sábado, 13 de julio de 2024

La cibernética de Tercer orden

 

La cibernética de Tercer orden

Sexto cuerno

Biodramaturgia 6. 5

Espíritu desintegrado

¿Qué es un sistema para la cibernética de tercer orden?  

 

Primer  orden un sistema es un  conjunto de elementos organizados para un objetivo

 

Segundo orden un sistema es una diferenciación con un entorno causando un cierre operativo.

 

Tercer orden un sistema es una configuración que  se  resiste al traspaso

 

Por lo mismo la cibernética de tercer orden no tiene interés de sostener sistemas o hacerlos más eficaces, sino que su sentido consiste en alterarlos y contra alterarlos.

¿Qué  es una alteración? 

 

Es la acción de una otredad, comprendemos dos otredades radicales una la de la voluntad en su movimiento antiespiritual de eterno retorno y dos la de la conciencia es su movimiento espiritual pascual,que da paso al espíritu revelado y a la negación de la negación en el espíritu subjetivo ,hay una tercera radicalidad que es la del encuentro entre el espíritu y el anti espíritu así la radicalidad de la conciencia nos da una alteridad del pasado  aunque la negación de la negación se vaya al futuro, ese futuro es un volver al paraíso perdido, la radicalidad de la voluntad nos da una apertura al futuro haciendo una variación  en el propio origen abriéndolo a la novedad y la radicalidad del tinkuy el encuentro entre el espíritu y el anti espíritu nos da una alteridad del presente el cual se hace eterno paralizando el sistema. Estas tres son alteraciones meta estructurales que vienen desde una más allá  del sistema perturbando su cierre operativo. Más se puede considerar alteración a todo aquello que perturba la recursión del sistema es decir todo aquello que no se atiene a sus respuestas anticipadas.

 

¿Se puede cambiar el sistema desde  una alteración?  

 

Se puede cambiar el sentido del sistema pero para comprender esto volvamos al juego:

 

Imaginemos que mi  familia va a jugar, el juego de encontrar al lobo al Claudio, en una cibernética de tercer orden:

 

        Hermano: Ya este juego es difícil como todo lo que hace mi hermano, pero hagámoslo feliz a ver si le podemos quitar el trauma de las reuniones sociales.

 

Ti catedrática: No yo no entiendo  nada    

 

   Prima novia: A mí me parece interesante jugarlo

 

Tía dueña de la casa: Ya de una vez ganémosle en su propio juego 

 

 Hermana-Siempre le ganamos en sus propios juegos, pero hasta que esto no pase él va  seguir jodiendo 

 

Tío medico esposo de la tía duela de casa-que siga jodiendo igual nadie lo lee

Todos-Ja  ja   ja ja ja ja

Prima organizadora-Que malo!!!!

Madre-yo quiero jugar el juego de mi hijo!!!! 

(No aquí hay un error mi madre no diría eso y aun si quisiera ahora no podría su memoria está  muy afectada)

 Madre-¿De que están hablando?

Hermano-De nada madre, de las tonterías de tu hijo

Ti catedrática-Ya pero que explique bien

Hermano- Por gusto no lo van entender yo les vuelvo a explicar, todos empezamos el juego con las tres cartas la del aldeano, la del lobo y la del vidente.

_Como en una cibernética de segundo orden

 

Hermano-Shhh tu cállate 

 

Hermana-Si por favor queremos entender

 

Mamá-¿Porque lo callas a tu hermano?

 

Hermana-Porque si no nó llegamos a ninguna lado, continua a ver si lo has entendido.

Hermano-Todos podemos hacer del narrador turnándonos cada noche.

 

Tía catedrática-¿Pero ahí donde está  el chiste?

 

Tía dueña de casa enfermera- Déjalo hablar

 

Médico-Si por favor que acabe, ya sabemos que tu sobrino es un payaso sin chiste

Todos: ja   ja ja

Abuela-¿De que se ríen? 

Tía enfermera dueña de casa esposa del médico-De tu nieto

Abuela-¿De cuál nieto?

-De tu primer nieto abuela

Abuela-¿De ti?...

Todos-Ja  ja ja ja  

Hermano-La abuela está  sonriendo!!! 

Todos-Milagro, Milagro

 Hermano- Te tiene unas ganas

Prima organizadora-Pero si el la cuida

Hermana-Por eso mismo 

Prima novia-Ya que siga explicando

Hermano- El chiste que aunque no crean muy de vez en cuando, bueno casi nunca mi hermano hace chistes

   

Todos(casi todos)- Ja ja ja  

 

Hermano-Es que ahora podemos activar cuando queramos la carta del lobo, aunque siempre uno debe de activarla y matar a un aldeano en la noche.

 

Prima novia-Pero y si todos la activamos

 

Parrillero esposo de la prima organizadora- Todos nos matamos

 

Tía catedrática- No así  no 

 

Tía enfermera- Un momento yo ya voy entendiendo, es como una prueba para ver si podemos sostener el sistema, si nos matamos todos ahí se acaba el juego, pero si podemos contenernos podemos seguir jugando. 

Hijo-Pero nadie se va a poder contener

Hija mayor-Y  tu como sabes no todos somos hombres 

Tía catedrática- No nó  que es eso contra los hombres, a otro lado con esa cosas

Ti enfermera-Si aquí todas queremos a nuestros esposos

Novia de mi hermano- No todas 

Hermano-Como!!! Voy a dejar de reconocer a tu hijo

Casi todos:ahhhhh ahhh

Prima organizadora-Serias capaz!!!! 

Médico-Concentrémonos en el juego antes de que terminemos separándonos

 Hermana-Que tú  crees que mi tía se separaría de mi

  Médico-Ya quisiera…

Enfermera-Que!!! Para tu información hay una cola de pretendientes aun con mis 50 años

Hermana-Es que todo el mundo necesita enfermeras

 

Casi todos:(Caos comentan uno contra el otro nos e puede distinguir lo que dicen) 

 

  Hermano: Ya familia volvamos al juego

 

(No creo que mi familia pueda superar esta fase, pero imaginemos que sí  y que mi hermano les pudo explicar el juego)   

 

Hermano- En el día nos podemos de acuerdo a quien matar y elegimos a alguien a quien dar una carta más, este saca una carta de la baraja donde están las cartas de la bruja, el ladrón, el cazador , entre otras pero las más importantes son la de los enamorados, cuando haya pasado un tiempo en el juego.

Hermana-Si es que no nos matamos

Hermano-Si, si es que no nos matamos yo puede usar esta carta y declararle  mi amor a alguien  y a a quien yo declare mi amo me va a probar.

 

Prima novia-¿Cómo? 

 

Hermano-Hasta ahí entendí ya no me pregunte más 

-Con una prueba el espíritu absoluto para poder armar el árbol de la vida.

Hermano-Shhhh cayadito te vez más bonito

 

( Aquí  tan bien nos complicaríamos y dificillmente saldríamos te este atolladero y es que con mi familia no compartimos los mismos códigos pero imaginemos que mi hermano si pude traducir mis códigos a los códigos de la familia) 

    

Hermano-Es como una  prueba de amor, uno se declara y la otra el pide una prueba de amor.

 

Hija mayor-Y porque tienes que ser solo parejas heterosexuales

Médico-Porque esta es mi casa

Casi todos – Ja Ja  ja ja 

Hija mayor-No pues así  no se vale

Hijo-Que no quieres ver como la novia lo humilla al hermano de nuestro padre

Casi todos-Si queremos!!! Juguemos!!!!

 

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Dejamos de lado un momento el juego para comprender un esquema del sistema

 

 

Meta estructura: Nosotros comprendemos esta como la  parte fundamental del sistema aquí están todos los espíritus y el anti espíritu y su contratransferencia como su integración, todo se resume en el Tinkuy  del misterio pascual con el misterio Dhármico.

 

Super estructura: Todo la organización de ideas:

 

Religión                Arte            Filosofía               Ciencia

 

Estructura toda la organización política 

 

 Gobierno          Milicia         Derecho             Comercio 

 

 

Infraestructura modos de producción 

 

Empresario      Ingenieros  Técnicos       obreros   

 

      

 

  Anti estructura: El sistema siempre se configura a partir del enemigo común, así siempre hay otro sistema que se le opone como en al capitalismo el comunismo en la guerra fría, como al cristianismo los musulmanes en la edad media, como a la globalización el terrorismo. 

 

  Trans estructura: Nosotros comprendemos que todas las estructuras son transestructuras es decir devenires pero dentro del esquema del sistema señalamos como transestructuras aquello  que permite transferencia entre una parte del sistema y otra parte así la transferencia entre la meta estructura  y todo el sistema restante es la cultura, la transferencia entre la súper estructura y la estructura como al resto del sistema son los sistemas educativos, es en estas trans estructuras que se realizan retroalimentaciones fundamentales para el sistema y donde el sistema puede ser vulnerable, la trans estructura que transfiere la estructura  con el resto del sistema  son los medios de comunicación, si bien es la comunicación la que configura la estructura del sistema , está  a diferencia de la teoría de Luhmann no opera autoreferencialmente   sino que se alimente de la super estructura de la infraestructura y de la metaestructura  y aun de la antiestructura en una relación contratransferencial, diferenciando entre la operación comunicativa que configura los medios y formas del sistema estableciendo códigos , de los medios de comunicación que propagan  estos códigos: Entre los códigos más importantes que se propagan  están: los códigos políticos izquierda-Derecha- centro, los códigos axiológicos valioso-no valioso, los códigos morales Bueno-malo, los códigos estéticos Me gusta-No me gusta, los códigos del entretenimiento Divertido-Abuerrido, los códigos epistemológicos Verdadero- falso , los códigos operativos Apropiado-No apropiado , entre muchos otros ,es importante comprender que el código binario hace posible la diferenciación y la deconstrucción del mismo código   así  podemos   traspasar estos códigos pero lo podemos hacer porque estos códigos siguen funcionando, al punto que podemos decir que si no hay código binario no hay sistema y así mismo sin sistema no hay posibilidad de superarlos y encontrarnos en una cibernética de tercer orden.

 

Teniendo el esquema quedan claras las principales estrategias de alteración.

Así si queremos alterar la súper estructura nada mejor que el proceso evangelizador que se lleva acabo en el misterio pascual en la negación de la negación. 

 

Si queremos alterar la infraestructura nada mejor que el proceso revolucionario entendido esto como un cambio en los modos de producción en una autosuperación de las fuerzas productivas.

 

Tanto el proceso evangelizador como el proceso revolucionario pueden dar pie a enfrentamientos bélicos  para establecer otras formas de gobierno.

 

Si queremos alterar la estructura nada mejor que el encuentro entre evangelio y revolución para producir un apocalipsis en el toda estructura se disuelve en un eterno presente.

 

Si queremos alterar la transestructura  que une la infraestructura con el resto del sistema interrumpimos   los medios de trasporte o los aceleramos.

 

Si queremos alterar la transestructura que une la súper estructura con el resto del sistema alteramos los sistemas educativos recreando los métodos de enseñanza. 

 

Si queremos alterar la transestructura que une la estructura con el resto del sistema alteramos los medios de comunicación  podemos producir nuestros propios medios o entrar a perturbar la recursividad de los códigos emitidos, en la producción de nuestros propios medios es fundamental    recuperar la comunicación oral en convivio que es la que el sistema descuida y menos vigila, aunque esta reproduce los códigos aprendidos en los medios de comunicación es mucho más fácil perturbar esa recursividad y lograr otros códigos.

 

Si quereos alterar  trans estructura que une la meta estructura con el resto del sistema  tenemos que lograr el traspaso, biotejiendo. 

 

¿Qué proponemos?

Una cibernética de tercer orden tiene como propuesta fundamental superar todo sistema, pero en este proceso recreamos sistemas que deben ser a su vez superados. 

 

En Meta estructura el espíritu integrado pasando por el espíritu infernal para lograr la develación del Espíritu Santo es decir al apocalipsis.

 

En superestructura una Religión de Cristianismo prodigo, un arte del biotejido, una filosofía del sabor espiritual, una ciencia del logos.

 

 En infraestructura una producción comunista comunitaria basada en el trabajo reciproco y en una economía de gracia, donde hay un ciclo abierto. 

 

En estructura una madre estado cuyo fundamento político es el cuarto estamento de comunidades en biotejido  que nace desde la familia para luego pasar a biotejer comunidades y lograr este cuarto estamento donde los fascismo, los anarquismos, los liberalismo , los comunismo se unen en un comunismo  complementario.    

 

La anti estructura de nuestro sistema no sistema  es el capitalismo global pos humano al cual vamos fagotizando desde dentro convirtiéndolo al Espíritu así ya no se trata de la  producción del capital para generar riqueza y lograr bienestar ni tampoco de la socialización del capital, sino de lograr la comunión espiritual de toda la humanidad.  

 

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(Imaginemos que  mi familia logro jugar el juego al punto de que llegaron a declarar su amor y para gusto de todos el primero en hacerlo es mi hermano)  

 

Hermano-¿Te amo?  No lo se

Casi todos-Ja  ja ja ja déjalo , déjalo no vale la pena rechazalo

Hermano-Ella no me va a rechazar callense!!!!

Novia de mi hermano-Yo no estaría tan seguro.

Casi todos: ja ja ja ja ja

Hermano-Es decir lo que siento es algo tan poderoso que la palabra amor no basta.

 

Casi todos: OHHHHHH

 

Hermano: Para que vean chuñosos

 

Hija mayor - ¿No será lo que sientes simple exitación sexual? 

 

Hermano –Tu cállate!!!  

 

Novia de mi hermano-Pruébame tu amor  

 

Hermano-¿Cómo te lo pruebo?  

 

Hijo-Que sacrifique a su perro

 

Mi amor-Que malo!!!!

 

Hermano-Al que voy a sacrificar es a ti!!!!

Hijo:aAAAAAAAAAHH!!!!!

 

Hija mayor-Pídele que deje a su madre y  que se haga hombre

Casi todos: UYYYYYYYYYY  

Madre-Como es eso que me va dejar

 

Hermano-Jamás madre estos están fastidiando

Hija mayor-Uyy asi no vale la pena, déjalo

 

Médico-Que lo va a dejar con lo que le ha costado pescarlo

 

 Casi todos-Uyyyyyyyy    

 

Prima organizadora- Solo hazlo jurar fidelidad plena de corazón que no tenga a otra más que a ti

Tía catedrática-Eso, eso si  vale  

 

Hermana-Que borre de su celular a todas sus exs 

Hermano-No no me pidan eso

 

Tía Catedrática- Que conchan  

Hermano-Mentira ya he borrado a todas, mentira

Novia de mi hermano-Él ya sabe lo que quiero

Hermano-No eso no!!!

Prima novia-Que cosa!!!

Hermano-Eso no por favor eso no

Hermana-UYYY para que le duela tanto 

Novia de mi hermano-Tú dirás, sino no te doy la carta

Hermano-Ya con todo el dolor de mi corazón, esta bien…

Novia de mi hermano-Mira lo estas prometiendo

Hermana-Hazlo firmar, para que el cumple su promesa está más difícil

Hermano-Oigan yo me tardo pero cumplo. 

Hermana-Si tú te tardas toda una vida, cuantas veces me has prometido algo y no los has cumplido. 

Hermano-Pero a mi amor si le voy a cumplir

Hermana-¿Tú le crees?  

Novia de mi hermano: …Yo le creo, te doy la carta… ¿Cual carta le doy?

-La del loco 

(Ahora en el juego entra la carta del loco se va configurando el árbol de la vida, esta es una nueva función el loco puede hacer de cualquier carta de aldeano, de lobo, de visionaria, de bruja, de enamorado, de lo que uno quiera)

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En el sistema se ha liberado al místico aquel que es capaz de hacer el misterio Dharmico regresivo tipo buda y el misterio pascual, este loco va por la calles recreando su misterio y aunque su alteración es mínima, si se logra es una alteración meta estructural que cambiara todo el sistema, aunque de manera muy lenta, lo malo es que el sistema al toque se apropia de estos misticismos y los hace comerciales, por eso es necesaria una formación, pero el loco tiene que comer , que pagar un alquiler de pronto que mantener  una familia así que es más probable que el loco deje de ser loco, a que contagie su locura al sistema , pero si puede hacer el movimiento del espíritu absoluto y abrirse desde la fe , su sola presencia , su solo actuar sin que predique nada ya es alterador.

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(El juego continua e imaginemos que toca la prueba del espíritu revelado, esta prueba nadie la ha podido pasar y muchos ya han sido muertos hasta que mi prima organizadora aprueba su esposo)

 

Prima Organizadora- Nadie ha podido presentar una obra de arte que valga la pena pero mi parrilero ha hecho la mejor carne que ustedes hayan podido probar así  que yo lo apruebo y le doy la carta del emperador.  

Casi todos: Justo, justo 

 

(Con esta carta dentro del juego se puede mandar valiendo más que todos los votos de los aldeanos juntos, recordemos que cada carta solo se una vez, luego vuelve a la baraja, una vez activado el loco y el emperador le puede tocar a cualquiera)

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Dentro del sistema se ha despertado el espíritu revelado logrando lo preexpresivo el caos; se ha roto todo esteriotipo y código deviniendo en permanente novedad  y logrando lo meta expresivo se logra la contemplación acumulando sensiblemente y revelando en una contracción que se hace signo, así se da paso a la expresión en un permanente experimentación imprimiendo con la expresión la conciencia de los espectadores.

El espíritu revelado traspasa todo código comunicativo  logrando atraer con la creatividad, la belleza, y  la plasticidad  a casi todos siendo más importante el cómo se diga que lo que se diga, así se gana la guerra de imaginarios, estableciendo nuevos arquetipos, nuevos modelos.

Si logramos formar a artistas de lenguaje audiovisual  que manejen los códigos digitales y los traspasen tenemos una capacidad de impacto en nuestra comunicación mucho mayor que el sistema, el problema es que el ideoelecto estético es ambiguo y necesita de mucho tiempo de producción así como una formación de un  público que guste de él. Lograr la experiencia estética es casi una cuestión de azar, el arte lanza 100 dardos y la mayoría de veces ninguno da en el blanco ¿Cómo sostener un proceso creativo?  Es complicado muy complicado pero aquel que logre manejar su artificio realmente se convierte en un emperador.

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(Es casi imposible que el juego llegue al espíritu subjetivo  pero imaginemos que mi familia lo logro ¿Quién podría lograr una reflexión profunda?) 

