domingo, 13 de octubre de 2024

¿Dios estornuda?

 

¿Dios estornuda?

Condensación  y desplazamiento V 

Si tu fondo es el fondo de Dios

El corazón y la mente de este hombre en la penumbra en cualquier lugar para mí el más familiar -desde hace mucho ¡maravilloso misteriof-, ni yo ni otro.

 

 

 

Vinieron. Ellos tenían la biblia y nosotros teníamos  la tierra . Y nos dijeron cierren los ojos y recen y cuando abrimos los ojos ellos tenían la tierra y nosotros teníamos la biblia.

 

Eduardo Galeano.  

 

Pues lo que nos toca es abrir la biblia ¿Para qué? ¿Para seguir robando tierras? O para alcanzar la tierra nueva que ellos no pudieron alcanzar porque se quedaron con la nuestra.   

 

 

Para que más versos, esto nunca será un poema.

 

 Quizás para recordar que en el fondo siempre lo es. Aunque ese fondo nunca pueda ser expresado. 

 

 

 

*Limitaciones de la ciencia*: La ciencia se enfoca en explicar los fenómenos naturales a través de leyes y principios naturales. Sin embargo, sobre quién creó el mundo y a los humanos es una pregunta que va más allá de la ciencia y entra en el ámbito de la filosofía y la religión.

2*Misterio y complejidad*

 

La ciencia no parara hasta encontrar la verdad porque ciencia no es otra cosa que el conocimiento de la verdad el problema es que nosotros comprendemos la ciencia desde positivismos fenomenológicos, mas si la ciencia se atreve a encarar la contradicción del fenómeno con la conciencia que da cuenta de él , tendrá que entrar al territorio especulativo del espíritu buscando ya no conocer la apariencia sino lo que hay realmente.

 

GERARDO MOSQUERA Y LOS GHETTOS DEL ARTE CONTEMPORANEO

Estamos rompiendo con ese esquema de herencia Colonial, encasillado sobre la legitimacion y la difusion del arte. Ahora mismo estamos asistiendo a una ruptura del canon de lo que llamamos arte contemporaneo. Las dos ultima bienales de Sao Paulo, las dos ultimas bienales de Venecia, la ultima Documenta, han mostrado un arte que antes estaba condenado a ghettos con escasa difusión. El arte indigena, el arte de las comunidades afrodesendientes, el arte primitivo, el arte intuitivo, el arte que desafía el canon pos minimalista, pos conceptual. Hoy vemos practicas más simbolicas, mas fantásticas más heterodoxas.

Alfredo Márquez

Personalmente, gracias a la participación del joven Taller NN en la III Bienal de la Havana, que tuvo en Gerardo Mosquera a uno de sus convocantes desde las ideas y que tenía el soporte institucional del estado cubano a través del Centro de Arte Contemporáneo Wifrido Lam, personalmente decía, me tocó ver en 1989 en esa exposición y en ese evento en Cuba, esa voluntad política de ser y hacer visible las manifestaciones desde el arte y las culturas populares de los invisibles del mundo. Esas prácticas más simbólicas a las que hace referencia Mosquera, son las que proceden desde los explotados del mundo. Sin embargo considero que esa ruptura con la herencia colonial se está dando y brotará creativamente de la resistencia activa a las actuales políticas genocidas de los centros hegemónicos del poder. Eso que siempre está sucediendo le toma tiempo a los centros de visibilización del poder simbólico en siquiera reconocer. New York y Madrid no están muy enterados por obvios intereses de aquello.

 

 

A mi lo que me preocupa es cuando van a entrar en dialogo estas practicas simbólicas, al punto de reconstruir el poder porque sino simplemente o son apropiadas por el sistema o son descartas, no se muy bien donde esta la novedad cada cuanto el sistema abres sus puertas para ver con que renueva su menú. 

 

 

 

 

El marxismo es una filosofía para fracasados

Edson García Salinas

 

 

Si por supuesto para comprender el fracaso del sistema capitalista, pero si la hubieran leído antes los capitalistas no fracasarían. 

 

 

Carlos Enrique Cardona Fadul

Christian Franco Rodriguez y… cuáles son los éxitos del comunismo? El capitalismo no ha fracasado. Mire los países europeos y a Estados Unidos y sus logros económicos y y sociales a pesar de las dificultades que por supuesto hay. . Enumere uno tan sólo del comunismo, insisto SOLO U NO

 

 

Dany Reiki Terapias Holisticas

Carlos Enrique Cardona Fadul logros sociales y económicos ????? 23 personas son dueñas del 85% de las riquezas del Mundo. Cuál es el éxito?

 

 

 

Christian Franco Rodriguez

Carlos Enrique Cardona Fadul Comprender al comunismo como un sistema creo que puede ser un error así como Hegel plantea el absoluto desde el proceso espiritual de la autoconciencia Marx plantea una experiencia pura aunque sin la conciencia de Hegel y es que Marx no se centra en la propuesta comunista y su desarrollo sino en el análisis del capitalismo pero no desde una ciencia fenómenica sino desde la contradicción del fenómeno y quien lo enuncia, así podemos descubrir la apropiación del capital del trabajo y si en Hegel la libertad era la liberación de toda idea en la que estemos subsumidos en Marx la libertad pasa por liberarnos de esa apropiación esa libertad es el comunismo. ¿Y entonces el comunismo no existe? Eso es preguntar si hay un trabajo que no es apropiado por el capital, uno podría decir todo trabajo ene l que prime el valor de uso al valor de cambio pero esa no seria una respuesta valida porque de lo que se trata es de atravesar el capital y liberarnos de el atravesándolo ¿Se ha logrado esto? Y la respuesta es si pero como un acontecer, igual que en Hegel e igual que en el Reino de Cristo, esto acontece y es hermoso pero luego nos volvemos a subsumir , volvemos a ser enajenados, apropiados o aun peor nosotros apropiarnos de los otros, pero no creo que el problema sea el comunismo, o el idealismo absoluto , o el reino de Dios o el nirvana comprendido como experiencia pura por la escuela de Kioto, el problema esta en la misma libertad, así es la libertad no se la puede dar por sentada, uno se libera todos los días y es porque todo los dias intentaran subsumirte , apropiarte.

 

«El agua no moja al agua, e! fuego no quema al fuego» . He aquí el significado central de la vacuidad. El agua hasta e! punto de no poder mojar, no es agua; el fuego que no puede quemar, no es fuego. Sin embargo, decir que el agua no se moja a sí misma, no significa que no sea, en efecto, agua, sino completamente al contrario, significa que el hecho de que e! agua sea realmente agua es la Forma real de la propia agua. La vacuidad es la forma real de la realidad. La Forma real como tal es sin Forma. Sólo en esta no-Forma un hecho llega a manifestarse como tal. