiencia, he tenido sesiones de mas de 24 horas seguidas con personas sin proponérmelo y ha sido un gusto tremendo como me hubiera gustado darte más en ese tiempo pero era forzarlo, un fuerte abrazo.
• 1 d

Christian Franco dijo...



Milagros Lizeth Gomez Chavez
Felicitaciones
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Christian Franco Rodriguez
Milagros Lizeth Gomez Chavez Con todo y el aplauso pero sabes cuando terminábamos de hacer nuestras obras el público no nos aplaudía, ni tampoco nos felicitaba en muchas ocasiones querían lincharnos y en otras no habían comprendido nada, será en parte por esto que detesto los aplausos, aunque cunado estoy en el semáforo con Teresa y un niño aplaudo lo agradezco tanto, y las felicitaciones o felicidades siempre me han incomodado nos acostumbramos a no ser reconocidos por nadie y asi me gustaría que siga.
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Milagros Lizeth Gomez Chavez
Christian Franco Rodriguez pues es un arte politico que cumplio su fin de incomodar al publico , como lo dices
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Christian Franco Rodriguez
Milagros Lizeth Gomez Chavez ¿Un arte político que quiere acabar con la política? No nosotros no hacemos un arte político, a penas vea que alguien quiera acomodarse a mi posición política la cambio y es que no se trata de cambiar el mundo sino de acabarlo en ese perfecto equilibrio que solo te puede dar lo espiritual, perfecto equilibrio que solo puede conseguirse muriendo y que denuncia a la vida como ese desequilibrio ridículo que pierde toda su gracia cuando el poder se ejerce.
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Milagros Lizeth Gomez Chavez
Christian Franco Rodriguez lee las Tusculanas de Ciceron

Christian Franco dijo...


Ysabel Villarreal Molero
Muchas felicidades
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Christian Franco Rodriguez
Ysabel Villarreal Molero Nuestro trabajo no nos da felicidad, el teatro loco no es otra cosa que el mundo enfermo y nosotros en el, cuando habremos logrado el gran movimientos ese misterio pascual que nos libre de esta cárcel tampoco habra felicidad pero por lo menos habrá paz
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Ysabel Villarreal Molero
cada quien desde su mundo loco feliz o muerto
• 23 h
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Christian Franco Rodriguez
Ysabel Villarreal Molero Eso es justo lo que quiero destruir cada loco con su tema, la polarización actual parece ser un paso en la colisión de los mundos pero en la practica los retroalimenta, protegiendo las cavernas de cada uno, el paso siguiente seria integrar las cavernas aquí hay dos opciones la guerra y la fiesta, lo terrible es que en el devenir estas construyen otros mundos cuando lo que queremos es destruirlos para siempre para esto habría que llevar la fiesta hasta la orgia máxima al punto que se abra el paraíso y la guerra hasta el armagedón para develar el apocalipsis, ene se camino va el espíritu no creo que tu pequeño mundo lo pueda resistir, pero el capitalismo es el sistema mundo de tu mundo ha demostrado una enajenación alucinante, el mundo virtual parece indestructible no se basa en la conciencia humana y su fragilidad sino en el flujo de información ¿Se puede detener ese flujo? No lo creo solo me queda apelar a la fragilidad de tu conciencia
• 23 h

Christian Franco dijo...

Lily Mercedes Garayar Del Castillo
Muchas felicidades Teatro Loco


Christian Franco Rodriguez
Lily Mercedes Garayar Del Castillo Fui un pésimo director contigo solo tenia el afán de destruirte y verte renacer de alguna manera, jamás lo logre y lo siento profundamente lo siento.




Lily Mercedes Garayar Del Castillo
Christian Franco Rodriguez no creas no... Mi intensión nunca fue dejarme destruir por ti, yo sabía por dónde ibas y nunca me pareció la manera y lo sabes porque ese trabajo solo me correspondía a mi y me hice cargo como buena y mala humana. Yo te quiero mucho y siempre te querré porque te admiro... Admiro tu consistencia y tenacidad pero sobretodo tu fidelidad al arte teatral y a tu hermosa locura sin la cual Teatro Loco no habría llegado a los 25 años. Creo que eres, de lejos,un gran referente y pieza fundamental de la historia teatral en el Perú.
Todo mi cariño a Tere, gran e indiscutible pieza del grupo y todos los que conforman Teatro Loco.


Christian Franco Rodriguez
Lily Mercedes Garayar Del Castillo Basta de esa porquería ves como no me muestras tu ser, recuerdas el ejercicio y como tenias miedo de ti misma , donde esta ese temblor, tus palabras carecen de toda fuerza y de toda poesía.


Lily Mercedes Garayar Del Castillo
Christian Franco Rodriguez es importante que creas lo que crees Christian. Tu eres un hacedor y yo también, cada uno a su manera. Si sufrir te hace bien sufre hermano sufre. Yo he llegado al abismo de locura y la muerte arrastrada por mi ego, hasta que abrí los ojos y me di cuenta que no podía entregarme así porque era una cobarde, si tenía miedo siii mucho pero decidí curarme llenarme de valor para poder morir y volver a nacer.



Lily Mercedes Garayar Del Castillo
Christian Franco Rodriguez algo más han pasado casi 20 años de aquella historia y yo, como tú también caminado a través del tiempo... Y no me vas a lograr arrancar el cariño que te tengo porque es mío.


Christian Franco Rodriguez
Lily Mercedes Garayar Del Castillo Ahí esta tu verdad en ese pequeño cariño ¿Dónde esta la mía? El Perú carece de historia somos lo marginal de lo marginal y mirar nuestro pasado nos destruir, pero yo me atrevo a mirar y no hay nada Lily ni profundo, ni hermoso, solo un pobre que jugaba a ser Dios y una niña mujer que quiería ser actriz, pura banalidad la clásica banalidad del mal.



Christian Franco dijo...


