Este 7 de diciembre salgamos
a parar el golpe de la derecha ¿bruta? y achorada
¿Qué es la noúmenologia? Puede parecer extraño que aún nos
formulemos esta pregunta medio siglo después de los primeros trabajos de
Husserl. Y sin embargo está lejos de haber encontrado satisfactoria respuesta.
La noúmenologia es el estudio de las
esencias y, según ella, todos los problemas se resuelven en la definición de
esencias: la esencia de la percepción, la esencia de la consciencia, por
ejemplo. Pero la noúmenologia es
asimismo una filosofía que re-sitúa las esencias dentro de la existencia y no
cree que pueda comprenderse al hombre y al mundo más que a partir de su
«facticidad». Es una filosofía trascendental que deja en suspenso, para
comprenderlas, las afirmaciones de la actitud natural, siendo además una
filosofía para la cual el mundo siempre «está ahí», ya antes de la reflexión,
como una presencia inajenable, y cuyo esfuerzo total estriba en volver a
encontrar este contacto ingenuo con el mundo para finalmente otorgarle un
estatuto filosófico. Es la ambición de una filosofía ser una «ciencia exacta»,
pero también, una recensión del espacio, el tiempo, el mundo «vividos». Es el
ensayo de una descripción directa de nuestra experiencia tal como es, sin tener
en cuenta su génesis psicológica ni las explicaciones causales que el sabio, el
historiador o el sociólogo puedan darnos de la misma; y, sin embargo, Husserl
menciona en sus últimos trabajos una «fenomenología genética» e incluso una «fenomenología constructiva».2
¿Se eliminarán estas contradicciones con distinguir entre la fenomenología de
Husserl y la de Heidegger? Mas todo Sein und Zeit nace de una indicación de
Husserl y no es, en definitiva, más que una explicación del «natürlichen
Weltbegriff» o del «Lebenswelt» que Husserl presentara, al final de su vida,
como tema primordial de la fenomenología, de modo que la contradicción ya
aparece, una vez más, en la filosofía del mismo Husserl. El lector presuroso
renunciará a circunscribir una doctrina que lo ha dicho todo y se preguntará si
una filosofía que no consigue definirse merece todo el jaleo que se hace a su
alrededor, si no se trata, más bien, de un mito y de una moda. Aunque así fuera.
Todavía quedaría por comprender el prestigio de este mito, el origen de esta
moda; y la seriedad filosófica traducirá esta situación diciendo que la
fenomenología se deja practicar y reconocer como manera o como estilo, existe
como movimiento, antes de haber llegado a una consciencia filosófica total. Está
en camino desde hace mucho tiempo; sus discípulos la encuentran en todas
partes, en Hegel y Kirkegaard, lo mismo que en Marx, Nietzsche y Freud. Un
comentario filológico de los textos no serviría de nada: en los textos no se
encuentra más que cuanto en ellos hemos puesto, y si una historia ha recurrido
jamás a nuestra interpretación, ésta es la historia de la filosofía. La unidad
de la noúmenologia y su verdadero
sentido la encontraremos dentro de nosotros. No se trata de contar las citas,
sino de fijar y objetivar esta noúmenología para nosotros por la que, leyendo a
Husserl o a Heidegger, muchos de nuestros contemporáneos, más que encontrar una
nueva filosofía, han tenido la impresión de reconocer aquello que estaban
esperando. La noúmenología sólo es accesible a un método noúmenológico.