 

Médico-Mi reflexión es que este juego no tiene sentido

 

-          ¿Y entonces porque lo juegan?  

Hermana-Porque nos obligan 

Tía enfermera- Pero la cuestión es porque aceptamos esta obligación

Medico-He ahí  la cuestión  y solo se resuelve con un meta sentido ¿Sera porque queremos quedar bien? ¿Sera porque queremos divertirnos? O será que se ha establecido un código más allá  de nuestro querer y simplemente lo estamos reproduciendo.  

 

  Hermano: Alaaaaa 

Tía enfermera-Ya pues que contesten cada uno

 

Tía catedrática-Yo porque no me queda otra todo el mundo lo ha decidido

 

Médico-La presión social tiene mucho poder  

Tía catedrática-No solo cuando quiero a quien me presiona 

Medico: Preguntémosle a la abuela ¿Porque está  jugando?

Prima organzadora-No seas malo

Medico: Señora porque está  jugando

Abuela-Porque que!!!

Casi todos: Ja ja jaja

 

Médico- ¡Que porque está  jugando!

Abuela-¿Quien está  jugando?

Médico-Usted!!!

Abuela-¿Yo estoy jugando?

Casi todos-ja ja ja ja ja 

Enfermera-Ella escucha solo cuando le conviene

Abuela-Así que solo cuando me conviene

 

Casi todos: Ja ja ja ja   

 

Abuela-Yo no estoy jugando solo los estoy mirando jugar y lo hago porque no me queda otra, sino estaría en m departamento  sola que es donde todos ustedes me dejan.

-Nostoros? O tú  torturando a tus empleadas

Abuela-Que ha dicho!!!

 

Enfermera-Mejor volvamos al juego y yo lo apruebo sabiendo que jamás podremos saber porque realmente estamos jugando, así que convengamos que lo hacemos porque somos familia.

-Pero  eso finaliza toda posibilidad de reflexión     

Médico-Si no nunca terminaríamos y si bien no podemos saber porque estamos jugando si podemos saber porque queremos dejar de jugar.

-¿Porque?

Médico-Porque nos da la gana

Casi todos-Ja  ja ja 

( Mi tío medico es aprobado por mi tía se libera la muerte, esta carta tiene el poder de matar a todos aunque solo una vez si los jugadores tienen más de una carta de aldeano pueden seguir jugando)  

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En el sistema hemos liberado a Sócrates quien negara con si ironía nuestra, mayores certezas sobre todo la certeza de saber que sabemos  aquí empieza la lucha contra toda ideología es decir contra todo estancamiento del pensamiento, hay que comprender que todo concepto tiene su negación de la negación  dentro, así que las concepciones so estructuras abiertos y los sujetos proyecciones en diversos horizontes, este es el movimiento del espíritu subjetivo donde el sujeto se destruye y reconstruye. Otra vez sostener un proceso reflexivo es difícil nosotros hemos participado en la construcción de las ágoras populares pero lo más difícil es que en ellas se sostengan los cuestionamientos   sin quedar atolladas en ideologías, el problema es que los movimiento exigen ideas claras para armar sus plataformas, pero el movimiento del pensamiento no se detiene y siempre cuestionara las plataformas que se han armado con el pensamiento que estás plataformas pretenden defender así que Sócrates si sigue su movimiento siempre terminara bebiendo la cicuta y los que la harán beber no serán su adversarios sino sus amigos.   

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(Esta es la prueba final en el juego hay un modo de vida que se ofrece a las novias, a mi prima de estados unidos le ha tocado la carta de la enamorada)

Novia-Pero yo no quiero declarar mi amor a nadie de aquí  mi corazón está  flechado

Hermana- Pero para eso hay tecnología lo puedes llamar

Novia-Que y  todos van a escucharlo no, que pena no le puede hacer eso

Casi todos: Que lo haga que lo haga  

Novia-No, no se va a sentir bien él es tímido

Hermano-Pues así se va despabilando

Novia-No

Médico-Ya todos lo hemos hecho ya todos hemos queado en ridículo

Parrilero-Menos Lorenzo  

Médico-Él ya está en ridículo solo

Tía catedrática-Oye no te metas con mi amorcito  

  Lorenzo-Que me están fastidiando 

Casi todos: No no  ja ja ja ja 

Lorenzo: Ayyy (Lorenzo vuelve a su celular)

Novia-Ya lo voy a llamar       



  Estrella- Mature your fang,

the ears ripen,

Kkori-Puma;

turn on your growls

his Wiphalas bonfire.

You will say that everything is

it is trill only

and how it trills

with which his cave burns

neither begins nor ends

 

 

In the letters, in the word, which is made up of letters, in the language that is built with
Words, if written, contain the organ of expression of a literature; so the point of
The starting point of all literature (and of every man) is in the language that gives it substance. Americans don't
We have literature, philosophy, the law of nations, public law, other than those contained in the
vernacular languages, no written literature and only legends in vocal literature, spoken science,
which were guarded by wayrurus, golden sparks, onyx khachinas, enchanting symbology and
mnemonic that the Harawiku used to represent their epics in the great days
civic circles of the Inkario and thus preserve the specifically literary creations,—silly aside—in
that the ingenuity of its poets and philosophers was not weak.

 

The fact is that we insist on having it
using a non-Kuika language: Hispanic. And in it we blur "like Indians", although not in
Indian, which is a different thing. And even then this will be possible only if we are able to make the
Spanish—provisional and random solution—what Spanish made of us: mestizos—to
Spain also random and provisional solution. But a crossbreed can germinate in nine months
and go out bullfighting, Not a language, Languages ​​come from a time of trilling: that of lactation of the
Pythencanthropus; They mixed later, contended with voices foreign to them, assimilated some,
chaKCháronlas, they spat others, in short, they manipulated them to the nature of their chirping and the idiosyncrasy of
its lonryngeal media in not a few centuries.

 

Sun- But what will give an idea of ​​his vast and ardent love?
With the fire of Sappho this man loves the world. To him the world seems like a gigantic bed. The bed is for him a
altar. “I will make illustrious,” he says, “the words and ideas that
men have prostituted with their secrecy and their false shame;
I sing and consecrate what Egypt consecrated.” One of the
sources of its originality is the herculean force with which the
ideas as if he were going to rape them, when he is only going to give her a kiss, with the passion of a saint. Another source is the material, brutal, corporeal form with which he expresses his most delicate
idealities. That language has seemed lascivious to those who are
incapable of understanding his greatness: there have been idiots who
when he celebrates in Calamus, with the most ardent images
of human language, the love of friends, they thought they saw,
with the squeamishness of an impudent schoolboy, the return to those vile
desires of Virgil for Cebetes and of Horace for Gyges and Lycisco  And when he sings about divine sin in The Children of Adam;
in paintings before which the hottest of the world pale
Song of Songs, trembles, shrinks, pours and dilates, goes mad with pride and satisfied virility, remembers the god
of the Amazon, which crossed over the forests and rivers scattering the seeds of life on the earth: “My duty is
create!". “I sing to the electric body.” It says in The Children of
Adam; and it is necessary to have read the patriarchal genealogies of Genesis in Hebrew; it is necessary to have continued through the jungles
untrodden “the naked and carnivorous retinues of the first men, to find appropriate resemblance to the enumeration of satanic force in which he describes as a hero
hungry man who licks his bloody lips, the belongings of the female body.”
And you say that this man is
brutal? Listen to this composition, which, like many of his, does not
It has more than two verses: “Beautiful women.” "Women
They sit or move from one side to another, some young,
some old; the young are beautiful, but the old are
more beautiful than the young women.” And this other one: “Mother and child”,
“See the child sleeping, nestled in his mother's lap.
The sleeping mother, and the child; silence! He studied them for a long, long time.” He foresees that, just as they already come together in
extreme degree of virility and tenderness in men of superior genius, in the delightful peace in which life will rest
The two energies that have needed to be divided to continue the task of creation must come together, with solemnity and joy worthy of the Universe.
If he enters the grass, he says that the grass caresses him, that “now
he feels his joints move”; and the most restless novice river
would have such fiery words to describe the joy of his
body, which he sees as part of his soul, as he feels embraced by the sea. Everything that lives loves him: the earth, the night,
the sea love him; “Penetrate me, oh sea, of loving humidity!”
Taste the air. He offers himself to the atmosphere, like a trembling bridegroom. He wants doors without locks and bodies in their beauty
natural; believes that it sanctifies everything it touches or touches, and finds virtue
to everything corporeal; He is The sun, a Cosmos, the son
Manhattan, turbulent, sensual, fleshy, eating, drinking and begets, no more and no less than all the others. Paint to the
truth like a frantic lover, who invades his body and, eager to possess him, she frees him from his clothes. 
But when inthe clear midnight, free the soul from occupations and books,emerges whole, silent and contemplative of the day nobly
employee, meditates on the topics that please him most: on the
night, sleep and death; in the song of the universal, for benefit of the common man: in that “it is very sweet to dieadvancing” and fall at the foot of the primitive tree, bitten by the
last snake of the forest, with the ax in his hands. 
 
When you read these I that was visible am become invisible, Now it is you, compact, visible, realizing my poems, seeking me, Fancying how happy you were if I could be with you and become your comrade... 
 
 
   
Estrella- It is that America, before fruit, must know root. Before the Future, your duty is to look
to the Past: press herself; without being intimidated by nonsense like that of his childhood. There is no
infantile universes, outside—what the wise men teach being abstruse—of the galactic world. Great
spineless poet, said: "All youth is only an old age that is renewed." I knew why he said it,
Well, he died old, and in old age he knew he was young and timeless old. And that is not a paradox; that in this
point of cosmic phenomenalism, there is no youth or old age in anything or anyone. Necessarily, the
Today's man is yesterday's man. Here, in us, He must speak.
 
Sun-Poets of the future! Future speakers, singers, musicians!
It is not the present that justifies me nor that which ensures that
I will be with you one day,
You are the new and native race, athletic, continental,
the largest of those known;
Above! Because you will justify me.
I do nothing more than write one or two words for him
future,
I only go forward for a moment, to then return to the
shades.
I am a man who, wandering, always without stopping,
I cast a random glance on you, and continue,
Leaving them the task of testing and defining it,
Awaiting you the realization of the great work.
 
I stumbled upon a psychic,
That he despised the nuances and things of this world,
The domains of art and knowledge, pleasures, senses,
To search only for images.
Don't influence your songs, he told me,
Neither the enigmatic hour nor the day, nor fragments, nor parts
overlapping;
Set, first, as a light for those who follow,
Like an introductory song for everyone,
The song of images
 
Estrella-Well then. Also ruins of old Atlanta sleep in the American dream of America
millennial.Among those ruins, EL PEZ DE ORO went to look for a stage to scrutinize the roots of itstrill, which comes to announce that dying is not how we live; and that dying from America is not "being"
In America; but outside of it.
In a trill the dawn begins. It is imperative to locate the singing point of a culture
to know man and his nature in history. Man must be found in the rope, the warble, or the Khaswa, blood atoms of his vital speech. In the cell.
 
 Sun-My wife! For the progeny that is further behind us
and for what will happen to us,
For those who look here and those who are to come,
I, excited to be ready for them, will sprout now
louder and haughtier songs than were ever heard on earth,
I will compose the song of the passions to sing it in
the way,
And I will compose your songs, outlaw criminals,
because I measure you with brotherly eyes, and I carry you
inside me like everyone else.
I will compose the true poem of the rich,
In order to gain for body and spirit all that
remains faithful and advances, and is not lost to the
death;
I will spread egotism and show it in the depths of
everything, and I will be the bard of personality,
And I will show the man and the woman that neither
is equal to the other.
Sexual organs and sexual acts! focus on me,
because I am determined to say it with a brave voice and clear, in order to prove that you are glorious,
And I will prove that there are no imperfections in the present, and
that there cannot be any in the future,
And I will show that everything that happens to someone can
get good results,
And I will prove that nothing more beautiful can happen than
death.
And I will string my poems like a thread, since time
and the events are coherent,
And that all things in the universe are profound miracles,
each one deeper than any other.
I will not compose poems with reference to the parts,
But I will compose poems, songs, thoughts, with
reference to the set,
And I will not sing what refers to a single day, but what
refers to every day,
And I will not compose a poem, not even the smallest part of a poem.
that does not refer to the soul,
For, having contemplated the objects of the universe,
I verify that there is none, not even the smallest part
of none, that has no reference to the soul.
 
Estrella-America can no longer, nor should it, be considered a political, geographical, or commercial problem,
only, Yours before all is a problem of BEING
 
 
Sun-With me and stand at my side, hurry now, hurry
always. Throughout your entire life, join me!
(I may have to persuade myself many times before
really give myself to you; but what does it matter?
Doesn't nature need to be persuaded many times?
I'm not a sweet and affectionate picky eater,
I have arrived bearded, sunburned, with a dirty neck,
disgusting,
I must fight with myself while I seek the solid reward
of the universe,
Because these are the prizes that I give to those who can persevere to win them.
 
Estrella-Isn't what a politician has to do and say the same thing? But, before the politician,
The writer warns that it depends on his attitude today that the modules of an American
endearing, they acquire blood pressure; that he has two roles left in the drama: messenger of the
Alba or gravedigger of the Sun.
 
El juicio-Por favor estrella tradúcenos lo que el sol te dice para que en nosotros se forme también el árbol de la vida. 
 
Estrella-Mi amor canta a sí mismo y esto es lo que canta:  
 