Lily Mercedes Garayar Del Castillo
Christian Franco Rodriguez tú sabrás dónde está, querido. Todo aquello que tú miras es un pasado visto desde tu mirada. Mis ojos no son tus ojos desde ahí partimos con la verdad... Esas verdades , las tuya y las mía son indiscutibles pero si quieres discutirlas, discútelas a fin de cuentas es también es tu forma de enfrentar al mundo pero si considero Christian, que tú eres parte de esa historia teatral y es mi opinión desde hace muchos años, ya que otros no lo vean así es cosa de cada quien.
• 22 h
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Christian Franco Rodriguez
Lily Mercedes Garayar Del Castillo ¿Historia teatral? Por favor!!!!! que conciencia puede dar pie a una historia ¿Qué proyecto la sustenta? ¿Cuáles son sus horizontes de interpretación? ¿La pura banalidad del reconocimiento? No hay historia Hegel quiso construir una y fracaso , el cristianismo nos da una meta historia en la que nadie cree realmente y entoces de que historia hablamos, nos e trata de mi verdad o tu verdad, se trata dela verdad que siempre es inalcanzable pero que muy pocos hombres hacen un esfuerzo sobre humano para alcanzar
• 22 h
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Lily Mercedes Garayar Del Castillo
Christian Franco Rodriguez he sentido muchas cosas por ti: rabia, desprecio, admiración y cariño pero nunca dejé que esos sentimientos nublaran mis ojos porque nunca dejé de ver a través de ellos a un hombre que cargando su locura buscaba la verdad para hacerla su verdad.
Y haciendo un punto a parte
Creo, querido Christian,que antes hablabas con el corazón esperanzado y hoy hablas con el hígado decepcionado. Sin embargo vuelvo a recalcar: Lo que para ti no es historia para mí lo es. ¿Es tan difícil aceptar opiniones ajenas ? Quizá es la intolerancia lo que te impide ver el monumento desde otro ángulo.
Quizá crees que necesitas seguir la ruta del abandonado porque no te crees digno y lo eres. Claro que lo eres.

Christian Franco dijo...

Salo Franco Delgado
Felicitaciones hermano, abrazo
• 1 d


Christian Franco Rodriguez
Hermano soy un fracaso total y eso no puede ser tenido como un logro, no hay nada que felicitar hermano, alterar el teatro loco, alterarlo realmente ha sido mi gran ambición, no lo puede hacer con mi abuelo, ni con mi padre, a mi tío ni siquiera me atreví a verlo, esa otredad radical en la que soñaba abrirte todo mi corazón queda inalcanzable oh hermano el gran abrazo que me borre de esta vida para siempre pero que me deje como un luz en tus ojos, más el capital se reproduce y el humano se va apagando.

Christian Franco dijo...

Jorge Alberto Franco
Christian Franco Rodriguez aprovecho tu publicación para saludarte y mandarte un gran abrazo y q la vez apreciar tus esfuerzo y trabajo

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Christian Franco Rodriguez
Jorge Alberto Franco No jodas primo ni nos vemos y ahora aprovechas , no jodas, cuando yo he aprovechado o me he acercado a saludarte !!cuando!!! y es que hay una distancia enorme, en esa distancia te recuerdo con cariño pero si te viera ahora no sabría que decirte, me eres extraño.

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Jorge Alberto Franco
Christian Franco Rodriguez que cangó eres y si te he saludado cuando haces tus transmisiones pero igual te deseo lo mejor tu primo el extraño
• 23 h
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Christian Franco Rodriguez
Jorge Alberto Franco Recagón relleno de mierda, no me desees lo mejor ven y nada conmigo en la caca. Cuando más buena es el alma de un hombre, menos sospecha la maldad en los otros. Séneca. Como veras mi alma no es buena, yo siempre sospecho la mierda en los otros porque la mía esta repleta.


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Jorge Alberto Franco
Christian Franco Rodriguez agradezco tu invitación pero como soy recagón rellenado de mierda no voy, pero insisto te DESEO LO MEJOR


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Christian Franco Rodriguez
Jorge Alberto Franco La mierda flota, eso es lo que yo te deseo ¿Qué flotes? No yo deseo sacarte la mierda, siempre he deseado eso y así hundirnos, en el abismo somos por fin uno.


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Jorge Alberto Franco
Christian Franco Rodriguez te comento que en estos momentos no creo poder flotar ya que me encuentro con diarrea, yo tampoco deseo sacarte la mierda mas bien deseo besarte y ponerte de perrito


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Christian Franco Rodriguez
Jorge Alberto Franco Yo si quería nadar en tu mierda, nunca hablamos de tu padre de como lo odie cuando era niño , nunca hablamos del mío o de tu madre de su inmenso dolor que siempre oculta con amabilidad, realmente nunca hablamos, si algún día te atreves hacemos luego , el perrito, el gatito, la cobera, lo que tu quieras pero no creo que tengas el valor


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Jorge Alberto Franco
Christian Franco Rodriguez ahora sí te voy a buscar y sacar tu mierda xq nunca me me rincón tu familia la cual aunque tú no lo creas los quiero pero déjame decirte q eres un cagon de mierda y espero verte muy pronto para meterte todas tus palabras por el culo


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Christian Franco Rodriguez
Jorge Alberto Franco Por fin primo por fin espero que luego de los golpes demuestres un poco de alma y te atrevas a hablar recuerda que no solo es una distancia lo que nos separa sino años de silencio

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Jorge Alberto Franco
Christian Franco Rodriguez no tendré piedad te destruiré con toda mi alma que ni siquiera el dios que veneras te reconocerá


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Christian Franco Rodriguez
Jorge Alberto Franco Es tan hermoso lo que dices ,que sea pues tu odio tu verdad aunque es difícil que aquel que no sabe amar aprenda a odiar guardare la esperanza de mi muerte en tus brazos.


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Jorge Alberto Franco
Christian Franco Rodriguez que paso ya arrugaste ya no eres machito y valiente para seguir ofendiendo y amenazando, no te odio pero tampoco mereces morir en mi brazos.

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Christian Franco Rodriguez
Jorge Alberto Franco No primo déjame seguir ofendiéndote eres peor que una caca, te he visto huir siempre, no me he creído tu sonrisa, jamás te vi gemir, ni dar ninguna muestra de dolor ¿Qué ocultas? Un pequeña necesidad sexual ¿Qué ocultas? Vamos quiero ser merecedor de mi muerte ¿Quien te toco? ¿Que te hicieron? Yo lo hare el doble cuando vengas a verme , lo hare el doble y me cagare de risa bajando con tu cuerpo al infierno

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Jorge Alberto Franco
Christian Franco Rodriguez seguiremos ofendiéndonos hasta que tengas lo ovarios necesario de vernos para que todos estos comentarios no queden en palabras y pueda cumplir con tu deseo de muerte ya que a tu edad no valoras la vida por que no fuiste lo suficiente hombre para poder enfrentarla en vez de estar escondido en cuatro paredes esperando la compacion de otras personas

Christian Franco dijo...