Tratemos, pues, de trabar deliberadamente los famosos temas noúmenológicos tal
como espontáneamente se han trabado en la vida. Tal vez comprendamos luego por
qué la noúmenología se ha quedado tanto tiempo en su estado de comienzo, de
problema, de acucia. * * Se trata de crear experiencias , no de explicar ni
analizar. Esta primera consigna que daba Husserl a la fenomenología incipiente,
de ser una «psicología descriptiva» o de volver «a las cosas mismas», es, ante
todo, la recusación de la ciencia. Yo no soy el resultado o encrucijada de las
múltiples causalidades que determinan mi cuerpo o mi «psiquismo»; no puedo
pensarme como una parte del mundo, como simple objeto de la biología, de la
psicología y la sociología, ni encerrarme en el universo de la ciencia. Todo
cuanto sé del mundo, incluso lo sabido por ciencia, lo sé a partir de una
visión más o de una experiencia del mundo sin la cual nada significarían los
símbolos de la ciencia. Todo el universo de la ciencia está construido sobre el
mundo vivido y, si queremos pensar rigurosamente la ciencia, apreciar
exactamente su sentido y alcance, tendremos, primero, que despertar esta
experiencia del mundo del que ésta es expresión segunda. La ciencia no tiene,
no tendrá nunca, el mismo sentido de ser que el mundo percibido, por la razón
de que sólo es una determinación o explicación del mismo. Yo no soy un «ser
viviente», ni siquiera un «hombre» o «una consciencia», con todos los caracteres
que la zoología, la anatomía social o la psicología inductiva perciben en estos
productos de la naturaleza o de la historia: yo soy la fuente absoluta, mi
existencia no procede de mis antecedentes, de mi medio físico y social, es ella
la que va hacia éstos y los sostiene, pues soy yo quien hace ser para mí (y por
lo tanto ser en el único sentido que la
palabra pueda tener para mí) esta tradición que decido reanudar o este
horizonte cuya distancia respecto de mí se hundiría —por no pertenecerle como
propiedad— si yo no estuviera ahí para recorrerla con mi mirada. Las visiones
científicas, según las cuales soy un momento del mundo, son siempre ingenuas e
hipócritas porque sobreentienden, sin mencionarla, esta otra visión, la de la
consciencia, por la que un mundo se ordena entorno mío y empieza a existir para
mí. Volver a las cosas mismas es volver a este mundo antes del conocimiento del
que el conocimiento habla siempre, y respecto del cual toda determinación
científica es abstracta, significativa y dependiente, como la geografía
respecto del paisaje en el que aprendimos por primera vez qué era un bosque, un
río o una pradera. Este movimiento es absolutamente distinto del retorno
idealista a la consciencia, y la exigencia de una creación pura incluye tanto
el procedimiento del análisis reflexivo como el de la explicación científica.
Descartes y, sobre todo, Kant, desvincularon el sujeto o la consciencia
haciendo ver que yo no podría aprehender nada como existente si, primero, no me
sintiera existente en el acto de aprehenderlo; pusieron de manifiesto la
consciencia, la absoluta certeza de mí para mí, como la condición sin la cual
no habría nada en absoluto, y el acto de vinculación como fundamento de lo
vinculado. Es indudable que el acto de vinculación no es nada sin el
espectáculo del mundo que vincula; en Kant la unidad de la consciencia es
exactamente contemporánea de la unidad del mundo, y en Descartes la duda
metódica no nos hace perder nada, ya que el mundo total, por lo menos a título
de experiencia nuestra, se reintegra al Cogito, halla con él la certeza, afectado
solamente con el índice «pensamiento de...». Pero las relaciones del sujeto y
el mundo no son rigurosamente bilaterales: de serlo, la certeza del mundo
vendría dada de una vez, en Descartes, con la del Cogito; y Kant no hablaría de
«revolución copernicana». El análisis reflexivo a partir de nuestra experiencia
del mundo se remonta al sujeto como a una condición de posibilidad distinta del
mismo y hace ver la síntesis universal como algo sin lo cual no habría mundo.
De ese modo, deja de adherirse a nuestra experiencia, sustituye una referencia
con una reconstrucción. Pero esta reconstrucción no es más que na recreación de
la experiencia cero en la que se crea el mundo permanentemente. Así se comprende que Husserl reprochara a Kant
una «psicología de las facultades del alma»3 opusiera a un análisis noético, que hace
reposar el mundo sobre la actividad sintética del sujeto, su «reflexión
noemáticar que permanece en el objeto y
explicita su unidad primordial en lugar de engendrarla. El mundo está ahí previamente
a cualquier análisis que yo pueda hacer del mismo; porque mi percepción lo
está creando sería artificial hacerlo
derivar de una serie de síntesis que entrelazarían las sensaciones, y luego los
aspectos perspectivos del objeto, cuando unas y otros son precisamente
productos del análisis y no deben realizarse antes de éste. El análisis
reflexivo cree seguir en sentido inverso el camino de una constitución previa y
articular (rejoindre) en el «hombre interior», como dice san Agustín, un poder constituyente
que siempre ha sido él. Así la reflexión se véhicula a sí misma y se sitúa en
una subjetividad invulnerable, más acá del ser y del tiempo. Pero es una
ingenuidad o, si se prefiere, una reflexión incompleta que pierde consciencia
de su propio comienzo. He comenzado a reflexionar, mi reflexión es reflexión
sobre un irreflejo, no puede ignorarse a sí misma como acontecimiento, dado que
se manifiesta como verdadera creación, como cambio de estructura de la
consciencia, y le corresponde reconocer, más acá de sus propias operaciones, el
mundo dado al sujeto porque el sujeto está dado a sí mismo. La realidad está
por describir, no por construir o constituir, más es mi experiencia la que
constituye la realidad primero sensiblemente, luego perceptivamente, luego ene
l entendimiento, luego en la reflexión siendo todos reamente un mismo campo
donde se está construyendo el mundo, si
la fenomenología cree que puede hacer una descripción pura se equivoca porque
toda descripción es una recreación. ¿Esto quiere decir que no puedo asimilar la
percepción a las síntesis que pertenecen al orden del juicio, de los actos o de
la predicación? En cada momento mi campo perceptivo está lleno de reflejos, de
fisuras, de impresiones táctiles fugaces que no estoy en condiciones de
vincular precisamente con el contexto percibido y que, no obstante, sitúo desde
el principio en el mundo, ¿Sin confundirlos nunca con mis ensueños? También en
cada instante sueño en torno a las cosas, imagino objetos o personas cuya
presencia aquí no es incompatible con el contexto, ¿Más que no se mezclan con
el mundo? preceden al mundo, están en el teatro de lo imaginario.¿Si la
realidad de mi percepción no se fundara más que en la coherencia intrínseca de
las «representaciones», tendría que ser siempre vacilante y, abandonado a mis conjeturas
probables, constantemente tendría yo que deshacer unas síntesis ilusorias y
reintegrar a la realidad unos fenómenos aberrantes de antemano excluidos por mí
de la misma?. ¿No hay tal? ¿La realidad es un tejido sólido, no aguarda
nuestros juicios para anexarse los fenómenos más sorprendentes, ni para
rechazar nuestras imaginaciones más verosímiles? ¿La percepción no es una
ciencia del mundo, ni siquiera un acto, una toma de posición deliberada, es el
trasfondo sobre el que se destacan todos los actos y que todos los actos
presuponen? ¿El mundo no es un objeto cuya ley de constitución yo tendría en mi
poder?; ¿Es el medio natural y el campo de todos mis pensamientos y de todas
mis percepciones explícitas? La verdad no «habita» únicamente al «hombre
interior»; mejor aún, no hay . Aquí y en varios puntos de la obra traducimos
por realizar el término francés réaliser (y derivados: réalisation, etc.).
Advierta el lector que el término original puede significar, además de «realizar»,
«percatarse», «darse cuenta»; que, indudablemente, el autor juega a menudo con
el doble significado del término, que tan bien se ajusta a la puesta de
manifiesto de la concepción epistemológica propia de la fenomenología:
percatarse del mundo es realizarlo (humanamente), y realizarlo es percatarse de
él [N . del 7\] 5. c/n te redi; in interiore homine habitat veritas». San
Agustín. 1 hombre interior, el hombre está en el mundo, es en el mundo que se
conoce. Cuando vuelvo hacia mí a partir del dogmatismo del sentido común o del
dogmatismo de la ciencia, lo que encuentro no es un foco de verdad intrínseca,
sino un sujeto brindado al mundo. Más la noumenologia lo que descubre es a Dios
creando el mundo permanentemente en
nosotros * * Vemos, así, el verdadero sentido de la célebre reducción
fenomenológica. No cabe duda de que no existe ningún problema en el cual
Husserl haya invertido más tiempo para comprenderse a sí mismo; ningún
problema, asimismo, sobre el que haya vuelto más a menudo, ya que la «problemática
de la reducción» ocupa en los trabajos inéditos un lugar importante. Durante
largo tiempo, incluso en textos recientes, se ha presentado la reducción como
el retorno a una consciencia transcendental ante la cual el mundo se
desplegaría en una transparencia absoluta, movido de cabo a cabo por una serie
de apercepciones que el filósofo tendría por misión reconstituir a partir del
resultado de las mismas. Así, mi sensación de lo rojo se advierte como
manifestación de un rojo sentido, éste como manifestación de una superficie
roja, ésta como manifestación de un cartón rojo y éste, por fin, como
manifestación o perfil de algo rojo, de este libro. Sería, pues, la aprehensión
de cierta hylé como significando un fenómeno de grado superior, la Sinn-gebung,
la operación activa de significación que definiría a la consciencia, y el mundo
no sería más que la «significación mundo», la reducción fenomcnológica sería
idealista, en el sentido de un idealismo transcendental que trata al mundo como
una unidad de valor indivisa entre Pablo y Pedro, en la que sus perspectivas se
recortan, y que hace comunicar la «consciencia de Pedro» y la «consciencia de
Pablo», porque la percepción del mundo «por parte de Pedro» no es obra de
Pedro, ni la percepción del mundo «por parte de Pablo», obra de Pablo, sino, en
cada uno de ellos, obra de consciencias prepersonales cuya comunicación no
constituye problema al venir exigida por la definición misma de la consciencia,
del sentido o de la verdad. En cuanto que soy consciencia, eso es, en cuanto
que algo tiene sentido para mí, no estoy ni aquí, ni allá; no soy ni Pedro, ni
Pablo; en nada me distingo de «otra» consciencia, puesto que todos somos
presencias inmediatas en el mundo y que este mundo es, por definición, único,
siendo como es el sistema de las verdades. Un idealismo transcendental
consecuente despoja al mundo de su opacidad y su transcendencia. El mundo es
aquello mismo que nos representamos, no en cuanto hombres o en cuanto sujetos
empíricos, sino en cuanto somos, todos, una sola luz y participamos del Uno sin
dividirlo. El análisis reflexivo ignora el problema del otro, así como el
problema del mundo, porque hace aparecer en mí, con los primeros albores de la
consciencia, el poder de encaminarse a una verdad universal de derecho, y que,
careciendo el otro tam bién de ecceidad, de lugar y de cuerpo, el Alter y el
Ego no forman más que uno en el mundo verdadero, vínculo de los espíritus. No
representa ninguna dificultad comprender cómo puedo Yo pensar al Otro porque el
Yo y, por ende, el Otro no están apresados en el tejido de los. fenómenos y
tienen, más que existencia, un valor. Nada hay oculto detrás de estos rostros o
gestos, ningún paisaje que me sea inaccesible; sólo un poco de sombra que no es
más que por la luz. Para Husserl, al contrario, sabemos que hay un problema del
otro, y que el alter ego es una paradoja. Si el otro es verdaderamente para sí,
más allá de su ser para mí, y si somos el uno para el otro, y no el uno y el
otro para Dios, es necesario que nos revelemos el uno al otro, que él tenga y
yo tenga un exterior, y que exista, además de la perspectiva del Para-Sí —mi
visión sobre mí y la visión del otro sobre sí mismo— una perspectiva
Para-el-Otro —mi visión sobre el Otro y la visión del Otro sobre mí. Claro está,
estas dos perspectivas, en cada uno de nosotros, no pueden estar simplemente