1 Yo mismo me celebro y a mí mismo me canto; Y mis pretensiones serán las tuyas, 
Pues que cada átomo mío también te pertenece. 
Vago y a mi alma la incito; Vago y holgazaneo a mi antojo, 
contemplando la brizna de hierba estival. Casas y aposentos llenos de perfumes están- 
las alacenas saturadas de perfumes se hallan; 
Aspiro yo mismo la fragancia y, complacido, 
la reconozco; El vaho también me amenaza, pero yo no lo tolero. 
La atmósfera no es un perfume- no tiene el dejo de la destilación- 
es inodora; Ella es para mi boca eternamente. 
De ella estoy enamorado; Llegaré a la represa atravesando 
el bosque y, candoroso, desnudándome, Enloquecí al sentir su contacto. 
Mi lengua, cada átomo de mi sangre, 
formados de este suelo, de este aire, Nacido aquí de padres, 
nacidos aquí de padres también aquí nacidos, 
Yo, ahora de treinta y siete años de edad, en perfecta salud, 
comienzo, Esperando no cesar más hasta la muerte. 
Credos y escuelas a la expectativa, Retirándome por un momento,
 teniendo suficiente de lo que ellos son, 
pero sin olvidarlos nunca, Yo ofrezco abrigo para el bien o para el mal, 
Yo dejo hablar a todos a la ventura, La naturaleza desenfrenada con la energía original.
 2 El vaho de mi propio aliento; Ecos, ondas, susurros, raíces del amor, 
filamentos de seda, los caprichosos sarmientos y la vid; Mi respiración y mi inspiración,
 el latido de mi corazón, el paso de mi sangre y del aire a través de mis pulmones; 
El aroma de las verdes hojas y el de las hojas secas, y el de la ribera, 
y el oscuro color de las rocas marinas y el del heno en el henil; 
El sonido de las palabras musitadas por mi voz, 
palabras arrojadas a los remolinos del viento; Unos suaves besos, 
unos cuantos abrazos, un ceñir de brazos; El juego de luces y de sombras 
entre la arboleda cuando la brisa la balancea; La deleitosa soledad, 
ya en medio del bullicio callejero, 
ya en la inmensidad de los campos y en las laderas de los montes; 
La sensación de la salud, los trinos bajo la luna llena, 
la canción de mi despertar en el lecho encontrándome con el sol. 
¿Has contado alguna vez mil acres? ¿No has calculado que toda la tierra era mucho?
 ¿Has empleado tanto tiempo para aprender a leer? 
¿Te has sentido orgulloso al desentrañar el sentido de los poemas?
 Detente este día y esta noche conmigo y alcanzarás el origen de todos los poemas; 
Poseerás lo que es bueno de la tierra y el sol (quedan todavía millones de soles); 
No tomes más las cosas procedentes de una segunda o tercera mano, 
no mires a través de los ojos de la muerte, 
no te alimentes con los espectros de los libros; 
Tampoco quiero que mires a través de mis ojos, 
ni que recibas las cosas de mí; Escucha las voces procedentes de todos los lados 
y tamiza las que hasta ti lleguen. 
3 He escuchado lo que los charlatanes decían, 
la charla del principio y la del final; Pero yo no hablo del principio ni del final. 
Jamás existió otro comienzo que este de ahora, Ni más juventud ni vejez que la de hoy;
 Y jamás existirá otra perfección que la de ahora, 
Ni otro paraíso ni otro infierno que este de hoy. 
Impulso, impulso e impulso; Siempre el creador impulso del mundo. 
Más allá de la oscuridad emergen oponiéndose los iguales - 
siempre sustancia acrecentándose, siempre sexo; 
Siempre una fusión de identidad, siempre una distinciónsiempre engendrando la vida. 
Elaborar no tiene importancia- sabios o necios lo realizan por igual. 
Firmes en el más sólido convencimiento, aplomados en su probidad, 
bien aferrados, abrazados a las vigas, Recios como potros, amorosos, 
arrogantes, eléctricos, Yo y este misterio, henos aquí de pie. 
Límpida y amorosa es mi Alma, y limpio y amante es todo cuanto nada tiene de mi Alma.
 Si uno falta, ambos están ausentes, y lo invisible queda demostrado por lo visible.
 Hasta que lo visible se torne invisible y, a su vez, lo compruebe. 
Mostrando lo mejor y, apartándolo de lo peor, 
el tiempo hostiga al tiempo; Conociendo la perfecta fineza y 
la ecuanimidad de las cosas, mientras ellos discuten, 
yo permanezco en silencio, y voy luego a bañarme y admiro mi propio cuerpo. 
Bienvenido sea cada órgano y cada uno de mis atributos, 
y también los de todo hombre cordial y puro; Ni una pulgada, 
ni la partícula de una pulgada de mi ser, es vil, 
y ninguna partícula deja de corresponder con las restantes. 
Estoy satisfecho- Yo veo, bailo, río, canto: 
Mientras, el acariciante y amoroso Compañero de lecho duerme a mi vera durante la noche,
 y al amanecer se aleja con furtivos pasos, 
Dejándome cestas cubiertas por blancos lienzos, 
que regocijan la casa con su abundancia. 
¿Diferiré mi aceptación y mi realización,
 volveré mis atribuladas miradas Con objeto de que ellas dejen de contemplar
 el futuro a lo largo de la ruta, Y de inmediato me estimen más o menos en un céntimo,
 Exactamente el valor de uno y exactamente el valor de dos, y hasta cuál es el precio máximo?
 4 Curiosos y preguntones me rodean; Me encuentro entre la gente- 
Lléganme los recuerdos de mi temprana vida, o del barrio y de la ciudad donde viví, 
o de la nación, Las recientes fechas, descubrimientos, 
invenciones, asociaciones, autores viejos y nuevos, 
Mi comida, vestidos, amistades, cuidados, cumplimientos, deudas, 
La real o ficticia indiferencia de algún hombre o mujer amados, 
Las dolencias de los míos, o de mí mismo, o las malas acciones, 
o la carencia o la pérdida de dinero, o las depresiones o las exaltaciones; 
Batallas, los horrores de la guerra fratricida, 
la fiebre de las noticias dudosas, los sucesos inciertos; 
Estas cosas hasta mí llegan día y noche, y luego se apartan de mí, 
Pero no constituyen parte de Mí mismo. 
Apartado estoy de tirones y empellones; Permanezco alegre, 
complacido, compasivo, ocioso, íntegro; Miro alrededor, erguido, o bien,
 apoyando un brazo sobre mi impalpable aunque seguro apoyo, 
Mirando, con la cabeza ladeada, en espera de lo que ha de acontecer; 
Metido dentro y fuera del juego, y contemplando maravillado lo que ocurre. 
Miro hacia atrás y me veo en lo días en que vagaba a través de la niebla, 
acompañado por lingüistas y polemistas; No tengo burlas ni argumentos- 
Miro y espero, 5 Creo en tí, alma mía- 
El otro que soy no debe rebajarse ante ti; Y tú no debes rebajarte ante el otro. 
Acuéstate conmigo sobre la hierba- cállate; No quiero palabras, ni música, ni ritmos- 
ni trajes, ni lecturas, aunque sean lo mejor, Sólo tu arrullo me agrada, 
el susurro de tu contenida voz. 
Recuerdo cómo una vez que estábamos tendidos, durante una transparente mañana de verano, 
Apoyando tu cabeza de través sobre mis muslos, te volviste gentilmente hacia mí, Entreabriendo la camisa sobre mis pechos, hundiste la lengua hasta mi desnudo corazón, Y tendiéndote a lo largo de mi cuerpo, a él te adheriste desde mis barbas hasta los pies, Rápidamente se irguieron y se esparcieron en torno mío la paz y la sabiduría, que superan a todos los argumentos de la tierra; Y sé que la mano de Dios es la promesa de la mía, Y sé que el espíritu de Dios es hermano del mío, Y que todos los hombres nacidos son mis hermanos, y las mujeres mis hermanas y mis amantes, Y que el germen de la creación es el amor, Y son incontables los erectos o marchitos tallos que cubren los campos; Y las oscuras hormigas afanándose debajo de aquellos más tiernos; Y las musgosas costras que recubren las carcomidas vallas, los montículos de piedras, el saúco, el gordolobo y el eléboro. 6 Un niño preguntó: “¿Qué es la hierba?”, mostrándoseme con sus manos colmadas; ¿Qué podía responderle? Yo ignoro, como él, qué es la hierba. Supongo que debe ser la bandera de mi índole, urdida con la verde sustancia de la esperanza. O bien barrunto que es el pañuelo del Señor, presente abandonado adrede como un recuerdo, Quizá el nombre del dueño aparece en uno de sus ángulos para que viéndolo, nos preguntemos: ¿de quién es? O bien adivino que la hierba misma es un niño, la tierna criatura nacida de la vegetación. O sospecho que es un uniforme jeroglífico, Y que quiere decir: La germinación es igual, tanto en las zonas amplias como en las zonas estrechas, Crecimiento entre los negros lo mismo que entre los blancos, Kanuck, Tuckahoe, Legisladores, Cuff, yo los acojo y los recibo lo mismo. Y ahora la hierba me parece que es la hermosa cabellera intonsa que cubre las sepulturas. Tiernamente quiero tratarte, rizada hierba; Quizá eres la traspiración que exhala el pecho de los adolescentes; Es posible que, de haberlos conocido, yo los hubiera amado; Quizá provienes de los viejos, de las mujeres, o bien de las criaturas prematuramente arrancadas del regazo materno; Y que aquí eres tú el regazo materno. Esta hierba es demasiado oscura para provenir de las blancas cabezas de las ancianas madres; Más oscura que las descoloridas barbas de los ancianos; Oscura para provenir del borde tiemamente rojo de los labios. ¡Oh! Después de todo, escucho muchas lenguas clamando. Y me percato también de que no por nada ellas proceden de lo alto de los labios. Quisiera poder traducir las alusiones al mancebo muerto y las muchachas, Y las alusiones al anciano y a las madres, cuyos vástagos les fueron arrebatados de sus brazos. ¿Qué piensas tú del destino del mancebo y del anciano? ¿Y qué piensas que fue de esas mujeres y de esos niños? Ellos están vivos y bien en alguna parte; El retoño más diminuto prueba que, en realidad, no existe la muerte; Y que, si alguna vez existió fue únicamente para engendrar vida, que sólo aguardó el final para detenernos, Y que cesó en el instante mismo de aparecer la vida. Todo avanza hacia adelante y hacia arriba- nada perece; Y la muerte es diferente de lo que algunos suponen, y más venturosa. 7 Como algunos suponen, ¿es venturoso nacer? Pero yo me apresuro a asegurarles a estos y aquellos que es cosa tan venturosa como morir, y que esto lo sé muy bien. Agonizo con el moribundo y nazco con el recién nacido, y no sólo estoy contenido entre mi sombrero y mis botas; Y examino múltiples objetos, y no encuentro dos que guales, si bien cada uno es bueno; Buena es la tierra, y las estrellas son buenas y sus satélites son buenos. Yo no soy la tierra, ni un satélite de este mundo; Yo soy el camarada y el compañero de todos, justamente, de todos esos que son tan inmortales e insondables como yo mismo; (Ellos ignoran cómo son inmortales, pero yo sí lo sé). Cada especie para sí y para los suyos- para mí la vida, macho y hembra; Para mí esos que fueron muchachos y que amarán a las mujeres; Para mí el hombre arrogante y sensible cuando se siente desdeñado; Para mí la amada y la solterona- para mí las madres y las madres de las madres; Para mí labios que hayan sonreído, ojos que hayan derramado lágrimas; Para mí los niños y aquellos que niños engendran. ¡Desnúdate! Ante mí no eres culpable, ni estás gastado, ni has sido descartado; Yo veo a través del paño y de la burda tela, quiéraslo o no, Y permanezco rodeándote, tenaz, empeñoso, infatigable; y no es posible apartarme. 8 El pequeño duerme en su cuna; Entreabro el cendal y lo contemplo largo rato, y silencioso ahuyento las moscas con mi mano. El mancebo y la doncella de sonrosadas mejillas trepan hacia la frondosa loma; Desde la cima los atisbo. El suicida yace despatarrado sobre el ensangrentado suelo de la alcoba; Contemplo el cadáver con su enmarañada cabellera y observo donde ha caído la pistola. La charla en la calle, el tedioso ruido de los carros, el sordo rumor de las suelas de las botas, la conversación de los paseantes; El pesado ómnibus, el cochero, ofreciéndose con interrogante ademán, el golpeteo de los cascos de los caballos sobre el empedrado; Los trineos, el tintineo, gritos bromeando, el juego con las bolas de nieve; Los “hurrahs” para los favoritos populares, la furia de la arrebatada multitud; El paso de la encortinada litera, con un enfermo en su interior, rumbo al hospital; El encuentro de los enemigos, la súbita blasfemia, los golpes, la caída; El gentío excitado el polizonte con su estrella, abriéndose paso hasta el centro del tumulto; Las impávidas piedras que reciben y devuelven infinitos ecos; Gruñidos de los ahitos o aullidos de los hambrientos; Exclamaciones de preñadas que acuden a sus hogares y pronto darán a luz; Clamores que a veces brotan vibrantes y mueren luego amordazados por el decoro; Los criminales arrestados; desdenes; adúlteras ofreciéndose; la aceptación, el rechazo con labios despectivos; Yo pienso en todas estas cosas, en su apariencia y en su resonancia; Llego y me marcho. 9 Las amplias puertas del granero están abiertas y aguardan; La hierba seca de la última siega colma el carromato lentamente arrastrado; La límpida luz juega sobre la tostada alfalfa y denuncia los brotes aún verdes; Las brazadas están apiladas ante el henchido pajar. Yo estoy allí- Yo ayudo- He llegado tendido en lo alto de la cargada carreta; He sentido el grato traqueteo- una pierna encima de la otra; He saltado de través para recoger el trébol y la alfalfa, Y he caído rodando, hecho un ovillo, llenos mis enmarañados cabellos de briznas de la paja. 10 Solitario, lejos, cazo en las agrestes montañas, Vagabundeando, maravillado de mi agilidad y de mi júbilo; Al atardecer busco un refugio para pasar la noche, Enciendo una hoguera y aso la pieza recién muerta; Y me duermo sobre la hojarasca amontonada, con mi perro y el fusil a mi vera. El clíper yanqui ha soltado sus velas- corta la espuma y se desliza; Mis ojos reconocen la costa- me inclino sobre la proa o gozoso grito desde el puente. Los barqueros y los pescadores de almejas han madrugado y se han detenido, aguardándome; Metí los bajos de mis pantalones dentro de las botas y, a tiempo, me reuní con ellos: (Si nos hubieras acompañado hoy habrías compartido nuestra cazuela de mariscos). Asistí a la boda de un trampero, al aire libre, en el Far West- la novia era una piel roja; Su padre y sus amigos sentados la rodeaban, cruzadas las piernas y fumando en silencio- calzaban mocasines  y amplias y gruesas mantas pendían de sus hombros; En la ribera aguardaba el trampero- cubierto enteramente por las pieles- las frondosas barbas y los largos cabellos protegían su cuello- y cogía a su novia por la mano; Tenía ella largas las pestañas- desnuda la cabeza- las rústicas trenzas descendían por sus muslos voluptuosos hasta tocarle los pies. El esclavo fugitivo llegó hasta mi casa y se detuvo ante la puerta, Escuché sus movimientos haciendo crujir las ramas secas; Por la entreabierta puerta de la cocina lo vi vacilante y extenuado, Acudí hasta el tronco hacia el cual se había encaminado, lo hice sentar y serenarse, Luego le alcancé agua y llené un cubo para que lavara su sudoroso cuerpo y sus magullados pies, Y le di una alcoba contigua a la mía, y ropas gruesas y limpias, Recuerdo perfectamente sus azorados ojos mirando a uno y otro lado, Y recuerdo haber aplicado compresas sobre las lastimaduras de su cuello y de sus tobillos. Permaneció una semana conmigo hasta que, ya restablecido, prosiguió su camino hacia el norte; (Lo senté a mi lado en la mesa, y mi fusil estaba apoyado en un rincón). 
 