Christian Franco Rodriguez
Jorge Alberto Franco ¿Ahora me juzgas? Que fácil fue invertir tu felicitación en menosprecio. Pero desde ese menosprecio vayamos conociéndonos si eso es posible, amo la vida, la amo irremediablemente solo quela muerte es lo que único que le puede dar sabor, sino la vida se da por sentado sin apreciar el don que la hace posible. Pero hoy miro mi vida y la vida de los hombres y da un profundo desprecio una arcada de asco insoportable, ¿No tuve el valor de enfrentarla? No lo creo, valor no me falto eso lo he tenido siempre, ¿Estoy escondido en 4 paredes? No mi escenario siempre fue la calle, mi techo el cielo y mi horizonte el mar, mi problema no es la falta de valor sino el querer alcanzar el máximo valor ese entrar en el lugar santísimo donde la existencia ya no es posible, pero vez no entro Dios me vomita una y otra vez y las fuerzas me van faltando y hay un horror el ser como ustedes, el acostumbrarme a las medias verdades , el pelear por un plato de lentejas eso me esta carcomiendo desde adentro.
• 22 h
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Jorge Alberto Franco
Christian Franco Rodriguez tu resentimiento está expresado al máximo valor culpas y enviadas a las personas de no lograr lo que nunca pudiste ser te recomiendo que antes que vaya a sacarte la mierda encuentres la paz interior
• 22 h
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Christian Franco Rodriguez
Jorge Alberto Franco Es esa paz la que me es esquiva, pero ¿Envidia? quizás sea tu yo no, comprendamos la envidia, es ese sentir tal dolor por la felicidad del otro que se la quitas, porque tu no la puedes obtener y entonces como tu no puedes tenerla ,no se la permites tener al otro, porque su felicidad te duele, ¿A mi me duele tu felicidad? o ¿La felicidad de los hombres? No me duele su mentira, su mascara de felicidad, muéstrame a un hombre feliz y yo te mostrare su enajenación yo puedo perdonar esa felicidad en los niños y a veces estoy tentado de compartirla pero en los hombres noooo jamás, de que puede estar feliz un hombre ¿Qué ha logrado? es que no siente el desprecio de Dios, el temor de los animales que nos rodean, la tristeza de su mujer, el resentimiento de sus hijos por haberlos traído a este mundo, no llámalo tu resentimiento yo la se sensibilidad y duele, duele profundamente cada mentira con la que el hombre se engaña a si mismo para poder peinarse un día más
• 22 h
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Jorge Alberto Franco
Christian Franco Rodriguez estas en tu casa xq voy a aprovechar mi hora de refrigerio para poder darme el gusto de pegarte puedes confirmar
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Christian Franco Rodriguez
Jorge Alberto Franco Primo esperándote eres mas que bienvenido
• 22 h

Christian Franco dijo...

Fernando Ramos Garcia
Felicitaciones Christian por los 25

Christian Franco Rodriguez
Fernando Ramos Garcia No te he olvidado y el recuerdo no es bueno Fernando
22 h
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Fernando Ramos Garcia
Christian Franco Rodriguez https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=122094085820125466&id=61553763980270
22 h
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Fernando Ramos Garcia
El próximo 2 de febrero también cumplimos 25 años con la Escuela Experimental de Mimo
22 h
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Christian Franco Rodriguez
Fernando Ramos Garcia Lo siento no puedo compartirlo , como tu aprecio ese momento de Jorge Acuña para mi el mejor teatrista del Perú, pero no que colgare de su memoria.

Christian Franco dijo...

Christian Franco Rodriguez
https://www.youtube.com/watch?v=384jA6J0rK8&t=4s No se si alguno a comprendido en que consiste el fracaso de Teatro loco, pero si alguno de verdad quiere comprender, échenle un vistazo a esta película, y vean el egoísmo del padre , el egoísmo de la madre y al hijo que se droga para no ser como ellos y a la hija que se refugia en el mar a pesar de la desgracia los egoísmos no cambian como si estuviéramos predeterminados a la maldad, en el teatro y en la filosofía yo encontré no solo un refugio para no ser como mis padres sino un campamento para atacar pero cada vez más me doy cuento que yo soy mi padre yo soy mi madre, que yo soy mi abuela, me he refugiado en la fe pero luego de Palestina y ver la violencia externa judia justificada y promovida por e mito y ver la violencia interna cristiana en el manejo de las conciencias, me doy cuenta que la fe es también un arma para ese egoísmo y que el mito es una sublimación de la violencia pero no su superación y entonces es claro no quiero estar en este mundo ni siendo de derecha ni siendo de izquierda ni estando en el no ser ni estando en el ser, me preocupa sobre manera que ustedes no se den cuenta de que el capitalismo hace ahora una diferencia ontológica entre el homo ciborg y el homo sapiens , el homo ciborg es producto de la liberación de la mercancía de todo proceso de toda conciencia, el fectiche de la mercancía es ahora realidad, el proceso de su producción ha desaparecido, hay una película que trata sobre el robo de la autoría de un libro y el auto encara al que se hace pasar como el autor y lo que le cuenta es la experiencia real de donde nació el libro y es que el libro le consto la muerte de un hijo y la perdida de su esposa el amor de su vida , eso es lo que cuesta crear , hoy podemos decir que a la Inteligencia artificial no le cuesta nada crear, pero el costo es nuestra humanidad ¿Qué es el hombre? La imagen de Dios, la imagen de una animal, la imagen de una maquina o la imposibilidad de lograr una imagen de si mismo y por tanto el sufrimiento de esa imposibilidad, pues bien el sufrimiento ha cesado la conciencia ha sido superada se decidió por el egoísmo y el ciborg puede matar en palestina niños a millares mientras come unas palomitas, en el Perú la cosa no es mejor es mucho peor, estamos en una dictadura que se caga en nosotros todos los días y son pocos los que se atreven a insurgír y decir basta, pero como le puedes pedir a un egoísta que se niegue a si mismo, no se puede el Biotejido Teatro Loco A.S ha fracasado le pido perdón a la humanidad que queda, yo intentare cerrar mi ciclo como hombre espero pronto.

Christian Franco dijo...

Eddy Garcia
Todo es temporal.
2 d
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Autor
BIOTEJIDO TEATRO LOCO A.S
Precioso el amor exige el equilibrio eterno y el desequilibrio justo en el devenir, ese desequilibrio justo permite la vida y como tal siempre muere siempre queda destruido , pero el amor que permite ese desequilibrio como expresión de ese equilibrio eterno, nunca desaparece mira esta película con atención https://www.youtube.com/watch?v=AZJIWnaC2Xs&t=7s el chef volverá a lograr el desequilibrio justo y le volverá a hacer al mafioso el plato de su vida, tocando su conciencia, y es que el amor con el que lograba su arte no se ha ido esta ahí intacto, el amor no es temporal es eterno. Pero en la realidad no alcanzamos ese equilibrio perfecto en la paz retirada donde logramos la comunión con Dios, ni el desequilibrio justo que hace que nuestras obras estén vivas, nuestro amor esta herido profundamente herido al punto de quedar atrapado en nuestro egoísmo ¿Qué queda? Apelar una vez mas a la misericordia de Dios, que no es otra cosa que el amor eterno que se manifiesta en el desequilibrio justo, no nos merecemos esa gracia, pero esta ahí disponible para todos, en ella todo duele y por eso la abandonamos..

Christian Franco dijo...

Fidel Rodriguez
¡Felicitaciones!

Christian Franco dijo...