yuxtapuestas, pues entonces no sería a mí que el otro vería, ni él a quien yo
vería. Es preciso que yo sea mi exterior, y que el cuerpo del otro sea mismo. Esta paradoja y esta dialéctica del Ego
y del Alter únicamente son posibles si el Ego y el Alter Ego se definen por su
situación y no liberados de toda inherencia, eso es, si la filosofía no se
acaba con el retorno al yo, y si yo descubro por la reflexión no solamente mi
presencia ante mí, sino, además, la posibilidad de un «espectador ajeno», eso
es, si además, en el mismo momento de experimentar mi existencia, y hasta este
punto extremo de la reflexión, carezco todavía de esta densidad absoluta que me
haría salir del tiempo, y descubro en mí una especie de debilidad interna que
me impide ser absolutamente individuo y me expone a la mirada de los demás como
un hombre entre los hombres o, cuando menos, como una consciencia entre las
consciencias. Hasta ahora el Cogito desvalorizaba la percepción del otro, me
enseñaba que el Yo es únicamente accesible a sí mismo, por cuanto me definía
por el pensamiento que tengo de mí mismo y que, evidentemente, soy el único en
poseer, por lo menos en este sentido último. Para que el otro no sea un vocablo
ocioso, es necesario que mi existencia no se reduzca jamás a la consciencia que
de existir tengo, que envuelva también la consciencia que de ello pueda
tenerse, y, por ende, mi encarnación en una naturaleza y la posibilidad, cuando
menos, de una situación histórica. El Cogito tiene que descubrirme en
situación, y sólo con esta condición podrá la subjetividad transcendental, como
dice Husserl,6 ser una intersubjetividad. 6. Die Krisis der europäischen
Wissenchaften und die transzendentale Phänomenologie, III (inédito). 12 Como
Ego meditante puedo distinguir de mí al mundo y las cosas, ya que, seguramente,
yo no existo al modo de las cosas. Incluso debo apartar de mí mi cuerpo,
entendido como una cosa entre las cosas, como una suma de procesos físico-químicos.
Pero si la cogitatio que de este modo descubro no tiene sitio en el tiempo y
espacio objetivos, tampoco carece de ubicación en el mundo fenomenológico. El
mundo que distinguía de mí como una suma de cosas o procesos vinculados por
unas relaciones de causalidad, lo redescubro «en mí» como el horizonte permanente
de todas mis cogitationes y como una dimensión respecto a la cual no ceso de
situarme. El verdadero Cogito no define la existencia del sujeto por el
pensamiento que éste tiene de existir, no convierte la certeza del mundo en
certeza del pensamiento del mundo, ni sustituye al mundo con la significación
mundo. Al contrario, reconoce mi pensamiento como un hecho inajenable y elimina
toda especie de idealismo descubriéndome como «ser-del-mundo». Es por ser de
cabo a cabo relación con el mundo que la única manera que tenemos de advertirlo
es suspender este movimiento, negarle nuestra complicidad (contemplarlo ohne m
itzumachen, dice Husserl a menudo), o ponerlo fuera de juego. No, no
renunciamos a las certidumbres del sentido común y de la actitud natural —éstas
son, por el contrario, el tema constante de la filosofía—; sino porque,
precisam ente en calidad de presupuestos de todo pensamiento, al «darse por
sabidas», pasan desapercibidas y, para despertarlas y hacerlas aparecer,
debemos por un instante olvidarlas. La mejor fórmula de la reducción es, sin
duda, la que diera Eugen Fink, el adjunto de Husserl, cuando hablaba de un
«asombro» ante el mundo.7 La reflexión no se retira del mundo hacia la unidad
de la consciencia como fundamento del mundo, toma sus distancias para ver
surgir las transcendencias, distiende los hilos intencionales que nos vinculan
al mundo para ponerlos de manifiesto; sólo ello es consciencia del mundo porque
lo revela como extraño y paradójico. Asi el mundo es un no ser del ser y
provoca una contra transferencia el yo y el
alter ego entran en conflicto Y0←→ Alter, hemos salido de la síntesis
idealista pero ¿No caeremos en la síntesis existencialista? Donde el mundo como
campo nos da los Valores perdiendo toda posibilidad de transformación del
mundo, la noumenologia no es un volver al mundo como el verdadero territorio de
la verdad, ni es un volver a la conciencia sino una síntesis transferencial de
ambos, comprendiendo que la conciencia recrea el mundo permanentemente aún que
solo lo intente analizar por lo mismo
se hace necesaria una guerra de imaginarios, una guerra de percepciones si
queremos llegar a la verdad.