11 Veintiocho mancebos se bañaban cerca de la ribera; Veintiocho mancebos, y todos tan camaradas; Veintiocho años en la vida de una mujer y, todavía, tanta soledad. Ella posee la hermosa casa que se levanta en lo alto de la costa; Elegante y ricamente ataviada, espía detrás de las persianas. ¿Cuál de los muchachos le agrada más? ¡Ah! El más rústico de todos es hermoso para ella. ¿Hacia dónde acudes, señora? Porque yo te veo; Chapoteas con ellos en el agua, y, sin embargo, permaneces retraída en tu cuarto. Bailando y riendo, a lo largo de la playa, llega ésta que es la vigésimonovena bañista; Los muchachos, empero, no ven a la dama, si bien ella los ve y los desea. Las barbas de los mancebos relucen empapadas, y el agua chorrea por sus largos cabellos; Hilillos de agua se deslizan por sus cuerpos. Una mano invisible se desliza también por encima de sus cuerpos, Y temblorosa desciende desde sus sienes y a lo largo de sus torsos. Los muchachos nadan de espaldas, los blancos vientres se entregan al sol, no preguntan quién los abraza; Ignoran quién suspira y sobre ellos se inclina pendiente y combada como un arco; Ni saben a quién salpican cuando se zambullen. 12 El muchacho carnicero se despoja de sus ropas de matadero, o bien afila su cuchilla en el puesto del mercado; Yo, que vagabundeo, festejo sus ocurrencias, mientras él trajina y descuartiza. Los herreros, tiznados y velludos sus pechos, rodean el yunque; Cada cual empuña su maza; todos descansan ahora, y el fuego produce intenso calor. Desde el portal lleno de escoria y ceniza, contemplo sus movimientos; El más leve de sus contorneos armoniza con el movimiento de sus brazos macizos; Levantan ahora sus mazas- las ciernen sobre el yunquey las dejan caer de firme: No se precipitan, cada cual golpea donde debe. 
13 El negro aguanta con firmeza las riendas de sus cuatro caballos, la caja del carro vacila con el sacudón producido por las cadenas de las varas; El negro que conduce el carro a través del patio empedrado, se mantiene firme y erguido, y apoya una de sus piernas en el pescante; Su camisa azul descubre el amplio cuello y el pecho, aflojándose sobre su faja; Serena y altiva su mirada, echa hacia atrás el sombrero descubriendo la amplia frente; El sol cae sobre sus crespos cabellos y su mostacho cae sobre el negro de sus bruñidos y perfectos miembros. Contemplo al pintoresco gigante, y lo amo- y no sólo en esto me complazco; Me marcho también con su atalaje. En mí la contemplación de la vida constituye siempre un deleite, y la acaricio insaciable, esté ella adelante o en pos; Reverente ante las capillas apartadas y humildes, sin desdeñar nada ni a nadie; Absorbiéndolo todo y también esta mi canción. Bueyes que hacéis rechinar yugo y cadena, o que os detenéis en la sombra, bajo la fronda, ¿qué expresan vuestros ojos? Me parece que es mucho más que todo cuanto he leído en mi vida. Mis pisadas, durante mi prolongado y distante vagabundeo, ahuyentan a los ánades, a los machos y a las hembras; Levantan el vuelo juntos, trazando lentos círculos en el aire. Pienso en el propósito de esos vuelos, Y reconozco el sentido que para mí tiene el plumaje rojo, amarillo y blanco, Y considero que el verde y el violeta y la empenachada cabeza tienen una intención, Y no digo que la tortuga es indigna puesto que ella jamás es otra cosa que una tortuga; Y la corneja, que en el bosque nunca estudió la escala, para mí trina bastante bien; Y la mirada de la yegua baya pone en evidencia mi necedad y la ahuyenta. 14 El ganso salvaje conduce su bandada a través de la noche fría; Ya.... honk, grita, y su graznido en mí repercute cual una incitación; (El orgulloso quizá no escuche, pero yo lo oigo atentamente; Y alcanzo su propósito y su lugar allá en lo alto, en el cielo invernal). El vivaz y veloz alce norteño, el gato adormilado sobre el umbral, el vencejo, la aranata, Las crías de la gruñidora cerda mamando de sus ubres, La pollada de la pava y ésta con sus alas entreabiertas; En ellos y en mí yo veo la misma vieja ley. La presión de mi pie sobre la tierra levanta un centenar de afectos; Pero éstos desdeñan cuanto hago yo para expresarlos. Enamorado estoy de todo cuanto germina en el aire libre, De los hombres que viven entre el ganado, o que saborean el aire del océano o de los bosques, De los armadores y de los tripulantes de navíos, y de los que empuñan hachas y mazos, y de los domadores de potros; Podría comer y dormir al raso en su compañía durante semanas y semanas. Lo vulgar y lo tosco, lo cercano y lo fácil, eso soy yo, Acudo hacia mi destino y me ofrendo íntegro sabiendo que siempre he de ganar; Yo mismo me engalano para entregarme al primero que quiera tomarme, Sin preguntarle al cielo si sobre mí descenderá según yo deseo, Entregándome franca y eternamente. La contralto canta junto al órgano del coro; El carpintero desbasta su madero- la lengua de su cepillo silba y deja escapar un loco balbuceo; Los hijos casados y los que no lo están aún acuden al hogar para la cena de Pascuas; El piloto empuña la vara del timón- lo hace con brazo vigoroso; Erguido en su ballenera, el contramaestre se apresta con la lanza y el arpón; El cazador de patos avanza con silenciosos y cautelosos pasos; El diácono aguarda su ordenación con las manos cruzadas ante el altar; La hilandera retrocede y avanza siguiendo el compás del susurro de su gran rueda; El labriego, en el Primero de Año, abandona las varas de su arado, y cuando pasea, contempla cómo han crecido la avena y el centeno; El lunático, finalmente, es conducido al asilo, pues su caso ha sido confirmado; (Ya no dormirá, como solía hacerlo, en el camastro, en la alcoba de su madre); El impresor de periódicos con sus grises cabellos y enjutas mejillas trabaja junto a las cajas, Da vueltas a su mascada de tabaco, al paso que sus ojos recorren el borroneado manuscrito; Los deformados miembros yacen sobre la mesa del cirujano, Cuando son amputados caen horriblemente en el cubo; La muchacha cuarterona es vendida en pública subastay el borracho cabecea junto a la estufa de la taberna; El maquinista se remanga la camisa, el policía recorre su distrito, el portero custodia su portal; El joven maquinista guía el vagón del expreso (y, aunque no lo conozco, lo amo); El mestizo ajusta sus livianas botas para competir en la carrera; Viejos y jóvenes, apoyándose en sus rifles y otros sentados en los troncos, se han reunido para la cacería de pavos del Oeste, Apartándose del grupo, el tirador se aposta y apunta a su pieza; Los grupos de inmigrantes recién llegados colman el muelle o el malecón; Mientras los motosos cavan en la plantación azucarera, el capataz vigila desde su montura; Suena el clarinete en la sala de baile, los caballeros acuden a sus parejas, los bailarines se reverencian unos a otros; El mancebo yace desvelado bajo la techumbre de cedro del desván, y escucha con atención la música de la lluvia; Los loberos colocan sus trampas en los arroyos que se vierten en el Hurón; La indígena, envuelta en su manta ribeteada de amarillo, ofrece mocasines y bolsas de cuentecillas; El perito husmea mientras recorre la exposición con sus ojos entornados, volviéndose hacia uno y otro lado; En tanto que los marineros amarran el vapor, colocan la planchada para que desembarquen los pasajeros; La hermanita menor sostiene la madeja, mientras la mayor forma un ovillo y se detiene a ratos para deshacer los nudos; La que cumplió un año de casada, ya se ha repuesto y es feliz, pues su primogénito acaba de cumplir quince días; La rubia muchacha yanqui trabaja con su máquina de coser, o en la hilandería; La embarazada de nueve meses está en la sala de las parturientas, su languidez y sus dolores han aumentado; El empedrador se apoya en su pisón, el repórter vuela sobre sus cuartillas, el pintor de muestras ejecuta rótulos con letras azules y doradas; El muchacho del canal corre a lo largo del camino de sirga, el contable calcula en su escritorio, el zapatero encera sus cordones; El director marca el compás a la orquesta, y todos los ejecutantes lo siguen; El niño recibe el bautismo, el converso formula su primera profesión de fe; Se aprestan para la regata en la bahía- la carrera ha comenzado- ¡cómo brillan las blancas velas! Apacienta su rebaño el pastor y grita a los animales cuando intentan alejarse; El mercachifle suda agobiado por el fardo de su mercancía y el comprador regatea por unos céntimos); La cámara y la placa están preparadas, la dama se apresta para que tomen su daguerrotipo; La novia desarruga su blanco vestido, el minutero avanza lentamente; El fumador de opio reclina su rígida cabeza y entreabre los labios; La prostituta pasa arrastrando su chal; su sombrero cae sobre el vacilante y granujiento cuello; La gente festeja sus obscenidades; los hombres se mofan haciéndole guiños; (¡Miserable! ¡Yo no festejo tus obscenidades ni me burlo de ti!). El presidente reúne al consejo, lo rodean los grandes secretarios; En la plaza, cogidas del brazo, pasean tres majestuosas matronas; La tripulación del pesquero estiba camadas de hipogloso en la bodega; La gente de Missouri atraviesa las llanuras, arreando sus ganados y cargando sus bártulos; Mientras el cobrador recorre el tren anunciándose con el tintineo de las monedas; Los carpinteros colocan los entarimados, los techadores cubren los techos, los albañiles piden el mortero; En fila, con sus artesas al hombro, avanzan los peones; Las estaciones se suceden, la indescriptible multitud se congrega, hoy Cuatro de Julio (¡Qué salvas de artillería y armas menores!). Las estaciones se suceden, el labrador ara, siega el segador, y el grano invernal cae sobre la tierra; Allá, en los lagos, el pescador de pica mira y aguarda a través del agujero abierto en la helada superficie; El pionero hinca profundamente el hacha en los tocones que inundan la llanura; Los lancheros hacen alto a la hora del crepúsculo y atracan con sus gabarras cerca de las plantaciones de algodón y bajo los castaños; El rastreador de coones los busca a través de las regiones del río Colorado o las que baña el Tennesse, o a través de las del Arkansas; Brillan las antorchas en las sombras de Chattahoochee o Altamahaw. Los patriarcas se sientan para cenar con sus hijos y sus nietos, y los biznietos los rodean; En chozas de adobes, en tiendas de lona, duermen los tramperos y cazadores luego de la diaria cacería; La ciudad duerme, el campo duerme; Los vivos duermen a su tiempo, los muertos duermen a su tiempo; El viejo marido duerme a la vera de su esposa, y el joven esposo duerme con la suya; Y todos éstos en su fuero interno anhelan venir hacia mí, y yo en mi fuero exterior quiero acudir hacia ellos; Y tal cual son ellos, así, más o menos, así soy yo; Y cada uno de ellos, y de todos, y de mí, brota esta canción a mí mismo. 16 Soy del anciano y del joven, del necio tanto como del sabio; Negligente con unos, siempre respetuoso con los otros, Maternal tanto como paternal, un niño tan bien como un hombre, La sustancia de que colmado estoy es grosera y la sustancia de esa sustancia es refinada; Uno en la Gran Nación, la nación formada por muchas naciones, donde las más pequeñas valen tanto como las más grandes; Un sureño tanto como un norteño- un plantador indolente y hospitalario, junto al Oconee donde vivo; Un yanqui resuelto a proseguir mi camino, dispuesto a comerciar, con las articulaciones más flexibles del mundo y con las articulaciones más sólidas del mundo; Un kentuikano vagando por el valle del Elkhorn, enfundado en mis polainas de piel de venado, un luisiano o georgiano; Un barquero en lagos y bahía, o al largo de las costasun hoosier, badger, buckeye (uno de Indiana de Wisconsin, de Ohío); En mi hogar del Canadá, calzando raquetas para la nieve, o instalado arriba, en los bosques, o con los pescadores de Newfoundland (Terranova); En la flotilla de rompehielos, bordejando con los otros; En mi hogar, en las colinas de Vermont, o en los bosques del Maine, o viviendo en un rancho de Texas; Camarada de los californianos camarada de las gentes libres del Noroeste (enamorado de sus esbeltas proporciones), Camarada de los jangaderos y de los carboneros- camarada de los que estrechan las manos dando la bienvenida e invitan a comer y beber; Un aprendiz con los más simples, un maestro para los más aventajados; Un novicio principiante, empero con la experiencia de miriadas de estaciones; De cada color y de cada casta tengo yo algo, de cada rango y cada religión; Un labrador, mecánico, artista, caballero, marino, cuáquero; Prisionero, iluso, pendenciero, leguleyo, médico, sacerdote; Resisto cualquier cosa mejor que mi propia diversidad; Aspiro el aire pero lo dejo en plenitud para los demás, Y no estoy encaramado, ocupo siempre mi lugar. (La polilla y las huevas de los peces están en su sitio; Yo veo los soles brillantes, y aquellos que no alcanzo a divisar están en su debido lugar; Lo palpable ocupa su lugar, y lo impalpable está en su sitio.) Estos son realmente los pensamientos de todos los hombres en todas las edades y en todos los pueblos- no son originalmente míos; Si ellos no son también tan suyos como míos, no son más que nada, o casi nada; Si ellos no son el enigma, y la clave del enigma, tampoco son nada; Si ellos no son tanto lo inmediato, como lo distante, nada son. Esta es la hierba que brota donde quiera que haya tierra, y agua; Este es el aire común que baña el globo. 18 Aquí estoy con música ruidosa- con mis clarines y mis tambores, No sólo ejecuto marchas para las victorias consagradasyo ejecuto también marchas para los vencidos y para los asesinados. ¿Habéis oído decir que está bien ganada la jornada? Yo también digo que es bueno caer- que las batallas se pierden con el mismo espíritu con que se ganan. Yo redoblo y repico por los muertos; Soplo en mi clarín mis notas más vibrantes y más alegres en loor de todos ellos. ¡Viva por los que cayeron! ¡Y por aquellos cuyas naves guerreras se hundieron en el mar! ¡Y por aquellos mismos que en el mar perecieron! ¡Y por todos los generales vencidos! ¡Y por todos los hé roes derrotados! ¡Y por los innúmeros héroes desconocidos, iguales a los grandes héroes conocidos! 19 Esta es la comida de siempre- ésta es la carne para el hambre natural; Es la misma para el malvado tanto como para el justoyo la dispongo para todos por igual; Y quiero que nadie sea excluido, La manceba, el parásito, el ladrón están igualmente invitados; El esclavo de labios gruesos está invitado- el sifilítico está invitado; No habrá distingos entre ellos y el resto. Esta es la región de una mano vergonzante- éste es el olor de una flotante cabellera. Éste es el contacto de mis labios con los tuyos- éste es el murmurio del deseo; Éste es el reflejo de las profundidades insondables y el de las alturas reflejadas en mi rostro; Éste es el preconcebido anhelo de mezclarme con todos para huir después.. ¿Supones que aliento algún complicado designio? Bien, lo tengo- como también lo tienen las lluvias durante el cuarto mes, y lo tiene la mica adherida a las rocas. ¿Me tienes por asombroso? ¿Es asombrosa la luz del día? ¿Lo es la primera estrella roja que tiembla a través del ramaje? ¿Asombro yo tanto como ella? Ya es hora de que hable confidencialmente; Yo no lo haría con cualquiera, pero quiero confiar en ti. 20 ¿Quién va allá, ansioso y tosco, místico desnudo? ¿Cómo es posible que extraiga mis fuerzas del buey con cuya carne me alimento? En realidad, ¿Qué es un hombre? ¿Qué soy yo? ¿Qué eres tú? Todo cuanto señalo como mío debes considerarlo tuyo; De lo contrario pierdes tiempo escuchándome. No lloriqueo como los que por ahí lloriquean, Estos meses son vacuos, y la tierra sólo es cieno y suciedad; Esta vida es un eterno mamar y vender, y nadie subsiste hasta el final sino raído, apenado y desgarrado. Sollozos y adulonerías obsecuentes con pólvora destínanse a los veteranos inválidos- la conformidad para los parientes de los desaparecidos del Cuatro de julio; Llevo el sombrero como quiero, dentro o fuera de la casa. ¿Por qué he de orar? ¿Por qué abundaré en reverencias y ceremonias? Luego de escudriñar a través de los estratos, analizado hasta un pelo, consultado con los doctores, y calculado atentamente, Yo he comprobado que lo mejor está en mis propios huesos Entre todos me miro a mí mismo- ni más ni menos cual si fuera un grano de cebada; Y lo bueno o lo malo que digo de mí, también de ellos lo digo. Y sé que soy sólido y puro; En mí convergen las cosas del universo en su perpetuo fluir; Todo ha sido escrito para mí, y yo tengo que descifrar lo que las escrituras significan. Yo sé que soy inmortal. Yo sé que la órbita que describo no puede medirse con el compás del carpintero; Yo sé que no pasaré como el círculo que en la noche traza un niño jugando con un tizón encendido. Yo sé que soy augusto. Yo no turbo mi espíritu para que se vindique ni para que lo comprendan; Yo sé que las leyes elementales no tienen disculpa; (Después de todo, yo reconozco que no soy más soberbio que los cimientos sobre los cuales se levanta mi casa). Existo tal cual soy- esto es suficiente; Si algún otro en el mundo no se muestra enterado, de ello me alegro; Y si cada uno y todos están enterados, también me alegro. Un mundo me contempla, el más inmenso para mí, y esto soy yo mismo; Y si llego a mi destino hoy, o dentro de diez mil, o diez millones de años, Puedo aceptarlo alegremente o esperar con la misma alegría. La impronta de mis pies está marcada profundamente en el granito; Me río de lo que llamas disolución; Porque conozco la magnitud del tiempo. 21 Yo soy el poeta del Cuerpo; Yo soy el poeta del Alma. Los placeres celestiales están conmigo y los tormentos infernales también están en mí; Los primeros, yo los injerto y los hago crecer en mí mismo - y los segundos los traduzco a una nueva lengua. Yo soy el poeta de la mujer así como el del hombre; Y digo que es tan grande ser una mujer como ser un hombre; Y digo que no hay nada tan grande; como ser madre de hombres. Yo canto la canción de la expansión y del orgullo; Nos hemos humillado y hemos impetrado bastante por culpa de ellos; Y declaro que el tamaño sólo es desarrollo. ¿Has sobrepasado al resto? ¿Eres el Presidente? Es una bagatela- todos pueden llegar hasta allí, cualquiera puede lograrlo. Yo soy el que camina con la tierna y fecunda noche; Invoco a la tierra y al mar, semiocultos por la noche. Estréchame contra tu desnudo seno, ¡oh, noche!- ¡Estréchame, noche magnética y sustentadora! ¡Noche de los vientos sureños! ¡Noche de las grandes y raras estrellas! ¡Apacible y adormecida noche! ¡Enloquecida, desnuda noche estival! Sonríe, ¡oh tierra voluptuosa, con tu fresco aliento! ¡Tierra de los soñolientos y fluidos árboles! ¡Tierra de los moribundos crepúsculos- tierra de las montañas con sus cumbres hundidas en la bruma! ¡Cristalina tierra bañada por la luna llena con su claridad lechosa y azulada! ¡Tierra de las luces y sombras moteando la superficie del río! ¡Tierra del límpido gris de las nubes, más límpidas y más claras para regocijo mío! ¡Tierra de los lejanos y profundos barrancos! ¡Tierra colmada de manzanas en flor! ¡Sonríe, porque aquí está tu amante! ¡Pródiga, tú me has dado amor! ¡Por lo mismo, yo te doy amor! ¡Oh, indecible y apasionado amor! 
 
22 ¡Tú, mar! Yo también a ti me entrego- yo barrunto lo que tú significas; Contemplo desde la playa tus corvos e incitantes dedos; Creo que rehusas retirarte a menos que me acaricies; Debemos realizar juntos un viaje, me desnudo- apresúrate a conducirme lejos, hasta que pierda de vista la tierra; Arrúllame, déjame adormecer sobre los muelles cojines de tus ondas; Empápame con tu humedad amorosa; puedo restituírtela. ¡Mar de las dilatadas y embravecidas lejanías! ¡Mar del aliento amplio y convulsivo! ¡Mar, sal de la vida! ¡Mar de las tumbas inesperadas siempre abiertas! ¡Cómo gimes y te vuelcas en la tormenta! ¡Caprichoso y fantástico mar! Yo soy idéntico a ti, tengo igualmente una fase y todas las fases. Participo del flujo y del reflujo- encomio el odio y la reconciliación; Soy el testigo de la simpatía; (¿Haré el inventario de las cosas de la casa y olvidaré la casa que las contiene?) No sólo soy el poeta de la bondad,- no declino ser también el de la perversidad. Jofainas y navajas para mis pecas y mis greñas. ¿Qué significa esa algarabía sobre la virtud y el vicio? El mal me impele y la reforma del mal me incita. Pero permanezco indiferente; Mi actitud no es ni la del inquisidor ni la del recusante; Me limito a regar las raíces de todo cuanto crece. ¿Temes que alguna escrofularia brote entre la persistente fecundidad? ¿Crees, acaso, que las leyes celestiales se encuentran aún en gestación y pueden ser rectificadas? Examino un platillo de la balanza y el otro platillo de la balanza; Las endebles doctrinas están sustentadas igualmente como las doctrinas estables; Los designios y realidades del presente se hallan despiertos en los impulsos iniciales. Este minuto llega hasta mí a través de un pasado secular. Ninguno mejor que este instante presente. Que en el pasado te hayas comportado bien, o te portes bien ahora, es cosa que carece de importancia; Ahora y siempre, lo maravilloso es que pueda haber un hombre o villano o infiel. 
¡Oh, el despliegue interminable de palabras seculares! Y mi palabra es una palabra moderna, la palabra en-masse. Palabra de la fe, que jamás engaña; Hoy y mañana, ella es para mí siempre igual. Yo acepto el tiempo, absolutamente. Sólo esta palabra es intachable, sólo ella lo concluye y acepta todo; Esta mística y desconcertante maravilla todo lo completa ella sola. Acepto la realidad y no me atrevo a interrogarla; El materialismo la impregna desde el comienzo hasta el final. ¡Hurra por la ciencia positiva! ¡Qué viva la exacta demostración! Búscame rodiolas mezcladas con ramas de cedro y de lilas; Éste el lexicógrafo, éste es el químico, éste hace una gramática para descifrar las inscripciones de los antiquísimos cartuchos, Estos marinos llevaron el navío a través de los mares desconocidos y peligrosos; Éste es el geólogo, éste trabaja con el escalpelo y éste es el matemático. 
 
¡Señores! para vosotros los honores primeros; Vuestras acciones son útiles y, empero, no constituyen mi dominio. (Por ellas yo no hago más que penetrar en un sector de mi dominio). Aquellos que apelan a las propiedades de ningún modo han expresado mis palabras. Sino más bien fueron aquellos que expresan la vida inexpresada, la libertad y la liberación, Y que no tienen en cuenta a los neutros y los castrados, y que favorecen a los hombres y a las mujeres plenamente provistos, Y que golpean sobre el gong de la rebelión, y se mezclan con los fugitivos, los complotados y los conspiradores. 24 ¡Walt Whitman, yo soy un cosmos, un hijo del pujante Manhattant! Turbulento, corpóreo y sensual, glotón, bebedor y procreador; Nada sentimental, ni por encima de los hombres y las mujeres, ni de ellos apartado; No más modesto que inmodesto. ¡Quitad las cerraduras de las puertas! ¡Quitad las puertas mismas de sus quicios! 
 
El que el que a otro degrada, a mí me degrada; Y todo cuanto se hace o se dice, al final, hacia mí vuelve. A través de mi inspiración crece y se acrecienta, a través de mí pasa la eléctrica corriente y se mueve la aguja indicadora. Yo prefiero la pretérita palabra original, entrego el signo de la democracia; ¡Por Dios! No aceptaré nada que los otros no puedan obtener en los mismos términos. A través de mí resuenan las infinitas voces largo tiempo enmudecidas; Voces de interminables generaciones de prisioneros y de esclavos; Voces de prostitutas, y de seres deformes; Voces de enfermos y desesperados, de ladrones y abortos; Voces de siglos de preparación y acrecentamiento. Y de los vínculos que ligan a las estrellas, y de las matrices maternas y de la savia paterna, Y de los derechos de aquellos a los que los otros pisotean; De los deformados, triviales, negados, tontos, despreciados, Vaho en el aire, escarabajos haciendo rodar sus bolas de excremento. A través de mí las proscriptas voces; Voces de los sexos y de las concupiscencias, veladas voces cuyos velos yo aparto; Voces indecentes, por mis clarificadas y transfiguradas. Yo no poso los dedos sobre mi boca; Yo trato con la misma delicadeza tanto a las entrañas como a la cabeza y el corazón; La cópula para mí no es más fétida que la muerte. Creo en la carne y en los apetitos; Ver, escuchar, tocar, son milagros, y cada parte y cada apéndice de mi cuerpo también es un milagro. Divino soy interior y exteriormente, y santifico todo cuanto toco o a mí me toca; El olor de mis axilas es un aroma tan exquisito como la plegaria; Esta cabeza mía vale más que templos, biblias y que todas las creencias. Si rindo culto a una cosa más que a otra, entiendo que es a la integridad de mi cuerpo, o a una cualquiera de mis partes. ¡Traslúcida forma mía! ¡Eso serás! Sombríos impetus y pausas, ¡eso serás! Rígida cuchilla masculina, ¡eso serás! Todo cuanto puede valorarse, ¡eso serás! ¡Tú, riqueza de mi sangre, lechoso licor, pálido extracto de mi vida! 
 