En la cima de la desesperación Escribí este libro en 1933, a los veintidós años, en una ciudad que
amaba, Sibiú, en Transilvania. Había acabado mis estudios de filosofía y,
para engañar a mis padres y engañarme también a mí mismo, fingí trabajar
en una tesis sobre Bergson. Debo confesar que en aquella época la jerga
filosófica halagaba mi vanidad y me hacía despreciar a toda persona que
utilizara el lenguaje normal. Pero una conmoción interior acabó con ello
echando por tierra mis proyectos.
El fenómeno capital, el desastre por excelencia es la vigilia
ininterrumpida, esa nada sin tregua. Durante horas y horas, en aquella
época, me paseaba de noche por las calles desiertas o, a veces, por las que
frecuentaban las solitarias profesionales, compañeras ideales en los
instantes de supremo desánimo. El insomnio es una lucidez vertiginosa que
convertiría el paraíso en un lugar de tortura. Todo es preferible a ese
despertar permanente, a esa ausencia criminal del olvido. Fue durante esas
noches infernales cuando comprendí la inanidad de la filosofía. Las horas
de vigilia son, en el fondo, un interminable rechazo del pensamiento por el
pensamiento, son la conciencia exasperada por ella misma, una declaración
de guerra, un ultimátum que se da el espíritu a sí mismo. Caminar impide
rumiar interrogaciones sin respuesta, mientras que en la cama se cavila
sobre lo insoluble hasta el vértigo.
En semejante estado de espíritu concebí este libro, el cual fue para mí
una especie de liberación, de explosión saludable. De no haberlo escrito,
hubiera, sin duda, puesto un término a mis noches.
E.M.Cioran

Christian Franco dijo...

SER LIRICO
¿Por qué no podemos permanecer encerrados en nosotros mismos?
¿Por qué buscamos la expresión y la forma intentando vaciarnos de todo
contenido, aspirando a organizar un proceso caótico y rebelde? ¿No sería
más fecundo abandonarnos a nuestra fluidez interior, sin ningún afán de
objetivación, limitándonos a gozar de todas nuestras agitaciones íntimas?
Experiencias múltiples y diferenciadas se fusionarían así para engendrar
una efervescencia extraordinariamente fecunda, semejante a un seísmo o a
un paroxismo musical. Hallarse repleto de uno mismo, no en el sentido del
orgullo sino de la riqueza interior, estar obsesionado por una infinitud
íntima y una tensión extrema: en eso consiste vivir intensamente, hasta
sentirse morir de vivir. Tan raro es ese sentimiento, y tan extraño, que
deberíamos vivirlo gritando. Yo siento que debería morir de vivir y me
pregunto si tiene sentido buscarle una explicación a este sentimiento.
Cuando el pasado del alma palpita en nosotros con una tensión infinita,
cuando una presencia total actualiza experiencias soterradas y un ritmo
pierde su equilibrio y su uniformidad, entonces la muerte nos arranca de las
cimas de la vida, sin que experimentemos ante ella ese terror que nos
acompaña cuando nos obsesiona dolorosamente. Sentimiento análogo al
que experimentan los amantes cuando, en el súmmun de su dicha, surge
ante ellos, fugitiva pero intensamente, la imagen de la muerte, o cuando, en
los momentos de incertidumbre, emerge, en un amor naciente, el
presentimiento del final o del abandono.
Demasiado raras son las personas que pueden soportar tales
experiencias hasta el fin. Siempre es peligroso refrenar una energía
explosiva, pues puede llegar el momento en que deje de poseerse la fuerza
para dominarla. El desmoronamiento será originado entonces por una
plétora. Existen estado y obsesiones con los que no se puede vivir. La
salvación, ¿no podría consistir en confesarlos? Conservadas en la
conciencia, la experiencia terrible y la obsesión terrorífica por la muerte
conducen a la devastación. Hablando de la muerte salvamos algo de
nosotros mismos, y sin embargo algo se extingue en el ser. El lirismo
representa una fuerza de dispersión de la subjetividad, pues indica en el
individuo una efervescencia incoercible que aspira sin cesar a la expresión.
Esa necesidad de exteriorización es tanto más urgente cuanto más interior,
profundo y concentrado es el lirismo. ¿Por qué el hombre se vuelve lírico
durante el sufrimiento y el amor? Porque esos dos estados, a pesar de que
son diferentes por su naturaleza y su orientación, surgen de las
profundidades del ser, del centro sustancial de la subjetividad, en cierto
sentido. Nos volvemos líricos cuando la vida en nuestro interior palpita con
un ritmo esencial. Lo que de único y específico poseemos se realiza de una
manera tan expresiva que lo individual se eleva a nivel de lo universal. Las
experiencias subjetivas más profundas son así mismo las más
universales, por la simple razón de que alcanzan el fondo original de la
6
vida.

Christian Franco dijo...

La verdadera interiorización conduce a una universalidad inaccesible
para aquellos seres que no sobrepasan lo inesencial y que consideran el
lirismo como un fenómeno interior, como el producto de una inconsistencia
espiritual, cuando, en realidad, los recursos líricos de la subjetividad son la
prueba de una gran profundidad interior.
Algunas personas son líricas únicamente en los momentos decisivos
de su existencia; otras sólo en el instante de la agonía, cuando todo el
pasado se actualiza y se precipita sobre ellos como un torrente. Pero en la
mayoría de los casos la explosión lírica surge tras experiencias esenciales,
cuando la agitación del fondo íntimo del ser alcanza su paroxismo. De esa
manera, seres propensos a la objetividad y a la impersonalidad, ajenos tanto
a sí mismos como a las realidades profundas, cuando se hallan presos del
amor, experimentan un sentimiento que moviliza todas sus facultades
personales. El hecho de que casi todo el mundo escriba poesía cuando está
enamorado prueba bien que el pensamiento conceptual no basta para
expresar la infinitud interior; sólo una materia fluida e irracional es capaz
de ofrecer al lirismo una objetivación apropiada. Ignorando tanto lo que
ocultamos en nosotros mismos como lo que oculta el mundo, somos
súbitamente víctimas de la experiencia del sufrimiento y transportados a
una región extraordinariamente compleja, de una vertiginosa subjetividad.
El lirismo del sufrimiento lleva a cabo una purificación interior en la cual
las llagas no son ya simples manifestaciones externas sin implicaciones
profundas, sino que forman parte de la sustancia misma del ser. Existe un
canto de la sangre, de la carne y de los nervios. De ahí que casi todas las
enfermedades tengan propiedades líricas. Sólo quienes perseveran en una
insensibilidad escandalosa permanecen indiferentes frente a la enfermedad,
la cual produce siempre un ahondamiento íntimo.
Sólo se vuelve uno realmente lírico tras un profundo trastorno
orgánico. El lirismo accidental procede de causas exteriores y desaparece
con ellos. Sin una pizca de locura el lirismo es imposible. Resulta
significativo que las psicosis se caractericen en su comienzo por una fase
lírica en la que las barreras y los obstáculos se vienen abajo para dar paso a
una ebriedad interior de una pasmosa fecundidad. Así se explica la
productividad poética de las psicosis nacientes. ¿Sería la locura un
paroxismo del lirismo? Pero limitémonos a escribir el elogio del segundo
para evitar escribir de nuevo el de la primera. El estado lírico trasciende las
formas y los sistemas: una fluidez, un flujo internos mezclan, en un mismo
movimiento, como en una convergencia ideal, todos los elementos de la
vida del espíritu para crear un ritmo intenso y perfecto. Comparado con el
refinamiento de una cultura anquilosada que, prisionera de los límites
y de las formas, disfraza todas las cosas, el lirismo es una expresión
bárbara: su verdadero valor consiste, precisamente, en no ser más que
sangre, sinceridad y llamas.