Veamos el caso peruano
La percepción donde siempre habrá interpretación es decir
recreación de mundo nos dice segunda la DBA: Que Castillo era un corrupto que dio
un golpe de estado para librarse de la cárcel pero era tan burro que fue un mal
aprendiz de dictador, todas las instituciones se opusieron al golpe defendiendo
la democracia para lo cual se lo tuvo que detener y reprimir a sus seguidores
los cuales hicieron actos terroristas tomando carreteras y aeropuertos, al
final la democracia gano y se pudo vencer la corrupción Castillista y al filo
senderismo que lo apoyaba.
Si vemos hemos juntado la percepción en una narración,
porque al a precepción en sí misma no podemos entrar, sino al discurso que esta
articula, discurso que tiene una intencionalidad donde lo que hay es una
voluntad que ansía el poder pero que se muestra como una voluntad de ser
democrática, es decir esta voluntad lo que quiere es construir un mundo
democrático y combatir a cualquiera que se le opongo ya sea el terrorismo o la
corrupción.
La izquierda
Castillista nos dirá:
La derecha no reconoció la elección de Castillo, en todo
momento los medios de comunicación trataron de deslegitimar al presidente, se
armó todo un caso de supuesta corrupción
para lograr su vacancia que la derecha quiso desde el primer momento, no lo
dejaron gobernar, acorralándolo, la derecha copo todo el estado, fiscalía,
tribunal constitucional, poder judicial, no dejándole otra alternativa a Castillo
que cometer el golpe a vistas de una tercera vacancia donde la derecha
consumaría su golpe haciéndose del poder ejecutivo. Las fuerzas armadas y la
policía nacional traicionaron a Castillo, luego lo tomaron preso ilegalmente
sin darle derecho a la defensa, al ante juicio, ni respetar su fuero
presidencial, lo que ocasiono la indignación del pueblo el cual salió a
protesta legítimamente pero fue
masacrado por las fuerzas del orden, consumándose la dictadura de la que Dina
Boluarte vicepresidenta de Castillo acepto ser títere , traicionando al
presidente, luego vio la destitución de Zoraida Avalos de la fiscalía, para
tener el control del ministerio público, la elección del defensor del pueblo
para tener su voto y poder elegir una nueva junta nacional a fin con la que se
pudiera tomar el control del jurado nacional de elecciones y así poder perpetuarse en el poder.
Si entramos en pugna con los dos relatos queda una
fragmentación que nos impide tener la realidad ¿Cómo lograr un tercer relato
que se fidedigno?
Debe de haber una experiencia cero un ser que haya podido
vencer al mundo que no es otra cosas que su ser invertido visto desde la fenomenología más bien su ser
no sería otra cosa que el mundo convertido, ese ser es Jesucristo.
Si lo elevamos a la idea sustentada por la fe tenemos la
experiencia cero que nos dará el paradigma para crear ya no el mundo sino el
reino de Dios que vence al mundo tendremos
una experiencia realmente autentica donde por fin se revela el noúmeno.
Pero si aplicamos la fenomenología y el psicoanálisis el cristianismo
queda como una construcción el mundo base de toda la maldita construcción del
mundo que nos tiene justamente presos de él.
¿Nos apartamos de la existencia fenomenología y nos quedamos con la esencia ideal del noúmeno?
No, jamás, lo que toca es recrear la experiencia cero y en
ella descubrimos al anticristo en el cristo, no nos podemos basar en la idea de
la fe cristiana como tampoco nos podemos basar en el mundo cristiano que es una
inversión anticristiana constante, tenemos que vivir la experiencia por nosotros
mismo y es lo que hacemos.