Pecho que se estrecha contra otros pechos, ¡eso serás! Mi cerebro, ¡eso serán tus ocultas circunvoluciones! Raíz bañada por el iris del agua, temerosa codorniz, nidal de los dobles huevos custodiados, ¡eso serás! Enmarañado y crespo heno de la cabeza, barbas y muslos, ¡eso serás! Savia goteando del arce, filamento del trigo viril, ¡eso serás! Sol generoso, ¡eso serás! Vapores iluminando y ensombreciendo mi rostro, ¡eso serás! Vosotros arroyuelo y rocío de sudor, ¡eso serás! Vientos cuyos genitales dulcemente juguetones, contra mí se frotan, ¡eso serás! Amplios espacios musculares, ramas vivas del roble, vagabundeo lleno de amor sobre mis sinuosos senderos, ¡eso serás! Manos que he recogido, rostro que he besado, mortal que una vez toqué, ¡eso serás! Estoy enloquecido de mí mismo. ¡Hay tantas cosas en mí y todo es tan delicioso! Cada instante y todo cuanto acontece me estremece de regocijo. ¡Oh! ¡Soy maravilloso! No puedo decir cómo se doblan mis tobillos, ni de dónde proviene mi más insignificante deseo, Ni la causa de la amistad que de mí emana, ni la causa de la amistad que a mi vez, recojo. Cuando llego hasta mi portal, me detengo para considerar si esto puede ser una realidad; Un dondiego matinal, en mi ventana, me satisface más que toda la metafísíca que traen los libros. ¡Contemplar la aurora! La débil claridad ahuyenta las diáfanas e inmensas sombras; El sabor del aire es grato a mi paladar. Impulsos del mundo en marcha, ingenuos escarceos, silencioso brotar, fresca exudación. Evasivas fugas hacia arriba y hacia abajo. Algo que no logro distinguir yergue libidinosos dardos; Oleadas resplandecientes de jugo inundan los cielos. La tierra sostenida por el cielo, cotidiano término de su conjunción; El desafío, desde Oriente, se levanta en ese instante sobre mi cabeza; Y el sarcasmo burlón: ¡Mira si te conviertes en el amo de todo esto! 
25 Deslumbrante y tremenda, ¡qué pronto la aparición del sol me mataría Si yo no lograra, ahora y siempre, expresar la aurora que de mí emana! Nosotros también nos elevamos deslumbrantes y tremendos como el sol, Nosotros hemos encontrado nuestro dominio, ¡oh, alma mía!, en la calma y el frescor de la alborada. Mi voz alcanza hasta donde mis ojos no distinguen, Con la vibración de mi lengua circundo mundos y nebulosas de mundos. La palabra es la hermana gemela de mi visión, ella es incapaz de medirse; Ella me incita sin cesar y me dice sarcásticamente: Walt, ya tienes bastante, ¿por qué no comienzas a distribuir?” Entonces yo no me dejaré tentar más; tú tienes muy en cuenta la expresión. ¿Ignoras, ¡oh, palabra!, cómo bajo tus plantas las yemas se repliegan sobre sí mismas? Aguardando en las tinieblas, protegido de la helada; Retrocediendo el lodo ante mis gritos proféticos; Me someto a las causas para valorarlas al final; Mi sabiduría, esto es lo que en mí vive y está de acuerdo con el sentido de las cosas, Felicidad (que cualquiera, éste o aquel, parta en busca de este día). Mi mérito final está en rehusarte, me resisto a apartar de mí lo que realmente, soy; Circundo los mundos, pero jamás intento rodearme con ellos; Simplemente, contemplándote, colmo aquello que tú tienes de más dulce y mejor. Escritura o conversación no me manifiestan, Porque yo llevo en mi rostro expresada la plenitud de mi manifestación y la de todas las cosas; Y con el silencio de mis labios confundo enteramente al escéptico. 26 Ahora yo no haré más que escuchar, A fin de insertar en mi canto aquello que escuche, para permitirles a los puros su contribución. Escucho el cantar sonoro de los pájaros, el murmullo del trigal creciendo, el parloteo de las llamas, el crepitar de las astillas en la fogata donde preparo mis alimentos; Escucho ese son que tanto amo, el sonido de la voz humana; Escucho todos los sones que juntos corren, combinados, confundidos, fundidos, persiguiéndose; Sones de la ciudad y sones de extramuros, sones del día y de la noche; Los mancebos que conversan con aquellos que los aman, la bulliciosa risa de los jornaleros durante su yantar; Los bajos coléricos de la amistad en fuga, los débiles quejidos de los enfermos; El juez con sus manos cruzadas, sobre el estrado, y sus pálidos labios pronunciando una pena de muerte; El parloteo de los estibadores que vuelcan la carga sobre los muelles, el estribillo de los marineros que levan el ancla; El tañido de las campanas de alarma, el grito de “¡fuego!”, el rodar de las bombas de incendio pasando a toda velocidad y los carros conduciendo las lanzas con sus premonitorios tintineos y sus luces de colores; El silbato de la locomotora, el sólido rodar del tren arrastrando sus vagones; La marcha lenta, ejecutada por la banda, al frente de la columna de hombres avanzando de a dos en fondo, (Y que acuden para velar a un cadáver, con las moharras enlutadas por negro crespón). Escucho el violoncelo (que es como el lamento sentimental de un mancebo); Escucho el cornetín de pistones, que penetra rápidamente en mis oídos, Suscitando tiernas emociones en mis entrañas y en mi pecho. Escucho el coro, que es el de una gran ópera; ¡Ah! Esta sí que es música verdadera- he aquí la que me satisface. Un tenor, grande y fresco, como la creación, me colma; La flexible curva de sus labios se expande y me llena hasta el borde. Escucho a la soprano ejercitándose (¿qué es mi trabajo comparado con el suyo?); La orquesta me hace girar dentro de una órbita más amplia que la de Urano; Me arranca ardores que hasta ahora yo ignoraba poseer; Me transporta cual un navío, y yo, descalzo, chapoteo las olas que indolentes besan mis pies; Una granizada violenta y colérica me envuelve, y pierdo mi aliento, Sumido en el sueño de una morfina que es dulce como la miel, mi garganta se sofoca en agonías mortales; Y por fin vuelvo a incorporarme y percibo el enigma de los enigmas, Y esto es lo que llamamos Ser 
27 Ser, bajo no importa qué forma, ¿qué significa? (Damos vueltas y vueltas todos nosotros y siempre caemos allí); Si otra cosa no hubiera más desarrollada, ésta sería tanto como la ostra en el interior de su insensible valva. Mi valva no es insensible, Ya me adelante o me detenga, en mi persona responden instantáneos hilos conductores, Se apoderan de todo objeto y lo conducen sin deformarlo a través de mí. Basta que yo me mueva, oprima, palpe con mis dedos, para que al punto me sienta feliz; Tocar con mi cuerpo el cuerpo de otro cualquiera, después de todo, es lo único que puedo tolerar. 28 ¿Es esto un contacto? Trémulo, siento en mí una nueva personalidad, Llamas y éter se precipitan por mis venas, Una leve extremidad de mi persona se yergue y arremete acudiendo en mi ayuda, Mi carne y mi sangre arrojan rayos para alcanzar aquello que apenas de mí difiere; Por todas partes los incitadores lascivos atesan mis miembros, Estrujando la ubre de mi corazón para extraer las gotas retenidas, Obrando sobre mí de manera licenciosa, sin tolerar resistencia alguna, Por la fuerza me arrancan lo mejor que poseo, Desabotonando mis ropas, reteniéndome por el desnudo talle, Se deleitan al ver mi confusión en medio de la calma del sol y de los prados, Apartando sin recato toda aparente sensatez, Me sobornan para realizar un trueque, complaciéndose en el roce de mi piel, Sin consideración ni miramiento alguno para mis fuerzas que se agotan, o mi malestar; Apelan al resto del rebaño para que todavía se regocije un instante, Y luego todos, en un promontorio, reúnense para mofarse de mí. Los centinelas desertan de todas mis otras partes; Me dejan inerme ante el sanguinario merodeador; Acuden todos hacia las alturas para contemplar y precipitar mi derrota. Abandonado estoy por los traidores; Apelo a diestra y siniestra, he perdido mi ánimo, y nadie es tan traidor como yo; Fui yo mismo empero, el que primero llegó al promontorio y mis manos fueron las que me permitieron trepar hasta allí. ¡Oh, vil contacto! ¡Qué haces! Mi aliento se ahoga en su estrecha garganta, ¡Abre tus compuertas! tú eres demasiado para mí. 29 ¡Ciego, amoroso, violento contacto! ¡Sinuoso contacto, embozado, de aguzados dientes! Entonces, ¿has sufrido tanto al abandonarme? Despedida que sucede al arribo, perpetuo pago de un perpetuo préstamo; Rica deliciosa lluvia torrencial y recompensa aún más deliciosa. Los retoños, acumulándose, forman racimos, y se mantienen gracias al sarmiento, prolífico y vital. Boscajes de máscula esencia, dorados y en plenitud de crecimiento. 30 Todas las verdades aguardan en todas las cosas; No apresuran su nacimiento y no se resisten; No necesitan del fórceps obstétrico del cirujano; Lo insignificante es tan grande como cualquier otra cosa; (¿Existe algo más insignificante o más importante que un contacto?) La lógica y los sermones jamás convencen; El rocío nocturno penetra hondo en mi alma. Sólo está probado aquello que se prueba a todo hombre y toda mujer; Sólo lo está aquello que nadie niega. Un minuto y una gota de mi existencia serenan mi mente, Creo que las motas de húmeda tierra se convertirán en enamorados y en lámparas, Y un compendio de compendios es la carne de un hombre o de una mujer. Y que equivale a una cumbre y a una flor del amor de uno por el otro, Y que de esta lección, sin cesar, emitirán ramas hasta que ella se torne omnífica. Y hasta que uno y todos nos regocijen, y hasta que nosotros los regocijemos. 31 Yo creo que una hoja de hierba no es menos que la diaria trayectoria de las estrellas, Y que la hormiga también es tan perfecta, y un grano de arena, y el huevo del reyezuelo, Y la reineta es una obra de arte comparada con lo más grande, Y la zarza trepadiza podría adornar los salones celestiales, Y la menor articulación de mi mano menosprecia toda mecánica, Y la vaca que rumia con su cabeza gacha sobrepasa cualquier estatua. Y una sonrisa es un milagro suficiente como para conmover a sextrillones de incrédulos. Yo encuentro incorporados en mi gneis, carbón, músculos de largos filamentos, frutos, granos, racimos comestibles, Tengo mi cuerpo todo estucado, con imágenes de cuadrúpedos y pájaros, Y por buenas razones he distanciado lo que está detrás de mí, Pero que puede retornar en cuanto yo lo desee. En vano la fuga o el miedo; En vano las rocas plutónicas despiden su antiquísimo calor para impedir que yo me aproxime; En vano el mastodonte oculta su osamenta bajo el polvo; En vano las cosas están a leguas de distancia y asumen múltiples formas; En vano el océano se repliega en sus cavernas y los grandes monstruos en sus profundidades; En vano el gallinazo busca un nido en el cielo; En vano la sierpe se desliza entre las plantas rastreras y el ramaje de los árboles; En vano el alce se oculta en las profundas y boscosas gargantas; En vano el pingüino de afilado pico emigra al norte, hacia el Labrador; Y yo lo sigo prestamente, y trepo hasta el nido que está en la grieta del acantilado. 32 Creo que podría volverme hacia los animales y convivir con ellos, siempre que se muestren plácidos y reservados; Yo permanezco contemplándolos largo, largo rato. No se lamentan ni se quejan de su condición; No permanecen despiertos en medio de la oscuridad ni lloran sobre sus pecados; No se amargan discutiendo, sobre sus obligaciones con Dios; Ninguno de ellos se muestra descontento, ninguno de ellos enloquece por la manía de poseer cosas; Ninguno se humilla ante otro, ni hacia su especie que vivía hace millares de años; Ninguno, sobre la tierra toda, se muestra respetable o desventurado. Tal cual se manifiestan su parentesco yo los acepto; Me traen indicios de mí mismo, testimoniándome claramente que estos indicios están en su poder, Yo me pregunto de dónde extraen tales indicios; ¿Quizá pasé junto a ellos hace siglos y los he desdeñado, dejándolos caer? Yo mismo, que entonces avanzaba como ahora y como siempre, Recogiendo y manifestándose siempre más y con mayor rapidez, Infinito y omnipotente, pleno de todos y como todos lleno; Sin mostrarme muy exclusivo con aquellos que suscitan mis recuerdos, He aquí uno al que he escogido y amo, y ahora estoy con él en términos fraternales. Una gigantesca belleza de padrillo lozano, que corresponde a mis caricias, La cabeza coronada por una frente altiva, despejada, entre las orejas, Los miembros lúcidos y ágiles, la cola cayéndole hasta el suelo, Los ojos chispeantes de cólera, las orejas finamente recortadas y moviéndose flexibles. Su belfo se dilata cuando mis talones lo oprimen; Sus miembros bien forjados tiemblan de placer cuando, luego de unas vueltas, regresamos. Yo no te exijo más que un minuto, y luego te dejo en libertad, ¡padrillo!; ¿Para qué necesito de tu rapidez si yo en el galope te aventajo? De pie o sentado, yo paso más rápido que tú. 33 ¡Oh, viento arrollador! ¡Oh, espacio y tiempo! Ahora reconozco que es verdad lo que había presentido; Lo que había presentido cuando holgazaneaba sobre la hierba; Lo que había presentido mientras permanecía solo, tendido en mi lecho, Y luego cuando recorría la playa bajo las pálidas estrellas del amanecer. Mis amarras y mi lastre me abandonan, mis codos se apoyan sobre los acantilados del mar; Circundo las sierras, las palmas de mis manos cubren los continentes; Y avanzo con el ritmo de mi visión. Cerca de las cuadrangulares casas de la ciudad, - en las chozas de troncos de árboles, acampando con los leñadores; A lo largo de caminos de portazo, a lo largo de la reseca quebrada y atravesando el lecho del arroyuelo; Desbrozando mi sembrado de cebollas o carpiendo mis hileras de zanahorias y chirivías, atravesando las sabanas, siguiendo los senderos de los bosques; Cateando, cavando en busca de oro, haciendo una incisión alrededor de los troncos de los árboles del bosque recién adquirido; Abrasado hasta los tobillos por las arenas candentes, sirgando mi barca a lo largo del río poco profundo; Allí donde la pantera deambula y salta, amenazadora la zarpa, donde el ciervo se vuelve enfurecido contra el cazador; Allí donde la serpiente de cascabel sobre una roca caldeada por el sol, se desenrosca, o la nutria devora sus pescados; Allí donde el caimán, con sus duras escamas, duerme cerca de la charca; Allí donde el oso pardo busca las raíces o los panales, o donde el castor chapotea en el barro con su cola en forma de paleta; Por encima de los cañaverales de azúcar creciendo, por encima de los algodoneros de amarillas flores, por encima de los arrozales bajos y húmedos; Por encima de la granja de puntiagudo techo, con su festoneada galería y las pequeñas salientes de sus goteras; Por encima de los nísperos japoneses, por encima de los maizales de alargadas hojas, por encima del lino con sus delicadas flores azules; Por encima del alforfón blanco y tostado, tarareando y susurrando allí con los otros; Por encima del verde oscuro del centeno que produce sombreadas ondulaciones al impulso de la brisa; Escalando las montañas, arrastrándome con precaución, asiéndome de las ramas bajas y rugosas; Siguiendo, en la hierba, el trillado sendero o la huella a través de la hojarasca del matorral; Allí donde la codorniz silba entre la fronda y los trigales; Donde el murciélago vuela en las noches de julio, o el gran escarabajo de oro, se abate en la oscuridad; Donde el arroyo muestra las raíces del viejo árbol mientras se desliza hacia el prado; Donde el ganado, de pie, espanta las moscas con el temblor de su piel; Donde la sarta de quesos pende del techo de la cocina, donde los morrillos están a horcajadas sobre el techo del hogar en el que las telarañas caen desde las vigas como festones; Donde resuenan los martinetes de las fraguas, donde las prensas hacen girar sus cilindros; Donde el corazón humano palpita con terrible angustia bajo las costillas; Donde el globo en forma de pera flota en el aire (y yo mismo floto y lo contemplo plácidamente desde abajo); Donde la canoa de salvataje se desliza por la corredera, donde el calor, en las revueltas arenas, incuba los huevos de color gris pálido; Donde la ballena nada con su cría inseparable; Donde el barco de vapor arrastra en pos de sí un largo penacho de humo; Donde la negra aleta del tiburón se asoma cortando el agua; Donde el brick a medias incendiado flota en las corrientes desconocidas; Donde las almejas colman el viscoso puente mientras los muertos se pudren en la cala; Donde la bandera de las muchas estrellas ondea al frente de los regimientos Mientras se aproximan a Manhattan por la estrecha y alargada isla; Bajo el Niágara, la catarata que cae como un velo sobre mi rostro; Sobre el umbral de una puerta donde el montante de dura madera sobresale; En la pista de carreras, o bien disfrutando de los picnis, o bailando jigas, o jugando al base-ball; En fiestas de hombres, con groseras bromas, irónicas licencias, danzas violentas, borracheras, risas; En el lugar de la sidrería, saboreando, la pulpa oscura y azucarada de las manzanas, sorbiéndola a través de una pajuela; En el lugar donde mondan las manzanas, con deseos de besar todos los rojos frutos que encuentro; En las asambleas, en las fiestas sobre la playa, en las reuniones amistosas, entre los grupos que deschalan el maíz, levantando castillos en el aire; Donde el sinsonte deja escuchar sus deliciosos gorjeos, cloquea, grita, llora; Allí, en el patio de la granja, donde la muela del trigo se levanta, donde aventan las pajas caídas, en el cobertizo donde aguarda la vaca preñada; Donde el toro avanza para cumplir su másculo cometido, donde el potrillo se levanta sobre la yegua, donde el gallo cubre a la gallina; Donde pacen los novillos, donde los gansos tragan su comida con leve temblor del gaznate; Donde las sombras del ocaso se prolongan sobre la praderainmensa y solitaria; Donde las manadas de búfalos se deslizan y extienden por todo el ámbito, cubriendo millas y millas cuadradas Donde el colibrí chispea, donde se curva y enrosca el cuello del cisne longevo; Donde el martín-pescador se remonta, bordeando la ribera, dejando escuchar su risa casi humana; Donde las colmenas están alineadas sobre un banco gris del jardín, semiocultas por las hierbas; Donde las perdices de listado cuello se posan en el suelo formando círculo, levantando sus cabecitas; Donde los coches fúnebres llegan pasando por debajo de las arcadas del cementerio; Donde los lobos, en el invierno, aúllan en medio de las blanca nevadas, entre los árboles cubiertos de carámbanos; Donde la garza de amarilla cabeza, en la noche, se aproxima a la charca para alimentarse con los cangrejitos; Donde el chapoteo de los nadadores refresca el caluroso mediodía; Donde la cigarra hace sonar su cromático caramillo en lo alto del nogal que se asoma detrás del muro; A través de los bosquecillos de limoneros y pepinos con su entrelazada hojarasca de plata; A través del salitral o de la amarillenta ciénaga, o bajo los cónicos pinos; A través del gimnasio, a través del encortinado salón, a través de la oficina o de la sala de bailes populares; Contento con el nativo y contento con el extranjero, contento con lo nuevo y con lo antiguo; Contento con la mujer fea y lo mismo con la hermosa; Contento con la cuáquera que se despoja de su bonete para charlar elodiosamente; Contento con la canción entonada por el coro en la jaharrada capilla; Contento con las graves palabras del sudoroso predicador metodista, seriamente impresionado en medio de la reunión al aire libre; Contemplando los escaparates de Broadway durante toda la mañana, y aplastando mi nariz contra los cristales; Vagando esa misma tarde, cara hacia las nubes, o siguiendo el sendero a lo largo de la playa; Con mis brazos izquierdo y derecho alrededor de las caderas de dos amigos, y yo entre ambos; Regresando a mi casa acompañado por el salvaje y silencioso mancebo de las mejillas sumidas (que en pos de mí cabalgó al caer la tarde); Lejos de las poblaciones, estudiando las huellas de los animales o las improntas de los mocasines; En el hospital, próximo a un lecho, brindándole la limonada al afiebrado paciente; Próximo al féretro, cuando todo está inmóvil, examinando el cadáver a la luz de un cirio; Arribando a todos los puertos para regatear o entregarme a la aventura; Precipitándome con la multitud moderna, tan airoso e inconstante como cualquier otro; Enfurecido contra el que odio; dispuesto a asestarle una cuchillada en pleno furor; Solitario a medianoche, en el fondo de mi morada, abandonado por mis pensamientos desde hace mucho tiempo; Paseándome por las antiguas colinas de Judea con el Dios hermoso y amable a mi vera; Presuroso, a través del espacio, apresurado a través del cielo y de las estrellas; Presuroso a través de los siete satélites y el gran anillo con su diámetro de 80.000 millas; Presuroso, a través de los meteoros engalanados con una cola, y arrojando bolas de fuego como los otros; Conduciendo el niño que crece en el vientre de la preñada madre; Entablando una querella, regocijándome, estableciendo un plan, declarando mi amor, haciendo advertencias; Reculando y avanzando, apareciendo y desapareciendo; Tales son los caminos que recorro noche y día. Visito los pomares y contemplo los frutos; Contemplo los quintillones que han madurado y los quintillones que están aún verdes. Realizo estos vuelos dignos de un alma fluida y que todo lo absorbe; En mi carrera desciendo hasta las profundidades alcanzadas por los plomos de la sonda. Sostengo lo material y lo inmaterial; No hay guardia que pueda retenerme, ni ley que me detenga. Anclo mi embarcación sólo por unos instantes; Mis mensajeros continuamente cruzan a lo lejos y regresan trayéndome sus respuestas. Voy en procura de las pieles de los osos polares y las focas, penetrando los abismos con mi harpón, agarrándome de las rocas frágiles y azuladas. Trepo al trinquete; Avanzando la noche, ocupo mi puesto en el nido de cuervo; Navegamos por el mar Ártico, pleno de luz, A través de la diáfana atmósfera abarco su maravillosa belleza; Las enormes masas de hielo pasan ante mí y yo paso ante ellas, y el escenario es llano en todas las direcciones. Las níveas cumbres de las montañas aparecen a lo lejos, hacia ellas arrojo todo cuanto imagino; (Nos aproximamos a un gran campo de batalla, en la que pronto nos veremos envueltos; Pasamos ante el colosal puesto avanzado del campamento, lo hacemos con pasos pausados y con gran precaución). O bien nos aventuramos a través de los suburbios de alguna vasta y ruinosa ciudad; Las ruinas y la destrozada arquitectura son más vastas que cualquiera de las ciudades vivientes del globo. Soy un compañero libre, acampo rodeado por el fuego de los vivaques. Desalojo del lecho al recién casado y me quedo con la novia; La estrecho toda la noche contra mis muslos y mis labios. Mi voz es la voz de la esposa, el chillido cerca de la baranda de la escalera; Traen chorreando agua mi cuerpo de ahogado. Interpreto el amplio corazón de los héroes, El coraje del presente y de todos los tiempos; Veo cómo el capitán contempla la gente desbordando del navío náufrago que ha quedado sin timón, y la Muerte alcanzándolos aquí y allá en plena tempestad; Cómo él aprieta los puños y no se aparta una pulgada de la borda, fiel durante días, fiel durante noches, Y cómo escribe, con gruesos caracteres, sobre un tablón: “¡Tened valor, que no os abandonaremos!”; Cómo navega con ellos y maniobra con ellos, durante tres días, y sin querer abandonarlos; Y cómo, al final, salva a los náufragos que iban a la deriva. ¡Qué aspecto tenían las mujeres desencajadas y con las ropas flotantes cuando fueron arrancadas por las chalupas de la tumba que las aguardaba! ¡Qué aspecto tenían los niños silenciosos, con sus rostros prematuramente envejecidos, y los enfermos que izaban, y los hombres sin afeitar, con los labios exangües! Todo esto yo lo absorbo, es de mi agrado, lo hago mío; Yo fui ese hombre, sufrí, y estuve allí. El desdén y la serenidad de los antiguos mártires; La madre de antaño, condenada por hechicera, quemada sobre la hoguera ante la atónita mirada de sus hijos; El esclavo perseguido, que desfallece en su huída, y se apoya contra la empalizada, anhelante, sudoroso; Los dolores candentes, que son como aguijones en sus piernas y en su cuello, los mortíferos perdigones y las balas; Todo esto lo siento y todo esto soy yo. Soy el esclavo perseguido, retrocedo amenazado por los dientes de los perros. El infierno y la desesperación me atormentan, restalla vuelve a restallar el fusil de los tiradores; Me agarro de los barrotes de la empalizada, desangrándome, debilitado por el sudor de mi piel; Caigo sobre las hierbas salvajes y las piedras; Los jinetes acucian a sus remisas cabalgaduras, aproximándose; Los insultos alcanzan a mis oídos que zumban, y golpean violentamente sobre mi cabeza con sus látigos. Las agonías no me abandonan; No le pregunto cómo se siente al hombre herido, yo mismo soy, ese hombre herido; Mis heridas tórnanse lívidas en tanto que, apoyándome en mi bastón, observo. Soy el bombero aplastado, cuyo esternón quedó roto; Los muros al desplomarse me sepultaron entre sus escombros; Calor y humo aspiré, he escuchado los lamentos desgarradores de mis camaradas; He escuchado el golpeteo distante de sus picos y de sus palas; Han apartado las vigas y me han levantado tiernamente. Yazgo expuesto al aire nocturno, con mi ensangrentada camisa, y todos, contemplándome, callan; Después de tanto, yo no sufro más, estoy tendido, exhausto, pero no me siento del todo desdichado; Blancos y bellos son los rostros que me rodean, las cabezas ya están despojadas de sus cascos; Los rostros de la multitud arrodillada desaparecen con el resplandor de las antorchas. Los que están distantes y muertos resucitan; Son, como el cuadrante del péndulo, o se mueven cual si fueran sus manecillas, yo mismo soy el péndulo. Soy un artillero veterano, y recuerdo los bombardeos de mi fuerte; Aquí estoy nuevamente: De nuevo el prolongado redoble de los tambores; De nuevo el ataque de cañones, morteros; De nuevo en mis atentos oídos la réplica del cañón. Yo participo, veo y escucho todo; Los gritos, los juramentos, el sordo rodar, los aplausos premiando los disparos certeros; La ambulancia que pasa lentamente y deja su rojizo reguero; Los zapadores en busca de los destrozos, realizando las re paraciones indispensables; La caída de las granadas a través del hendido techo, el abanico de la explosión; El silbido de los miembros, cabezas, piedras, maderos, hierros, arriba, en el aire. De nuevo la estentórea voz de mi general moribundo, que agita furiosamente su mano. Boquea entre cuajarones de sangre y dice: “No penséis en mí... Ocupaos de la trinchera”. 34 Ahora relataré lo que refirieron en Texas, en los días de mi primera juventud; (No hablaré de la derrota de Álamo, Nadie escapó pana relatar la caída de Álamo, Los ciento cincuenta que allí había, enmudecieron en Álamo); Este es el relato del asesinato perpetrado a sangre fría con cuatrocientos doce hombres jóvenes. Retirándose, habían formado cuadro, abroquelados en sus bagajes; Habíanle causado novecientas bajas al enemigo que ahora los rodeaba, nueve veces el número de sus sobrevivientes, tal el precio pagado por anticipado; Su coronel estaba herido y agotadas las municiones; Trataron para lograr una capitulación honrosa, recibieron un pliego cerrado, entregaron sus armas y pasaron a la retaguardia como prisioneros de guerra. Eran la gloria de la estirpe de los rangers; Sin igual para caballo, rifle, canciones, festines, galanteos, Grandes, turbulentos, generosos, apuestos, arrogantes y afectuosos, Barbudos, quemados por el sol, vistiendo el cómodo uniforme de los cazadores, Ni uno de ellos pasaba de los treinta años. En la mañana del segundo día de marzo fueron reunidos por escuadrones y masacrados; ocurrió aquello en los comienzos de una bella primavera; La faena comenzó a las cinco y quedó a las ocho cumplida. Ninguno obedeció la orden de arrodillarse; Algunos intentaron una insensata y desesperada resistencia, otros permanecieron de pie, rígidos y tensos; Otros cayeron de inmediato, una bala en la sien o en el corazón; los vivos y los muertos yacían mezclados; Los que llegaban encontraban a sus camaradas heridos o mutilados enterrados en el barro; Algunos, agonizantes, intentaron huir; Pero fueron ultimados a bayonetazos, o golpeados con las culatas de los mosquetes; Un muchacho que no tenía aún diecisiete años cogió a su asesino y no lo soltó sino cuando otros dos asesinos acudieron; Los tres asesinos quedaron desgarrados y cubiertos por la sangre del mancebo. A las once comenzaron a quemar los cuerpos; Esta es la historia del asesinato de los cuatrocientos doce jóvenes rangers. 
35 ¿Quieres escuchar el relato de un combate naval de los viejos tiempos? ¿Quieres saber quién fue el vencedor bajo la claridad de la luna y las estrellas? Escucha el relato, tal como me lo contó el padre de mi abuela, que fue marino... Nuestro enemigo- decía- no era ningún remolón a bordo de su nave, te lo aseguro; Tenía el arisco denuedo de los ingleses, porque no hubo carácter más coriáceo ni más verdadero que aquel, no lo ha habido ni lo habrá jamás; Al caer la tarde llegó, enfilándonos horriblemente. Nos trenzamos con él, enmarañadas las jarcias, casi tocándose los cañones; Mi capitán trincaba de firme, con sus propias manos. Habíamos recibido algunas balas de dieciocho libras bajo la línea de flotación; En nuestra batería baja dos piezas de grueso calibre habían estallado al primer cañonazo, matando y haciendo saltar por los aires a cuantas las rodeaban. Batalla entablada a la puesta del sol, batalla en tinieblas; A las diez de la noche, en el plenilunio, nuestras vías de agua iban en aumento, teníamos cinco pies en la cala, según decían; El capitán de armas libertó a los prisioneros encerrados en la cala de popa, dándoles oportunidad de salvarse. Los centinelas no permitían aproximarse a la santabárbara; Y, viendo tantas caras extrañas, ya no sabían en quién fiarse. Nuestra fragata comenzó a incendiarse; El enemigo preguntó si pedíamos cuartel; Si arriábamos la bandera y dábamos fin al combate... Entonces comencé a reír de contento, porque escuché la voz de mi capitancito: “No hemos arriado nuestros colores- gritó tranquilamente - y ahora comenzaremos nuestra parte en la lucha” Sólo tres cañones quedaban en uso; Con uno el capitán apuntó al palo mayor del enemigo; Los otros dos, bien cargados con metralla, silenciaron la mosquetería enemiga y barrieron sus puentes. Sólo las cofas secundaban al fuego de tan reducida batería, especialmente desde el palo mayor. Se mantuvieron bizarramente durante toda la acción; No hubo ninguna tregua; Las vías de agua pronto anularon las bombas y el fuego avanzó hacia la santabárbara. Una de las bombas fue arrastrada por un cañonazo, la gente creyó que nos hundíamos. El capitancito permanecía sereno; No manifestaba ninguna prisa, su voz no era ni fuerte ni débil; Sus ojos fulguraban mucho más que nuestras linternas de combate. Y al filo de la medianoche, a la claridad de la luna, el enemigo se rindió. 36 Prolongada y silenciosa avanza la noche; Dos grandes cascos inmóviles en el seno de las tinieblas; Nuestro acribillado navío va hundiéndose lentamente; nos aprestamos para trasbordarnos al que hemos conquistado; El capitán, en el alcázar con el rostro blanco como un sudario, imparte fríamente sus órdenes; Próximo está el cadáver del grumete que le servía en su cabina. El rostro mortal de un viejo lobo de mar, con sus largos cabellos canos, y sus patillas recuadrándoselo; Las llamas asoman arriba y abajo, a despecho de todo cuanto contra ellas se hace; Las roncas voces de dos o tres oficiales todavía aptos para el servicio; Los informes montones de cuerpos, y cuerpos aislados, fragmentos de carne sobre los mástiles y perchas, La cabullería cortada, pendientes los obenques, el leve entrechocar de las suaves olas, Negros e impasibles los cañones, restos de sacos de pólvora, un olor penetrante, Arriba, algunas estrellas grandes, silenciosas, luciendo lúgubremente; El delicado aroma de la brisa marina, el relente de los juncos que bordean la ribera, los mensajes de la muerte confiados a los sobrevivientes, El siseo del bisturí del cirujano, la mordedura de los acerados dientes de la sierra, Jadear, cloqueo, chapoteo de sangre que cae, grito breve y agudo, luego el prolongado gemido que ensordece y se extingue en un hilo; Todas estas cosas: irreparables. 37 ¡Oh, Cristo! ¡Me dominan! ¡Los enemigos acuden a las puertas conquistadas! ¡Estoy dominado! Encarno todas las presencias fuera de ley y todos los sufrimientos; Me veo en la prisión cual si fuera otro hombre, Y siento el dolor sordo y continuo. Por mí los centinelas de los condenados, carabina al hombro, montan la guardia; Soy yo el que por la mañana liberan y encierran al llegar la noche. No hay un rebelde engrillado que marche a la cárcel al que yo no siga junto a él engrillado, caminando a su lado; (Soy yo el más malhumorado y el más silencioso, el sudor cubre mis labios contraidos). No hay un mancebo arrestado por robo al cual yo no acompañe, para ser luego juzgado y condenado. No hay colérico agonizante junto al cual yo no me encuentre acostado cuando exhala su postrer suspiro; Mi rostro está ceniciento, endurecidos mis tendones, la gente de mí se aparta. Los mendigos en mí se encarnan y yo me encarno en ellos; Presento mi sombrero, sentado, la vergüenza en el rostro, implorando la limosna. 38 ¡Basta! ¡Bastal ¡Bastal ¡Estoy aturdido! ¡Apartaos! De una o de otra manera, estoy aturdido ¡Apartaos! Concededme una breve tregua, pues me abruman los golpes, el sopor, el sueño, los bostezos; Me veo al borde de un error habitual. 
¡Si yo pudiera olvidar las bromas e insultos! ¡Si yo pudiera olvidar las lágrimas cayendo gota a gota y los golpes de los garrotes y martillos! ¡Si yo pudiera contemplar con mirada indiferente mi propia crucifixión y mi sangrienta coronación! Ahora recuerdo; Resumo la fracción que perduró mucho tiempo; La tumba en la roca multiplica lo que le fue confiado a ella o a no importa qué otras tumbas; Los cadáveres resucitan, los heridos se curan, las vendas vuelan lejos de mí. Me adelanto nuevamente dotado del supremo poder, uno más en procesión vulgar e interminable; Avanzamos hacía el interior del país, y a lo largo de las riberas, franqueando todas las fronteras; Somos como veloces batallones avanzando sobre la tierra toda; Las flores que engalanan nuestros sombreros representan el progreso de millares de años. ¡Discípulos! ¡Yo os saludo! ¡Adelante! ¡Continuad vuestras anotaciones, continuad vuestras preguntas! 39 El salvaje servicial y desenvuelto, ¿quién es? 
¿Aguarda la civilización? ¿La ha superado y la domina? ¿Es acaso uno del sudoeste, criado al aire libre? ¿Un canadiense? ¿Viene de las tierras del Mississippi? ¿Iowa, Oregón, California? ¿De las montañas? ¿De la vida en las praderas o de las selvas?, ¿O es un marino procedente del mar? Donde él acuda, hombres y mujeres lo acogen y desean; Desean que él los ame, los toque, hable con ellos, permanezca con ellos. Procede ilegalmente, con la suavidad de los copos de nieve, con palabras simples como la hierba, despeinada su cabeza, risueño e ingenuo, Sus pies caminan lentamente, tiene facciones vulgares, modales y procedimientos comunes; Todo esto, bajo formas nuevas, fluye de las yemas de sus dedos; Todo esto flota en el olor de su cuerpo y de su aliento, todo esto vuela del fulgor de sus ojos. 40 Magnificencia del sol, yo no necesito de tu calor- ¡quédate allá, arriba! Tú sólo iluminas las superficies, yo violo las superficies y también las profundidades. 
 