Christian Franco dijo...

¡QUÉ LEJOS ESTOY DE TODO!
Ignoro totalmente por qué hay que hacer algo en esta vida, por qué
debemos tener amigos y aspiraciones, esperanzas y sueños. ¿No sería mil
veces preferible retirarse del mundo, lejos de todo lo que engendra su
tumulto y sus complicaciones? Renunciaríamos así a la cultura y a las
ambiciones, perderíamos todo sin obtener nada a cambio; pero ¿qué se
puede obtener en este mundo? Para algunos, ninguna ganancia es
importante, pues son irremediablemente desgraciados ye están
irremisiblemente solos. ¡Nos hallamos todos tan cerrados los unos respecto
a los otros! Incluso abiertos hasta el punto de recibirlo todo de los demás o
de leer en las profundidades del alma, ¿en qué medida seríamos capaces de
dilucidar nuestro destino? Solos en la vida, nos preguntamos si la soledad
de la agonía no es el símbolo mismo de la existencia humana. Querer vivir
y morir en sociedad es una debilidad lamentable: ¿acaso existe consuelo
posible en la última hora? Es preferible morir solo y abandonado, sin
afectación ni gestos inútiles. Quienes en plena agonía se dominan y se
imponen actitudes destinadas a causar impresión me repugnan. Las
lágrimas sólo son ardientes en la soledad. Todos aquellos que desean
rodearse de amigos en la hora de la muerte lo hacen por temor e
incapacidad de afrontar su instante supremo. Intentan, en el momento
esencial, olvidar su propia muerte. ¿Por qué no se arman de heroísmo y
echan el cerrojo a su puerta para soportar esas temibles sensaciones con una
lucidez y un espanto ilimitados?
Aislados, separados del mundo, todo se nos vuelve inaccesible. La
muerte más profunda, la verdadera muerte, es la muerte causada por la
soledad, cuando hasta la luz se convierte en un principio de muerte.
Momentos semejantes nos alejan de la vida, del amor, de las sonrisas, de
los amigos —e incluso de la muerte. Nos preguntamos entonces si existe
algo más que la nada del mundo y la nuestra propia.

Christian Franco dijo...

NO PODER YA VIVIR
Hay experiencias a las que no se puede sobrevivir. Experiencias tras
las cuales se siente que ya nada puede tener sentido. Después de haber
conocido las fronteras de la vida, después de haber vivido con exasperación
todo el potencial de esos peligrosos confines, los actos y los gestos
cotidianos pierden totalmente su encanto, su seducción. Si se continúa, sin
embargo, viviendo, es únicamente gracias a la escritura, la cual alivia,
objetivándola, esa tensión sin límites. La creación es una preservación
temporal de las garras de la muerte.
Siento que me hallo al borde de la explosión a causa de todo lo que me
ofrecen la vida y la perspectiva de la muerte. Siento que muero de soledad,
de amor, de odio y de todas las cosas de este mundo. Los hechos que me
suceden parecen convertirme en un globo que está a punto de estallas. En
esos momentos extremos se realiza en mi una conversión a la Nada. Se
dilata uno interiormente hasta la locura, más allá de todas las fronteras, al
margen de la luz, allí donde ella es arrancada a la noche; se expande uno
hacia una plétora desde la que un torbellino salvaje nos proyecta
directamente en el vacío. La vida crea la plenitud y la vacuidad, la
exuberancia y la depresión; ¿qué somos nosotros ante el vértigo que nos
consume hasta el absurdo? Siento que la vida se resquebraja en mí a causa
de un exceso de desequilibrio, como si se tratase de una explosión
incontrolable capaz de hacer estallar irremediablemente al propio individuo.
En las fronteras de la vida, sentimos que ella se nos escapa, que la
subjetividad no es más que una ilusión y que bullen en nosotros fuerzas
incontrolables, las cuales rompen todo ritmo definido. ¿Hay algo entonces
que no ofrezca la ocasión de morir? Se muere a causa de todo lo que existe
y de todo lo que no existe. Lo que se vive se convierte, a partir de ese
instante, en un salto en la nada. Y ello sin que hayamos conocido todas las
experiencias posibles —basta haber experimentado lo esencial de ellas.
Cuando sentimos que morimos de soledad, de desesperación o de amor, las
demás emociones no hacen más que prolongar ese séquito sombrío. La
sensación de no poder ya vivir tras semejantes vértigos resulta igualmente
de una consunción puramente interior. Las llamas de la vida arden en un
horno del que el calor no puede escaparse. Quienes viven sin preocuparse
por lo esencial se hallan salvados desde el principio; pero ¿tienen algo que
salvar ellos, que no conocen el mínimo peligro? El paroxismo de las
sensaciones, el exceso de interioridad nos conducen hacia una región
particularmente peligrosa, dado que una existencia que adquiere una
conciencia demasiado viva de sus raíces no puede sino negarse a sí misma.
La vida es demasiado limitada, se halla demasiado fragmentada para poder
resistir a las grandes tensiones. ¿Acaso todos los místicos no padecieron,
tras sus grandes éxtasis, el sentimiento de no poder seguir viviendo? ¿Qué
podrían, pues, esperar aún de este mundo aquellos que se sienten más allá
de la normalidad, de la vida, de la soledad, de la desesperación y de la
muerte?

Christian Franco dijo...