Vivo mi fe y me invierto en ella no soy la idea pura de la
fe cristiana ni tampoco el mundo que traiciona a Cristo y al mismo tiempo devengo en ambos , logrando
superar la contradicción momentáneamente y veces cayendo en ella sin lograr superarla.
Así es también como entre a las protestas contra la el
gobierno de Dina y la matanza que hizo conociendo desde adentro a los Castillista
y reflexionado permanentemente mi percepción.
Así puedo dar mi versión noúmenologica:
El ser de los Castillistas es una conciencia profundamente
herida que se siente oprimida desde la conquista del tawantinsuyo como tal es
una conciencia mestiza que quiere recuperar su ser andino prehispánico pero que
no logra hacerlo se debate n un rechazo a lo occidental y en una incorporación
de lo occidental pero no logra el discernimiento de lo que es parte de su
identidad y de lo que no, su conciencia no es reflexiva tiende a una maniquismo
simple donde no hay mayor posibilidad de
auto critica.
El mundo que quiere construir no está claro, pero parte de la idea de recuperar el Perú
para los peruanos, así quieren un estado fuerte, con empresas nacionales donde
sus derechos se respeten y tengan acceso a su recursos para esto saben que
tiene que exterminar a la derecha bruta y achorada y a buena parte de la
izquierda caviar que defiende el neoliberalismo, pero esto implica ¿Que quieren
una economía regulada? No nó lo tienen claro, alimentos por la principal corriente
política del Perú que es el antifujimorismo saben lo que no quieren que es al
fujimorismo pero no saben lo que quieren.
Hay entre ellos gente muy ingenua y dispuesta al sacrificio,
pero la mayoría comparte una condición de marginalidad social y económica, lo
que lleva a una marginalidad educativa por lo mismo son de fácil manipulación
así en el movimiento el pensamiento marxista, y fascista indígena tiene un caldo de cultivo donde hacer crecer ciertas
percepciones de la realidad pero no pueden ninguno de ellos edificar
estructuras ideológicas por la falta de formación en la gente, la izquierda
caviar son su fundamento social liberal no entra en ellos pero el discurso de
los derechos humanos ha calado configurando
una percepción desde la que se lee la realidad maniqueamente los fujimoristas
son los malos, el pueblo es el bueno, víctima de los malos.
Este pensamiento los lleva a la acción y van como corderos
al matadero del otro lado tienen ala derecha ¿bruta? y achorada, los cuales están
llevando a cabo un golpe de estado cuyo foco principal está ene l congreso de
la república, este golpe es distinto al hecho por Fujimori el cual cerro el
congreso, aquí más bien es un golpe no contra las instituciones sino desde las instituciones
tomadas.
Ellos comprendieron como la izquierda caviar fue tomando el
estado que ellos construyeron y entraron a una etapa de reconquista de este estado para lo cual están abiertos a muchas
estrategias con tal que no signifiquen un perder el poder, su pensamiento es
mucho más complejo pero manipula con el terruqueo diciendo que si no son ellos
los que toman el estado lo harán los terroristas, así que su lógica, es una lógica
de mafia donde la clave esta como en la época montesinista, tener el control de
la fiscalía de la nación para poder extorsionar a los políticos consiguiendo de ellos los votos
necesarios para controlar el poder.
Y entonces estamos en el enfrentamiento de una mafia de la
derecha bruta y achorada contra un movimiento oportunista Castillista. ¿Fue
castillo un corrupto? Si y hay en el movimiento Castillista corrupción permanentemente
pero aún no son una mafia de crimen organizado ¿Lo serán? Si recuperaran el
poder es lo más posible, pero por ahora fueron vencidos el enemigo que disputa
el control de las instituciones es la izquierda caviar.