¡Tierra! Tú pareces buscar algo que de mis manos proviene; Dime, viejo corazón, ¿qué quieres? ¡Hombre o mujer! Yo quisiera expresar cuánto te amo, pero no puedo; Y quisiera expresar lo que hay en mí y lo que en vosotros se oculta, pero no puedo; Y quisiera expresar este sufrimiento, este palpitar de mis días y de mis noches. ¡Mirad! Yo no doy conferencias ni limosnitas; Cuando algo doy, me doy integro. ¡Tú que estás allí, impotente, flojo de rodillas! Aparta de tus mejillas el pañuelo hasta que yo te infunda coraje; Tiende las palmas de tus manos y abre tus bolsillos; Yo no soy el que niega. Y yo obligo, pues poseo abundantes recursos, me sobran; Y todo cuanto tengo lo doy. No pregunto quién eres, para mí eso carece de importancia; No importa lo que hagas o lo que seas, yo te abrazo. Ante el esclavo de la plantación de algodón o ante el que asea los excusados, yo me inclino; Sobre su mejilla derecha depositó el beso familiar, Por mi alma juro que jamás renegaré de él. 
En las mujeres fecundas engendro vástagos más fuertes y más ágiles: (Y hoy arrojo la simiente de más arrogantes repúblicas). Hacia el moribundo acudo, haciendo girar el picaporte; Arrojo las mantas al pie del lecho; Y al sacerdote y al médico los mando a sus casas. Cojo al hombre moribundo, levantándolo con voluntad irresistible; ¡Oh, desesperado! ¡Aquí está mi cuello! ¡Por Dios, que no te marcharás! ¡Suspéndete de mí con todas tus fuerzas! Yo te insuflo un aliento poderoso, yo te levanto; Todas las estancias de la casa las colmo yo con mi pujante fuerza; Los que me aman, se burlan de las sepulturas. ¡Duerme! yo y ellos velaremos toda la noche; Ni la duda ni la enfermedad osarán poner sobre tí un dedo; Yo te he abrazado y de aquí en adelante tú serás mio; Y mañana, cuando despiertes, verás que es verdad cuanto te digo. 41 Yo soy aquel que lleva la ayuda a los enfermos que anhelantes yacen tendidos de espaldas; Y a los hombres vigorosos que están de pie yo les alcanzo una ayuda más necesaria. Yo he escuchado todo cuanto se dice del universo; Yo lo he escuchado desde hace muchos millares de años; Es lo suficiente, tratándose de lo que, en realidad, es; pero, ¿acaso es todo eso? Para magnificarlo y aplicarlo yo estoy aquí, Desde el comienzo, supero a los eternos y prudentes mercachifles; Yo mismo alcanzo las exactas dimensiones de Jehová, Litografío a Cronos, Zeus su hijo y Hércules su nieto; Realizo dibujos de Osiris, Isis, Baal, Brahama, Buda, Aislado, en una carpeta, lo guardo a Manitú, lo tengo a Alá adherido a una hoja, y en una estampa grabada al Crucifijo; Con Odin y Mexitli, el del rostro horrendo, y todos los ídolos e imágenes; Tomo a todos por lo que valen y no doy un centavo más; Admito que vivieron y cumplieron su obra en sus días; (Trajeron gusanos para los pichones implumes que ahora deben abandonar el nido y volar y cantar por propia cuenta); Acepto los primeros esbozos deíficos a fin de perfeccionarlos y entregarlos generosamente a cuanto hombre y mujer encuentro; Descubro tanto o más en el carpintero que levanta mi casa; Elevo aún más altas pretensiones para aquel que tiene recogidas las mangas de su camisa y maneja el escoplo, el martillo; No soy hostil con las revelaciones especiales, y estimo que una voluta de humo o un simple pelo sobre el dorso de mi mano, como todo, son tan curiosos e importan lo mismo que cualquier revelación; Los muchachos que manejan la bomba de incendio y las escaleras de cuerda, para mí no son menos importantes que los dioses de las antiguas guerras; Reparo en sus voces que resuenan entre el estrépito de la destrucción, En sus miembros musculosos que pasan sanos y salvos sobre los leños carbonizados, en sus frentes que de las llamas surgen indemnes y sin heridas; Junto a la mujer del obrero, con su hijo en el regazo, yo intercedo por todo cuanto hombre ha nacido; Estas tres guadañas que, en fila, silban en la época de la cosecha, las empuñan tres robustos ángeles cuyas camisas flamean en la cintura; El monstruo y desdentado palafrenero rescata los pecados pasados y por venir, Vende todo cuanto posee, viaja a pie a fin de poder pagar abogados para su hermano, y se sienta a su vera en el banquillo del que juzgan por falsificación; Aquello que estaba diseminado en la vastedad del espacio está ahora alrededor mío, sobre la pértiga y ni siquiera la colma; El toro y el escarabajo sólo a medias han sido adorados; Heno y basura son más admirables que cuanto fue soñado, Lo sobrenatural ya no cuenta yo mismo aguardo la hora en que seré uno de los seres supremos; Próximo está el día en que haré tanto bien como los mejores, y seré tan prodigioso como ellos; ¡Por mis testículos! He aquí que me convierto en un creador; Yo mismo, aquí y ahora, sorprendo y colmo la matriz de las tinieblas. 42 Un llamado en medio de la multitud; Mi propia voz, rotunda, arrebatadora y definitiva. Venid, hijos míos; Venid, mis muchachos y muchachas, mis mujeres, mi familia y mis íntimos; Ahora el ejecutante acomete con todo vigor, y pasa a su preludio en las lengüetas. Acordes fácilmente escritos, ejecutados con ágil dedo- yo escucho el tamborileo de su climax y de su final. Mi cabeza gira sobre mi cuello; Rueda la música, pero no desde el órgano; Me rodea la gente, pero no son de mi casa. 
 