LA PASIÓN POR LO ABSURDO
Nada podría justificar el hecho de vivir. ¿Cómo, habiendo explorado
nuestros propios extremos, seguir hablando de argumentos, causas, efectos
o consideraciones morales? Es imposible, puesto que no quedan entonces
para vivir más que razones carentes de todo fundamento. En el apogeo de la
desesperación, sólo la pasión por lo absurdo orna aún el caos con un
resplandor demoníaco. Cuando todos los ideales corrientes, sean morales,
estéticos, religiosos, sociales o de cualquier otra clase, no logran imprimir a
la vida una dirección y una finalidad, ¿cómo preservarla del vacío? La
única manera de lograrlo consiste en aferrarse a lo absurdo y a la inutilidad
absoluta, a esa nada fundamentalmente inconsistente cuya ficción es
susceptible sin embargo de crear la ilusión de la vida.
Vivo porque las montañas no saben reír ni las lombrices cantar. La
pasión por lo absurdo nace únicamente en el individuo que lo ha expiado
todo pero que es capaz de soportar terribles transfiguraciones futuras. A
quien lo ha perdido todo sólo le queda esa pasión. ¿Qué podría en adelante
seducirle? Algunos responderán que el sacrificio en nombre de la
humanidad o del bien público, el culto de lo bello, etc. Yo sólo soporto a
aquellos seres humanos que han renunciado a experimentar, aunque no sea
más que provisionalmente, todos esos sueños. Ellos son los únicos que han
vivido de manera absoluta, los únicos habilitados para hablar de la vida. Si
pueden hallarse de nuevo el amor y la serenidad, ello es posible mediante el
heroísmo y no mediante la inconsciencia. Toda existencia que no contenga
una gran locura carece de valor. ¿En qué se diferencia una existencia
semejante de la de una piedra, un palo o una mala hierba? Lo afirmo con
total honestidad: hay que ser objeto de una gran locura para querer ser
piedra, palo o mala hierba.

Christian Franco dijo...

MEDIDA DEL SUFRIMIENTO
Hay seres que se hallan condenados a saborear únicamente el veneno
de las cosas, seres pasa quienes toda sorpresa es dolorosa y toda experiencia
una nueva tortura. Se dirá que ese sufrimiento tiene razones subjetivas y
procede de una constitución particular: ¿pero existe un criterio objetivo
para evaluar el sufrimiento? ¿Quién podría certificar que mi vecino sufre
más que yo mismo, o que nadie ha sufrido más que el Cristo? El
sufrimiento no es objetivamente evaluable, pues no se mide por signos
exteriores o trastornos precisos del organismo, sino por la manera que tiene
la conciencia de reflejarlo y de sentirlo. Pero, desde ese punto de vista, las
jerarquizaciones resultan imposibles. Todo el mundo preservará su propio
sufrimiento, que considera absoluto e ilimitado. Incluso tras evocar todos
los sufrimientos de este mundo, las más terribles agonías y los suplicios
más refinados, las muertes más atroces y los abandonos más dolorosos,
todos los apestados, los quemados vivos y las víctimas lentas del hambre,
¿disminuiría por ello nuestro sufrimiento? Nadie podrá consolarse en el
momento de su agonía mediante el simple pensamiento de que todos los
hombres son mortales, de la misma manera que, enfermos, no podríamos
hallar un alivio en el sufrimiento presente o pasado de los demás. En este
mundo orgánicamente deficiente y fragmentario, el individuo tiende a
elevar su propia existencia al rango de lo absoluto: todos vivimos como si
fuéramos el centro del universo o de la historia. Esforzarse por comprender
el sufrimiento ajeno no disminuye en nada el nuestro propio. En este tema,
las comparaciones carecen del mínimo sentido, dado que el sufrimiento es
un estado de soledad íntima que nada exterior puede mitigar. Poder sufrir
solo es una gran ventaja. ¿Qué sucedería si el rostro humano expresara con
fidelidad el sufrimiento interior, si todo el suplicio interno se manifestara en
la expresión? ¿Podríamos conversar aún? ¿Podríamos intercambiar
palabras sin ocultar nuestro rostro con las manos? La vida sería realmente
imposible si la intensidad de nuestros sentimientos pudieran leerse sobre
nuestra cara.
Nadie se atrevería entonces a mirarse en un espejo, pues una imagen
grotesca y trágica a la vez mezclaría los contornos de la fisionomía con
manchas de sangre, llagas permanentemente abiertas y regueros de lágrimas
irreprimibles. Yo experimentaría una voluptuosidad llena de terror
observando, en el seno de la confortable y superficial armonía cotidiana, la
explosión de un volcán que arroja llamas ardientes como la desesperación.
¡Observar cómo la mínima llaga de nuestro ser se abre irremediablemente
para transformarnos por entero en una sangrienta erupción! Sólo entonces
percibiríamos las ventajas de la soledad, la cual vuelve mudo e inaccesible
el sufrimiento. En el estallido del volcán de nuestro ser, ¿bastaría el veneno
acumulado en nosotros para envenenar al mundo entero?

Christian Franco dijo...

LA IRRUPCIÓN DEL ESPIRITU
La soledad verdadera nos aísla totalmente entre el cielo y la tierra,
pues es ahí donde aparece todo el drama de la finitud. Los paseos
solitarios —extraordinariamente fecundos y peligrosos a la vez para la vida
interior— deben realizarse sin que nada turbe el aislamiento del ser humano
en este mundo, es decir, por la noche, a la hora en que ninguna de las
distracciones habituales puede ya interesarnos, cuando nuestra visión del
mundo emana de la región más profunda del espíritu, de la zona que nos
separa de la vida y de su herida. ¡Cuánta soledad necesitamos para poder
tener acceso al espíritu! ¡Cuánta muerte necesitamos en la vida, y cuanto
fuego interior! Hasta tal punto la soledad niega la vida que el desarrollo del
espíritu, producido por desgarramientos íntimos, se vuelve casi insoportable.
¿No es significativo que los seres que se sublevan contra él sean
precisamente quienes poseen demasiado espíritu, quienes conocen la
gravedad de la enfermedad que afectó a la vida para engendrarlo? Sólo los
seres sanos hacen apología del espíritu, quienes no han experimentado
nunca los tormentos de la vida ni las antinomias sobre las cuales se basa la
existencia. Quienes sienten realmente el peso de su propio espíritu lo
toleran con orgullo, o lo presentan como si fuera una calamidad. Nadie, sin
embargo, está contento en el fondo de sí mismo de semejante adquisición
catastrófica para la vida.¿Cómo, en efecto, se podría estar encantado de esta
vida privada de atractivos, de ingenuidad y de espontaneidad? La presencia
del espíritu indica siempre una carencia de vida, mucha soledad y un
sufrimiento prolongado. ¿Quién hablaba, pues, de la salvación obtenida
gracias al espíritu? Es falso pensar que el vivir inmanente sea un vivir
ansioso del que el hombre se ha liberado mediante el espíritu. Es mucho
más exacto, por el contrario, afirmar que el espíritu ha producido en
nosotros desequilibrios y ansiedades, pero también nos ha hecho alcanzar
cierta dimensión. Hacer la apología del espíritu es una prueba de
inconsciencia, de la misma manera que hacer la apología de la vida es una
prueba de desequilibrio. Para una persona normal, la vida es una evidencia;
sólo el enfermo se complace en ella glorificándola para evitar hundirse.
Pero ¿qué será de quien no puede ya glorificar ni la vida ni el espíritu?

Christian Franco dijo...