Mi crítica hacia ellos siempre será terrible, porque se
acomodan no están dispuestos al sacrificio, son corruptos de cuello y corbata,
defienden una institucionalidad a todas vistas injusta y en su ego se asumen
como los buenos e inteligentes su mayor logro el informe de la comisión de la
verdad y la toma del estado fujimorista, con gobiernos como los de Toledo,
Ollanta y PPk, los cuales fueron cada vez peor, porque el sistema neoliberal no
puede traer desarrollo, solo crecimiento económico, la izquierda caviar lo sabe
pero no está dispuesta ni a una nueva constitución
ni a un nuevo modelo económico, siendo clasista y racista, ella esconde estos
sesgos abanderándose con discursos interculturales y de inclusión social pero
estuvo claro su comportamiento con Castillo, no le dieron ni el derecho a
defenderse y fueron igual o peor de ninguneadores con él.
Ellos jamás aceptaran que son una mafia, ellos son la institución
democrática, pero son la institución que no funciona por estar podrida por la corrupción ya pusilanimidad al no
atreverse a plantear un nuevo horizonte, en su esfuerzo por desvincularse de
todo terrorismo se quedan sin alma y su intento ideológico de genero pluricultural
posmoderno es rechazado por la bases conservadoras
del país, ellos filosóficamente hablando son los fenomenólogos que se quedan
atrapados en el mundo sin lograr una experiencia autentica.
Más son los impulsores del anti fujimorismo, la principal razón
por la que el país no sale del entrampamiento político.
Ese anti fujimorismo parecía por fin lograr su triunfo con
Vizcarra y la gran movilización de los morados pero al ser solo anti y no haber
propuesta de un nuevo mundo, se ubica en la reacción no en la revolución
teniendo una izquierda conservadora no progresista.
Lo que queda es el pueblo que no se identifica con la
derecha bruta y achorada, ni con la izquierda caviar, ni con la izquierda
radical, ni con los centros convenidos que no llegan a ser centros verdaderos
sino oportunistas.
Lo que no comprende el pueblo es que si no se refunda el
estado, el poder pasara de la clase política a las mafias como el tren de Aragua
y los gallegos los que sí están creando “estados”
eficientes donde mucha gente puede prosperar y enriquecerse y es que el estado
peruano nunca ha logrado constituirse realmente, el poder colonial es aparente y
la republica peruana se funda en esa apariencia y doble moral donde nadie
obedece las reglas pero todo el mundo respeta ciertas formas , pues bien ahora
ni las formas se respetan , la derecha se saca la careta y revela su verdadera
entraña Montesinista, ¿Qué hará la izquierda? ¿Se sacara la careta y revelara
su verdadera entraña senderista? ¿Estamos ante una guerra civil que nunca
culmino y que tendrá pronto un episodio intenso? ¿O podemos detener esta guerra
de sombras?
Tenemos una oportunidad más este 7 de diciembre de detener
el golpe de la derecha Montesinista, si no lo hacemos se harán con la junta
nacional y con el jurado nacional de elecciones perpetuándose en el poder llevándonos
o a una guerra civil o a una decadencia total donde las bandas criminales
impondrán su ley.
Si no hay una marcha multidinaria no podremos vencer el
mundo que la derecha Montesinista está recreando, hay que ir hasta el congreso y no dejarlo hasta que los congresistas se
vayan entrando a un proceso constituyente.
El grave problema es que no hay fuerzas políticas para este
proceso, por esto es que debemos ir a democracia directas y la gente asumir la
tarea de la creación el nuevo estado.
¿Podremos lograrlo?
No solo Jesucristo vence al mundo, cualquier mundo que
recreemos es una cárcel, pero destruir el mundo que la derecha montesinista
está creando es ahora crucial, antes que
le pongan candado a la prisión y ya
nadie pueda salir de ella.
Así levanto mi voz de protesta, me pongo el alma dibujando
un nuevo horizonte
Elijo ser
cordero a ser lobo
Me tejo con la sangre del pueblo y le ruego a Dios misericordia
y a María que nos acompañe
Si tu paz está fundada en la violencia contra el pueblo
Tu paz ofende
Más si fundamos la paz en el enfrentamiento digno ante las
mafias
Sean estas de derecha o de izquierda
Podremos por fin reconciliarnos
Y entonces te sabré
Y tú me sabrás
Hermano.
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