Siempre el duro y resistente suelo; Siempre los tragones y los bebedores, siempre el naciente y declinante sol, siempre el aire y las incesantes mareas; Siempre yo mismo y mis vecinos renovados, traviesos, reales; Siempre la vieja inexplicable pregunta, siempre esta espinosa tuerca, este escozor y estas ansias; Siempre el vejante ¡oh! ¡oh! hasta que descubrimos dónde el pillo se oculta y lo hacemos salir! Siempre el amor, siempre el sollozante líquido de la vida; Siempre el pañuelo bajo la mandíbula del cadáver, siempre el tablado de la muerte Aquí y allá gente que avanza con dimes (monedas de diez céntimos) sobre los ojos; Los cerebros afanándose generosamente para nutrir la glotonería de los vientres; La gente comprando los billetes de entrada, tomándolos y vendiéndolos, pero sin entrar jamás en la fiesta; Muchos sudorosos, trabajando, aventando el grano, para recibir luego, por todo pago, sólo la broza; Algunos ociosos que todo lo tienen y son, sin embargo, los que sin cesar reclaman el trigo. Esta es la ciudad y yo soy uno de los ciudadanos; Todo cuanto a los otros interesa, a mí también me interesa, política, guerras, negocios, periódicos, escuelas. El alcalde y los concejales, bancos, tarifas, embarcaciones, factorías, valores, almacenes, bienes mobiliarios e inmobiliarios. Esos hombrecitos que, numerosos, saltan ataviados con sus cuellos y sus trajes coludos, Yo sé muy bien quiénes son, (positivamente no se trata ni de gusanos ni de pulgas). Conozco a los dobles de mí mismo, - los seres más débiles y los más superficiales son inmortales para mí; Yo sé lo que hago y lo que digo, y lo mismo que a ellos les aguarda; Todo pensamiento que en mi vacila también vacila en ellos. Conozco perfectamente mi propio egoismo. Conozco mis omnívoras líneas y no es menester que yo escriba menos que esas líneas. Y yo acudo en busca de ti, quienquiera que seas, pues que estás a mi mismo nivel. No son palabras rituales las de este canto mío, Mas se trata de formular preguntas bruscamente, arrojándolas lejos y, empero, aproximando aún más las cosas. He aquí el libro impreso y encuadernado- pero, ¿el impresor y el muchacho aprendiz? He aquí las fotografías bien tomadas, - pero, tu mujer o tu amigo, ¿están cerca de ti y son reales entre tus brazos? 
He aquí el barco negro acorazado de hierro, sus potentes cañones en sus torrecillas, - pero, ¿dónde el denuedo del capitán y de los maquinistas? He aquí en la casa platos, alimentos, muebles, - pero, ¿y el amo y el ama, y la mirada acogedora que de sus ojos llega? He aquí el alto cielo, - pero, ¿qué hay aquí o en la puerta vecina, o en el otro lado del camino? He aquí los cantos y los labios de la historia, - pero, ¿y tú? He aquí sermones, credos, teología, - pero, ¿el insondable cerebro humano? Y, ¿qué es la razón? ¿qué es el amor? ¿qué es la vida? 43 Yo no os desprecio en manera alguna, sacerdotes de todos los tiempos, del universo entero; Mi fe es la más grande de todas las fes y, al mismo tiempo, la más pequeña de todas, Incluye a los cultos antiguos y modernos, y a todo cuanto se encuentra entre los antiguos y los modernos, Ella cree que yo regresaré a la tierra luego de cinco mil años, Espera las respuestas de los oráculos, honra a los dioses, saluda al sol. Hace un fetiche de la primera roca o del primer raigón, practica la hechicería con bastones en el círculo de los obis. Ayuda al lama o al brahamán que limpia las lámparas de sus ídolos, Todavía, a lo largo de las calles, danza en la procesión fálica, se extasía y permanece hierática en el bosque con los gimnosofistas. Bebe hidromiel en el cráneo convertido en copa, admirando a los shastas y a los vedas, respeta el Corán, Pasea el teokallis de los mexicanos, manchado con la sangre derramada por la piedra y el cuchillo, y redobla en el tamboril hecho con piel de serpiente, Acepta los Evangelios, acepta al que fue crucificado, sabiendo seguramente que es divino, Se arrodilla en la misa o se yergue para la plegaria del puritano, o se sienta pacientemente en el escaño de un templo, Delirio y espumajeo en mi crisis de locura, o aguardo semejante a un muerto, hasta recobrar mi espíritu, Contemplo a mi alrededor la calzada y el paisaje, o bien más allá de la calzada y del paisaje, Pertenezco a las vueltas del círculo de los círculos. Perteneciendo a esta tropa centrípeta y centrífuga, giro y hablo cual un hombre que deja sus recomendaciones antes de emprender un viaje. ¡Oh, desanimados, desconfiados necios y excluidos! Frívolos, remolones, atontados, coléricos, afectados, desanimados, ateos, Os conozco a cada uno de vosotros, conozco el mar de tormento, de la duda, de la desesperación, de la incredulidad. ¡Qué espuma arrojan las aletas de la ballena! ¡Cómo se retuercen, rápidas cual el rayo, entre espasmos y chorros de sangre! Quedaos tranquilas, ensangrentadas aletas de los desconfiados y de los sombríos necios; Ocupo mi lugar entre vosotros, lo mismo que entre no importa quienes; Es el pasado el que nos impulsa, a ti, a mí, a todos precisamente, de la misma manera. Y lo que aún no se ha experimentado y que de inmediato vendrá para nosotros, para ti, para mí, para todos, será precisamente de la misma manera. Yo no sé qué es lo que hasta el presente no se ha experimentado, ni lo que enseguida vendrá; Pero yo sé que, a su turno, será suficiente y no podrá faltar. Cada uno que pasa es contemplado, cada uno que se detiene es contemplado, no hay uno al cual esto no le haga falta. Pero no puede hacerle falta al mancebo que murió y fue sepultado, Ni a la joven que murió y fue sepultada a su vera, Ni al tierno niño que echó una mirada a través de la puerta, se retiró luego y nunca más fue visto, Ni al anciano que ha vivido sin objeto, y lo siente con una amargura peor que la hiel, Ni al hombre que vive en la casucha, consumido por el ron y el triste desorden, Ni a los innúmeros muertos y náufragos, Ni al kohoo, el pobre negro del Senegal, al que llaman basura de la humanidad, Ni a los que, como sacos, flotan simplemente, con la boca abierta para que les caiga el sustento, Ni a nada de lo que hay sobre la tierra o, más abajo, en las tumbas más viejas de la tierra, Ni importa que en las miríadas de astros, ni en las miríadas de miríadas que los habitan, Ni al presente, ni a la más ínfima brizna conocida. 44 Ya es hora de que me explique, - levantémonos. Lo conocido, yo lo rechazo; Yo impulso a todos los hombres y a todas las mujeres hacia adelante, conmigo, hacia lo Desconocido. El péndulo indica el instante pero, ¿qué es lo que indica la eternidad? Hasta ahora hemos agotado trillones de inviernos y de veranos; Hay trillones ante nosotros, y trillones antes de ellos. Los nacimientos nos han aportado riquezas variedad, Y otros nacimientos nos aportarán riquezas y variedad. Yo no digo que sea esto lo más grande y aquello lo más pequeño; Lo que colma su período y su lugar es igual a cualquier otra cosa. Hermano mío, hermana mía, ¿acaso la humanidad se ha manifestado mortífera y celosa contigo? Lo lamento por ti, pues ella no ha sido ni mortífera ni celosa conmigo; Todos conmigo se han mostrado gentiles, o no tomo en consideración las lamentaciones; (¿Qué puedo hacer yo con las lamentaciones?) Yo soy un punto culminante de las cosas cumplidas, Y soy el receptáculo de las cosas que vendrán. Mis pies tocan el ápice de los ápices de las escalas; Sobre cada peldaño hay brazadas de siglos, brazadas todavía más grandes entre peldaño y peldaño; Todo cuanto está abajo lo he recorrido dolorosamente y, sin embargo, yo subo, yo subo. Cuesta después de cuesta, los fantasmas ante mí se inclinan; Lejos, hacia abajo, diviso la enorme Nada originaria, y sé que yo mismo allá estaba; Yo aguardaba, invisible, sin cesar, dormía envuelto por la letárgica niebla, Y esperaba mi momento, el fétido carbono no me ocasionaba daño alguno. Largo tiempo permanecí enclaustrado, oprimido, mucho, mucho tiempo. Inmensa fue para mí la elaboración, Fieles desbordando amistad, los brazos que me anudaron. Los ciclos transportaron mi cuna, remando remando, como alegres bateleros Para hacerme lugar, las estrellas permanecieron apartadas en sus órbitas; Irradiando su influjo para velar sobre lo que debía contenerme. Antes de que yo naciera de mi madre, generaciones y generaciones me guiaron: Mi embrión jamás fue entorpecido, nada pudo anularlo. Para él la nebulosa se convirtió en un orbe, Los amplios y pesados estratos geológicos se acondicionaron para que él reposara, Abundantes vegetales le acordaron subsistencia, Monstruosos saurios lo transportaron en sus fauces para depositarlo luego con solicitud. 
Todas las fuerzas fueron asiduamente utilizadas para completarme y deleitarme; Ahora, en este punto, permanezco erguido con mi alma robusta. 45 ¡Oh, días de juventud! ¡Perpetuo impulso! ¡Oh, madurez, equilibrada, floreciente y plena! Mis amigos me abruman, Asedian mis labios, se agolpan en los poros de mi piel, Me empujan a través de las calles y de los salones públicos y acuden desnudos hacia mí en medio de la noche, Durante el día gritan ¡Ahoy! desde las rocas de la ribera, y se balancean y parlotean sobre mi cabeza, Me llaman por mi nombre desde los prados floridos, desde los viñedos, desde los bosquecillos frondosos, Iluminan todos los instantes de mi vida, Besan mi cuerpo con sus besos balsámicos, Silenciosamente me estrechan con manos cordiales y me las entregan para que las haga mías. ¡Vejez que soberbia te alzas! ¡Oh! ¡Bienvenida seas, gracia inefable del ocaso! Cada condición proclama no sólo lo que ella es, ella proclama lo que cree ser y surge de ella misma, Y la sombra silenciosa le proclama todo. Abro mi escotillón en medio de la noche y contemplo las constelaciones diseminadas a lo lejos. Y todo cuanto alcanzo se multiplica tan hacia lo alto que puedo comprobar que llega escasamente al borde de las constelaciones más lejanas. De más en más vastos, se expanden, se extienden, diseminándose siempre, Hacia afuera, hacia afuera, eternamente hacia afuera. Mi sol tiene su sol, y alrededor de él gira obediente, Con sus compañeros alcanza un grupo del círculo superior, Y las órbitas acrecentadas forman manchas cada vez mayores entre ellos. No hay reposo, jamás puede haber reposo; Si yo, tú, y los mundos, y todo cuanto se halla debajo y encima de la superficie, en este instante fuéramos depositados sobre una pálida sustancia flotante, a la larga ello carecería de toda importancia; Seguramente nos remontaríamos hasta donde estamos ahora de pie, Y seguramente iríamos mucho más lejos, y más lejos, más lejos todavía. Algunos cuatrillones de eras, algunos octillones de leguas cúbicas, No ponen en peligro el tiempo ni lo tornan impaciente; No son sino porciones y todo no es más que una mera porción. Por muy distante que alcances a ver, más allá no encontrarás sino espacio infinito; Por muy lejos que puedas calcular, alrededor de eso no encontrarás más que tiempo infinito. Es verdad, mi cita ha sido concertada; El Señor estará allí y aguardará mi llegada según un acuerdo perfecto; Y el gran Camarada, el amado fiel que vehemente anhelo, allí estará. 46 Yo sé que poseo lo mejor del tiempo y del espacio, y que jamás he sido medido y que jamás lo seré. Realizo un viaje perpetuo, (¡vamos, escúchame!) Mis señas son un gabán para la lluvia, buen calzado, y un bastón tallado en el bosque; Ninguno de mis camaradas se ha acomodado en mi silla; Porque yo no tengo ni silla, ni templo, ni filosofía; No conduzco a nadie a la mesa para comer, ni a la biblioteca, ni a la banca; Pero a cada hombre y a cada mujer de entre vosotros yo los conduzco hasta una cima; Mi mano izquierda rodeándoles el talle, Mi mano derecha mostrándoles los paisajes y el camino real. Ni yo ni otro ninguno puede recorrer este camino en tu lugar; Tú, sólo tú, debes recorrerlo No es largo, está a tu alcance; Quizá, sin percatarte, te hallas en él desde que naciste; Quizá está en todas partes, en el mar y en la tierra. Carga tu hato, hijo mío, yo me endosaré el mío, y apresuremos nuestra partida, En el camino encontraremos ciudades maravillosas y pueblos libres. Si estás fatigado dame los dos fardos, y apoya la palma de tu mano sobre mi cadera, Y llegado el momento, tú me rendirás el mismo servicio; Porque una vez en marcha no nos detendremos más. Hoy, antes del alba, trepé hasta la colina, y contemplé el cielo lleno de estrellas, Y le he dicho a mi espíritu: “Cuando dispongamos de esos orbes, y disfrutemos del placer y del conocimiento de todas las cosas que en ellos existen, ¿reposaremos y seremos felices?”; Y mi espíritu ha respondido: “No. Sólo alcanzaremos esa cúspide para transponerla y continuar más allá”. Tú también me interrogas y yo te escucho; Te digo que no puedo responderte, que debes encontrar la respuesta tú mismo. Siéntate un instante, hijo querido; Aquí tenemos bizcochos para comer y leche para beber; Pero, desde el instante en que te duermas y te repongas entre las suaves ropas, yo te daré un beso de despedida y abriré la puerta para que luego te puedas marchar. Durante largo tiempo has tenido sueños despreciables; Ahora yo retiro la venda de tus ojos; Debes habituarte a la claridad del día y de todos los instantes de tu vida. Durante largo tiempo has braceado tímidamente, teniendo próxima una tabla, en el arroyo; Ahora yo quiero que seas un nadador intrépido, Que te zambullas en plena mar, te alejes, me hagas señas y, riendo, avances contra la corriente. 47 Yo soy el maestro de los atletas; Aquel que gracias a mí exhibe un torso más amplio que el mío prueba la amplitud del mío; Aquel que más me honra con mi estilo, con mi propio estilo aprende a destruir al maestro. Amo a los muchachos, aquel que en un hombre se convierte no lo logra gracias a un poder innato sino por la obra de su maestro, Por lo regular es un mal sujeto y no un virtuoso obligado por un compromiso o por el temor, Ama a su buena amiga, con apetito como su bistec, El amor no correspondido, o una señal despectiva, lo hieren más que el tajante acero. Es el primero en montar a caballo, luchar, tirar al blanco, remar, entonar una canción o tocar el banjo, Prefiere cicatrices y barba y rostro maculado por la viruela, antes que todos los barbilindos, Y aquellos que están bien curtidos antes que los que se precaven del sol. Yo enseño a apartarse de mí; sin embargo, ¿quién de mí puede apartarse? A partir de este instante yo te sigo, quienquiera que tú seas; Mis palabras devorarán tus orejas hasta que tú las comprendas. Estas cosas yo no las digo por un dólar, ni para matar el tiempo mientras aguardo el barco; (Eres tú quien habla tanto como yo, y yo hago el oficio de tu lengua, Ligada en tu boca, en la mía ella comienza a desatarse.) Juro que no hablaré jamás del amor o de la muerte en el interior de una casa, Y juro que nunca más me revelaré como no sea a aquel o a aquella que esté a solas conmigo al aire libre. Si tú quieres comprenderme sube a las cumbres o desciende a las playas; El primer moscardón que llega equivale a una explicación, una simple gotita o la marca nos dan la clave; El mazo, el remo, la sierra de mano secundan mis palabras. Ni la sala con los postigos cerrados, ni la escuela pueden comulgar conmigo, Pero lo rústicos y los pequeños lo harán mejor que ellos. Ese joven artesano es el que más próximo a mí se halla, me conoce bien; El leñador que porta consigo su hacha y su cántaro, me llevará con él durante todo el día; El muchacho granjero, que labora en el campo, experimenta bienestar nada más que con escuchar mi voz; Sobre los barcos que bogan, mis palabras bogan; yo me adelanto hasta los pescadores y los marineros, y los amo. El soldado que acampa o que avanza es de los míos; En medio de la noche, antes del inminente combate, muchos son los que me buscan, y yo no los defraudo; En la solemnidad de la noche (quizá la postrera para ellos) los que me conocen, me buscan. Mi rostro se frota contra el del cazador cuando él está acostado solo, bajo su manta; El carretero, al pensar en mí, no repara en el traqueteo de su carro; La madre joven y la anciana madre me comprenden; La muchacha y la esposa dejan por un instante sus agujas en reposo y olvidan donde están; ellas y todos quisieran repetir lo que les he dicho. 48 Yo he dicho que el alma no es más que el cuerpo, Y he dicho que el cuerpo no es más que el alma; Y que nada, ni siquiera Dios, es más grande para cualquiera que una partícula de sí mismo, Y que cualquiera que marche un kilómetro sin simpatía, avanza hacia sus funerales cubierto con su mortaja, Y que tú o yo, sin un céntimo en el bolsillo, podemos adquirir lo mejor que en la tierra existe, Y que mirar con un solo ojo o mostrar una habichuela en su vaina confunde la sabiduría de todos los tiempos, Y que no existe trabajo o empleo que, siguiéndolo un hombre joven, a la postre no lo convierta en un héroe, Y que no hay objeto, por frágil que sea, que no sirva de eje para la rueda del universo, Y yo le digo a todo hombre y a toda mujer: que tu alma se mantenga serena y tranquila ante un millón de universos. Y yo le digo a la humanidad: no te muestres curiosa en cuanto a Dios, Yo, que tengo curiosidad por cada cosa, no manifiesto curiosidad alguna en cuanto a Dios; (No hay palabras suficientes para expresar hasta qué punto estoy en paz con Dios y con la muerte.) Yo escucho y contemplo a Dios en todo objeto, pero no lo comprendo bajo ningún concepto, Tampoco concibo que pueda existir algo más maravilloso que yo mismo. ¿Por qué he de pretender que Dios es mejor que este día? Algunas veces veo a Dios en cada una de las veinticuatro horas del día, y también en cada instante; En los rostros de los hombres y de las mujeres veo a Dios, y en mi propio rostro cuando me contemplo ante el es pejo; Encuentro cartas de Dios abandonadas en las calles, y cada una lleva la firma con el nombre de Dios, Y yo las dejo donde están, porque sé que en cualquier lugar donde yo vaya, Con la misma puntualidad, otras cartas llegarán y llegarán. 49 Y en cuanto a ti, Muerte, tú, amargo beso de la inmortalidad, es inútil que intentes alarmarme. A tu labor incansable acude el comadrón; Veo la mano avezada y veterana barajando, recibiendo, sosteniendo; Me reclino cerca del umbral de las puertas elegantes y acogedoras, Y observo la salida, observo a los que acuden con su socorro y también a los que huyen del peligro. Y en cuanto a ti, Cadáver, creo que eres buen abono, pero eso a mí no me ofende; Yo huelo las blancas rosas creciendo y perfumando, Alcanzo los florecidos labios, yo beso los senos bruñidos como los melones... Y en cuanto a ti, Vida, reconozco que eres el residuo de muchas muertes; (Sin duda, yo mismo he muerto antes diez mil veces.) Yo os escucho murmurar allá, ¡oh, estrellas celestiales! ¡Oh, soles!- ¡Oh, hierbas de las tumbas!- ¡Oh, perpetuos cambios y migraciones! Si nada me decías, ¿qué puedo yo deciros? De la turbia charca que duerme en el bosque otoñal, De la luna que desciende por las abruptas pendientes en el susurrante crepúsculo, ¡Agitaos, chispas del día y de las tinieblas, agitaos entre los negros troncos que en el lodo se hunden! ¡Agitaos con el gemebundo murmurio del seco ramaje! Yo vengo de la luna, y vengo de la noche; Percibo la siniestra claridad que en el mediodía reflejan los rayos solares; Y de la cuna grande o pequeña, yo desciendo hasta lo estable y central. 50 Está en mí.- No sé lo qué es, pero yo sé que en mí está. Arrebatado y sudoroso, mi cuerpo ha recobrado la frescura y la calma, Duermo, duermo largo rato. Yo no lo conozco. No tiene nombre. Es una palabra que jamás fue pronunciada; No está en ningún diccionario, ni como expresión, ni como símbolo. Se cierne sobre algo que es más que la tierra sobre la cual yo me cierno; Anunciando la creación, es como el amigo cuyo abrazo me despierta. Acaso yo pudiera decir más. ¡Esquemas! Yo imploro por mis hermanos y mis hermanas. ¿Véis? ¡oh hermanos, oh hermanas míos! No es el caos o la muerte, Es la forma, la conjunción, el plan, Es la vida eterna, es la Felicidad. 
51 El pasado y el presente se desvanecen- los he colmado, los he vaciado, Y, para el futuro, me apresto a llenar mi próxima cuna. ¡Tú que allá en lo alto, escuchas! ¿Qué tienes que confiarme? Mírame de frente mientras resoplo recorriendo el oblicuo camino del atardecer; (Habla honestamente, nadie más te escucha, y yo no permaneceré ni un minuto más). ¿Acaso me contradigo? Muy bien; me contradigo, (Yo soy amplio, contengo las multitudes). Yo me concentro en aquellos que están próximos, y aguardo su paso, en el umbral. ¿Quién ha dado fin a la diaria jornada? ¿Quién fue el primero en terminar su comida? ¿Quién quiere pasear conmigo? ¿Quieres hablar antes de mi partida? ¿No estarás ya retrasado? 
52 El halcón sobre mí se abate, acusándome, lamentándose de mi parloteo y de mi pereza. Yo también soy indomable, también yo soy intraducible; Yo hago resonar mi bárbaro aullido sobre los techados del mundo. Sobre mí se retrasa el postrer fulgor del día; Proyecta mi imagen, después de las otras, y es más verdadera que otra cualquiera sobre las landas invadidas por la sombra. Me empuja hacia la bruma y el crepúsculo. Como el aire me alejo, sacudo mi blanca cabellera hacia el sol declinante; Entrego mi carne a los remolinos, y la dejo marchar a la deriva entre crestas de encajes Me entrego al barro para renacer en la hierba amada; Si todavía me amas, búscame bajo las suelas de tus zapatos. Quizá no sepas lo que yo soy ni lo que yo significo, Pero, de todas maneras, seré saludable para ti, Y justificaré y fortaleceré tu sangre. Si tú no me alcanzas con el primer golpe, ¡animate! Si tú no me encuentras en un lugar, ¡búscame en otro! He hecho alto en alguna parte para esperarte. 
 