YO Y EL MUNDO
El hecho de que yo exista prueba que el mundo no tiene sentido. ¿Qué
sentido, en efecto, podría yo hallar en los suplicios de un hombre
infinitamente atormentado y desgraciado para quien todo se reduce en
última instancia a la nada y para quien el sufrimiento domina el mundo?
Que el mundo haya permitido la existencia de un ser humano como yo
prueba que las manchas sobre el sol de la vida son tan grandes que acabarán
ocultando su luz. La bestialidad de la vida me ha pisoteado y aplastado, me
ha cortado las alas en pleno vuelo y me ha negado las alegrías a las que
hubiera podido aspirar. Mi ardor desmedido, la loca energía de la que he
hecho alarde para brillar en esta vida, el hechizo demoníaco que he
padecido para adquirir una aureola futura, y todas miss fuerzas derrochadas
para obtener un restablecimiento vital o una aurora íntima —todo ello ha
resultado ser más débil que la irracionalidad de este mundo, el cual ha
vertido en mí todos sus recursos de negatividad envenenada. La vida no
resiste apenas a una alta temperatura. Por eso he comprendido que los
hombre más atormentados, aquellos cuya dinámica interior alcanza el
paroxismo y que no pueden adaptarse a la apatía habitual, están condenados
al hundimiento. En el desarraigo de quienes habitan regiones insólitas
hallamos el aspecto demoníaco de la vida, pero también su insignificancia,
lo cual explica que ella sea el privilegio de los mediocres. Sólo estos viven
a una temperatura normal; a los otros les consumen un fuego devastador.
Yo no puedo aportar nada al mundo, pues mi manera de vivir es única: la
de la agonía. ¿Os quejáis de que los seres humanos sean malvados,
vindicativos, ingratos o hipócritas? Yo os propongo, por mi parte, el
método de la agonía, que os permitirá evitar profesionalmente todos esos
defectos. Aplicadlo, pues, a cada generación —los efectos se manifestarán
inmediatamente. Quizás así sea yo también útil a la humanidad...
Mediante el látigo, el fuego o el veneno, obligad a todo ser humano a
realizar la experiencia de los últimos instantes, para que conozca, en un
atroz suplicio, esa gran purificación que es la visión de la muerte. Dejadle
luego irse, correr aterrado hasta que se caiga de agotamiento. El resultado
será, sin duda alguna, más brillante que el obtenido mediante los métodos
normales. ¡Lástima que no pueda yo hacer agonizar al mundo entero para
purgar de raíz a la vida! La llenaría de llamas tenaces, no para destruirla,
sino para inocularle una savia y un calor diferentes. El fuego con el que yo
incendiaría el mundo no produciría su ruina, sino una transfiguración
cósmica esencial. De esa manera la vida se acostumbraría a una alta
temperatura y dejaría de ser un nido de mediocridad. ¿Quién sabe si incluso
la muerte no dejaría, dentro de ese sueño, de ser inmanente a la vida?
(Escrito el 8 de abril de 1933, el día en que cumplo veintidós años.
Experimento una extraña sensación al pensar que soy, a mi edad, un
especialista de la muerte.)

Christian Franco dijo...

AGOTAMIENTO Y AGONÍA
¿Conocéis esa sensación atroz de fundirse, de perder todo vigor para
fluir como un arroyo, de sentir que nuestro ser se anula en una extraña
licuación como si se hallase vacío de toda sustancia? No estoy hablando de
una sensación vaga e indeterminada, sino de una sensación precisa y
dolorosa. ¡No sentir ya más que nuestra cabeza, separada del cuerpo y
aislada de manera alucinadora! Lejos del agotamiento voluptuoso que se
siente contemplando el mar o dejándose invadir por ensueños melancólicos,
se trata de un agotamiento que nos consume y nos destruye. Ningún
esfuerzo, ninguna esperanza, ninguna ilusión pueden seducirnos ya cuando
lo padecemos. Permanecer estupefactos ante nuestra propia catástrofe,
incapaces de pensar o de actuar, anonadados por tinieblas glaciales,
desorientados como si nos hallásemos sometidos a la influencia de alguna
alucinación nocturna o abandonados como en los momentos de
remordimiento, significa alcanzar el límite negativo de la vida, la
temperatura extrema que aniquilará nuestra última ilusión. En ese
sentimiento de agotamiento se manifestará el sentido verdadero de la
agonía: lejos de ser un combate quimérico, ella refleja la imagen de la vida
que lucha en las garras de la muerte, con muy pocas posibilidades de vencer.
¿La agonía como combate? ¿Un combate contra quien y por qué? Sería
cometer un error interpretar la agonía como un impulso al que su propia
inutilidad exalta, o como un tormento cuya finalidad se hallase incluida en
sí mismo. Fundamentalmente, agonizar significa ser martirizado en la
frontera entre la vida y la muerte. Siendo la muerte inmanente a la vida,
esta última se convierte, casi en su totalidad, en una agonía. Por lo que a mí
respecta, sólo llamo instantes de agonía a las fases más dramáticas de esa
lucha entre la vida y la muerte, en las cuales se vive la segunda de manera
consciente y dolorosa. La agonía verdadera nos hace alcanzar la nada a
través de la muerte; la sensación de agotamiento nos consume entonces
inmediatamente y la muerte obtiene la victoria. En toda verdadera agonía
encontramos ese triunfo de la muerte, y ello incluso si, una vez pasados los
instantes de agotamiento, continuamos viviendo.
¿Dónde está, en semejante suplicio, el combate quimérico? ¿No posee
la agonía, de todas formas, un carácter definitivo? ¿No se parece a una
enfermedad incurable que nos tortura intermitentemente? Los instantes de
agonía indican un progreso de la muerte en detrimento de la vida, un drama
de la conciencia originado por la ruptura del equilibrio existente entre la
vida y la muerte. Esos instantes sólo se producen en plena sensación de
agotamiento, cuando la vida ha alcanzado su nivel más bajo. Su frecuencia
es un índice de podredumbre y de desmoronamiento. La muerte es la única
obsesión que no puede volverse voluptuosa: incluso cuando la deseamos,
ese deseo va acompañado de un arrepentimiento implícito. Quiero morir,
pero lamento quererlo: eso es lo que sienten todos aquellos que se
abandonan a la nada. El sentimiento más perverso que existe es el
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sentimiento de la muerte. ¡Y pensar que hay gente a la que la obsesión
perversa de la muerte impide dormir! ¡Cuánto me gustaría perder toda
conciencia de mí mismo y de este mundo!

Christian Franco dijo...

LO GROTESCO Y LA DESESPERACIÓN
De todas las formas de lo grotesco, la más extraña, la más complicada
me parece aquella cuyo origen se sitúa en la desesperación. Las demás sólo
aspiran a un paroxismo de segunda mano. Porque ¿existe un paroxismo más
profundo, más orgánico que el de la desesperación? Lo grotesco aparece
cuando una carencia vital engendra grandes tormentos. Pues ¿acaso no
vemos una inclinación desenfrenada a la negatividad en la mutilación
bestial y paradójica que deforma los rasgos del rostro para darles una
expresividad insólita, en esa mirada llena de sombras y luces lejanas?
Intensa e irremediable, la desesperación sólo se objetiva en la expresión de
lo grotesco. Este representa, en efecto, la negación absoluta de la
serenidad –ese estado de pureza, de transparencia y de lucidez que se halla
en los antípodas de la desesperación, la cual sólo genera nada y caos.
¿Habéis experimentado alguna vez la monstruosa satisfacción de
mirarse en un espejo después de haber pasado innumerables noches en vela?
¿Habéis soportado la tortura de los insomnios en los que se percibe cada
instante de la noche, en los que estamos solos en el mundo y sentimos que
vivimos el drama esencial de la historia; esos instantes en los que ni
siquiera ella tiene ya la mínima significación y deja de existir para nosotros,
pues notamos que se elevan en nuestro interior llamas terribles: esos
momentos en los que nuestra propia existencia nos parece ser la única en un
mundo nacido para vernos agonizar —habéis experimentado esos
innumerables instantes, infinitos como el sufrimiento, en los que el espejo
refleja la imagen misma de lo grotesco? En él aparece una tensión final, a la
cual se asocia una palidez de encanto demoníaco —la palidez de quien
acaba de atravesar el abismo de las tinieblas. ¿Esa imagen grotesca no surge,
en efecto, como la expresión de una desesperación con aspecto de abismo?
¿No evoca el vértigo abisal de las grandes profundidades, la llamada de una
infinitud abierta dispuesta a devorarnos y a la cual nos sometemos como a
una fatalidad? ¡Qué agradable sería poder morir arrojándose al vacío
absoluto! La complejidad de lo grotesco reside en su capacidad de expresar
una infinitud interior, así como un paroxismo extremo. ¿Cómo podría éste,
pues, objetivarlo cono contornos claros y netos? Lo grotesco niega
esencialmente lo clásico, de la misma manera que niega toda idea de
armonía o de perfección estilística.
Que lo grotesco oculte con mucha frecuencia tragedias que no se
expresan directamente es una evidencia para quien conoce las formas
múltiples del drama íntimo. Todo aquel que haya visto su rostro en su
hipóstasis grotesca no podrá volver a mirarse, pues se tendrá siempre miedo
a sí mismo. A la desesperación sucede una inquietud llena de tormentos.
¿Qué hace, pues, lo grotesco, sino actualizar e intensificar el miedo y la
inquietud?

Christian Franco dijo...

EL PRESENTIMIENTO DE LA LOCURA
Nunca comprenderán los seres humanos por qué algunos de ellos son
condenados a la locura, por qué existe esa fatalidad inexorable que es la
entrada en el caos, en el cual la lucidez no puede durar más que el
relámpago. Las páginas más inspiradas, aquellas de las q emana un lirismo
absoluto, esas páginas en las que se siente uno abandonado a una exaltación,
a una ebriedad total del ser, sólo pueden escribirse en un estado de tensión
tal que todo regreso al equilibrio resulta tras él ilusorio. De ese estado no se
puede salir indemne: el resorte intimo del ser se ha roto, las barreras
interiores desmoronado. El presentimiento de la locura se produce
únicamente tras experiencias capitales. Creemos entonces haber alcanzado
alturas vertiginosas, en las cuales vacilamos, perdemos el equilibrio y la
percepción normal de lo concreto y lo inmediato. Un gran peso parece
aplastar el cerebro como para reducirlo a una simple ilusión, y sin embargo
es ésa una de las pocas sensaciones que nos revelan, justamente, la horrible
realidad orgánica de la que nuestras experiencias proceden. Bajo esa
presión, que intenta golpearnos contra la tierra y hacernos estallar, surge el
miedo, un miedo cuyos componentes son difíciles de definir. No se trata del
miedo a la muerte, que se apodera del ser humano para dominarlo hasta
asfixiarlo; no es un miedo que se insinúa en el ritmo de nuestro ser para
paralizar el proceso de la vida que se lleva a cabo en nosotros —es un
miedo que atraviesan relámpagos poco frecuentes pero intensos, como un
trastorno soportado que elimina para siempre toda posibilidad de equilibrio
futuro. Es imposible delimitar este extraño presentimiento de la locura. Su
aspecto aterrador proviene de que percibimos en él una disipación total, una
pérdida irremediable para nuestra vida. Sin dejar de respirar y alimentarme,
yo he perdido todo lo que nunca pude añadir a mis funciones biológicas.
Pero ésa no es más que una muerte aproximativa. La locura nos hace perder
nuestra especificidad, todo lo que nos individualiza en el universo, nuestra
perspectiva propia, el cariz particular de nuestro espíritu. La muerte
también nos hace perderlo todo, con la diferencia de que la pérdida es en
ella el resultado de una proyección en la nada. De ahí que, aunque
persistente y esencial, el miedo a la muerte sea menos extraño que el miedo
a la locura, en la cual nuestra semipresencia es un factor de inquietud
mucho más complejo que el terror orgánico a la ausencia total
experimentado ante la nada.

Christian Franco dijo...

. ¿No sería acaso la locura una manera de evitar
las miserias de la vida? Esta pregunta sólo se justifica teóricamente, dado
que, en la práctica, quien es víctima de ciertas ansiedades considera el
problema de modo diferente presentimiento de la locura va acompañado del
miedo a la lucidez durante la locura, el miedo a los momentos de regreso a
sí mismo, en los que la intuición del desastre podría engendrar una locura
aún mayor. De ahí que no exista salvación a través de la locura. Deseamos
el caos, pero tememos sus revelaciones.
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Toda forma de locura es tributaria del temperamento y de la condición
orgánicos. Como la mayoría de los locos se reclutan entre los depresivos, la
depresión es fatalmente más abundante que la exaltación alegre y
desbordante. La melancolía profunda es tan frecuente en ellos que casi
todos padecen tendencias suicidas. ¡Qué difícil solución es el suicidio
cuando no se está loco!
Me gustaría perder el juicio con una sola condición: tener la certeza de
ser un loco jovial, sin problemas ni obsesiones, jocoso durante todo el día.
A pesar de mi deseo vehemente de éxtasis luminosos, si estuviese loco no
los desearía, dado que tras ellos siempre se producen depresiones. Por el
contrario, me gustaría que un manantial de luz brotase de mí para
transfigurar el universo -un manantial que, lejos de la tensión del éxtasis,
conservara la calma de una eternidad luminosa, que tuviera la ligereza de la
gracia y el calor de una sonrisa. Quisiera que el mundo entero flotasen ese
sueño de claridad, en ese encantamiento transparente e inmaterial. Que no
hubiese ya obstáculos ni materia, forma o confines. Y en ese paraíso, yo
muriese de luz."