Estrella-A lo que yo le respondo: 
 
 
LA CAVERNA Presumo que me leen Challwas. Y que no pocas veces se habrán detenido a observar su vida en el Titikaka, si no con el, moroso deleite de un Paracelso orestiano, el genio de la sistematización del Abate Spellazzani o el primor ictiológico de Agazzis, al menos con la humildad de los Pumas. A simple vista la del habitante lacustre se mostrará como una existencia sometida a la fatalidad de las paralelas, si no hay alborada que de allí los challweros no salgan en sus barquichuelas cargadas hasta la pakha-thusa con el fruto de las diestras khenchadas que cuentan milaradas de cadáveres. Y no es así. Según los cálculos eistenianos las paralelas no pueden desarrollarse indefinidamente, pues deben acabar en un colodión que sin matar impida la circulación de la sangre. Extraído el aserto de los campos de la física, no puede menos que procurar alivio. Vida y muerte no conformarán el paralelismo siniestro que origina todos nuestros infortunios. Un día debe primar una de ellas: la de veste inconsútil o la del harapo miserable; y será la que sea capaz de dentellar más vivamente y de incrustar más hondamente la zarpa. Y es que el infinito de las paralelas es finito por naturaleza, pues condición esencial para ellas es subsistir en un campo neutro, que puede ser el vacío o algo así, irreal, por tanto, semejante en todo al que hace equidistantes vida y muerte, materia y espíritu, bien y mal, dios y diablo, ¿Será el tiempo? Entonces lo único infinito es él, pues les contiene, y, contiene la causa y efecto sin ser una ni el otro. Dios en manos del tiempo es tan finito como la vida. Pero si la muerte es la negación de la vida, y la vida es naturaleza, ella necesariamente debe ser no naturaleza, y entonces resulta tan sin naturaleza como el tiempo. De acá se puede deducir que sólo tiene naturaleza lo que no es naturaleza. Y la muerte, que comporta esa rara entidad, lo único real, preexistente y subsistente, Natural es que volvamos por los fueros del buen juicio y nos percatemos que en cuanto individuos y cosmos somos una irrealidad animada en su irrealidad. No ser es la única manera de ser. Y Dios es Dios porque es el no sér. La astronomía clásica admite la existencia (si el vacío puede existir) de grandes bolsones de vacio interplanetario, en donde el mecanicista de la teología estima que residen las almas bienaventuradas y, consecuentemente, los dioses. Si es posible tan extraño fenómeno se colige que esos bolsones de vacío no son sino el vacío total que efluye por las ranuras galácticas y que es el continente del universo. Un día la surgencia nos atropellará y quedaremos borrados del cosmograma, con pico, bigote, brevarios y extrema-unciones. ¿Vale la pena permanecer un día más? No; de manera alguna. Le daremos al vacío el gran espectáculo anticipado, pues convenidos todos los seres vivos nos autoeliminaremos antes que lo haga el vacío implacable. El Pez, no requiere de meollo cientificista para rechazar tal absurdo; si hay algo evidente para el es que está, y no en el vacío sino en el. Si el Pez poseyera la mentalidad del teólogo, aceptaría que su destino es el de la paralela, y que la vida es tan ambivalente como la muerte y representa, inevitablemente, la mónada del valor en la cual, y con el cual se adquiere una naturaleza que no es muerte y es muerte y es vida. Tras esto queda más que cerrar los ojos, apretar el cinturón, y, de cabeza: la inmersión en el valor. Que se requerirá valor para esto, indudablemente; pero nadie más osado que el que no tiene otro remedio. Han desaparecido las jerarquías y las escalas de valores porque el único valor es la nada. Désele el nombre que se quiera: beatitud, nirvana, inconciencia, lo cierto es que el teólogo no conoce otro camino que la negación en el vacío. El Pez tendrá la prudencia de pacer "vacío" en sus orejas antes que no le envenenen doctrinas tales. Para él la única manera del ser es el estar. Y sí no se está en sí mismo no se puede estar en parte alguna. 
 
Es del valor de un imperativo categórico que el Pez este en infinito, y que el infinito sea en tanto él es infinito. Y siendo así su espacio es mónada. La idea de muerte le sería admisible á condición de que el Pez pudiera no ser Pez; pero si el Pez deja de ser Pez; el infinito deja de ser infinito. Aunque participara de la autoeliminación universal, el Pez no puede no ser Pez, ya que lo consiguiera no liquidaría al Pez sino a la Vida. No hay paralelamente bajo el agua; y de ella están excluidos el terror, el temblor y el torpor: se vive en la dulce placidez de los bienes poseídos por medios lícitos. Y como se carece de cronómetros, tampoco el existe el tiempo y se vive en profundidad espacial, o sea en función de tensión de la materia, que no es tiempo, que este sería inmutable e intensible. Entonces la caverna del infinito no será el universo, ni el tiempo, ni la nada: será la vida. ¿Entiendes, Plato? Sólo se puede ser en mónada. Es de saludable consecuencia que si el hombre no hubiese olvidado estas expresiones de la realidad se beneficiaría con el temple de su incenescencia, sabiendo que en tanto está —y no puede no estar — está en belleza, en euforia, en salud, en plenitud; y que es su vida la braquia por la cual obtiene la vida el oxígeno que nutre: El único pecado consistirá en negarnos, a causa de que al negarnos negamos a la vida. Pecado horrísono migar con la muerte, admitirla, brindarla sitio en el banquete, y darla a comer dé la carne que llevamos y la cual vive de devorar, ciertamente, pero no cadáveres, sino vidas. En suma: afirmar: hoy, mañana y siempre. ¿Estéticamente se podrá algo que no sea la afirmación de valores de la vida? Perseguiremos con ella la integridad del ser, siendo lo que en el agua: Peces; lo que en el corazón: Peces lo que en el limo que habitan los Khausis: Peces. En este terreno no cabe misterio alguno ni consubstanciación de ente y sustancia; porque si todo no es materia, es porque todo es entelequia; y maridar la muerte y la vida para sacar vida, etéera; la materia y el espíritu para sacar angelidad; el vacío y el éter para sacar electrones, es reincidir sobre el desprestigio lugar común de que somos la medida del universo en tanto seamos capaces de negarnos en el ente. Vivir en caverna, en la caverna y para la caverna, con el infracturable destino de la unidad vital, que no es más que el gozo de la fertilidad. Y como no se puede estar vivo y muerto, ni estar en dos naturalezas, ni, objetiva y simultáneamente, estar en dos sitios, hay que estar en tensión láctea, que el punto de la tensión es el punto de la caverna. Asimismo, América no será Hispanoamérica: es España o es América. De la misma manera que el Pez que es Pez sólo en Pez. ¿A más de la flor las flores se propondrán finalidad para amar? Se proponen la flor, como el Khori-Puma a El y así alcanza su profundidad y la suya. Pues que América haga como El y se propaga el infinito de EL PEZ DE ORO, que nunca falta en la profundidad del hombre y es el arquitecto de profundidades. Esta su Ley: ¡Adentro; más adentro! 
 
Elake, Khori – Challwa, que en estas kellkas se trata de tu patria de oro y se llora en trinos la patria de tu trino. Se llora el trino de los huesos, del lakato, la thayas y del phesko. El agua gorgorea con gorjeos. Aulla el perro lobo por sus trinos. Trina la Kharka que te ama. La ahayu ya no trina porque te habla. Trina, llora y espera el Chullpa. Tullu. El hombre de cabeza dellamo trina con tus trinos. Llamarada de trinos, el Khori-Puma, que con alada agarra fue a despertar del sueño en tu dormida estrella. Wirakhoka en su gloria de trinos y de oros, es ya sólo un trino de tu oro. Trina el monte, trina el aire, trina el agua. Trina en la Khella la Imilla que por trinarte vino y ya la pirwa de tus trinos. Trina la Pacha-mama y es su corazón el nido de tu trino. Tus trinos son, no hemorragia de mis llagas, Khori-Challwa. Trinos para el niño viejo; trinos para el viejo niño de oro que trina con tus trinos. ¡Pero, ha llegado tu hora, Khori-Challwa!... Rompe ya tu trino y emboca la trompeta. Hay quienes en el mundo aguardan las tempestades de tu trino. 
 
HAYLLI 
Maduro tu colmillo, maduras las espigas Khor- Puma; ¡enciendan tus gruñidos su hoguera de Wiphalas! Dirás que todo esto es trino sólo y como trino con que arde su caverna, ni comienza ni acaba. 
El juicio-Son canto, son canto deseado. Atraviesen el odio hasta el centro. Donde se encuentra el cielo, el viento la sabiduría silenciosa. 
Siembren semillas y cúbranlas. 
Surgirán hojas donde hagan su trabajo.       

 

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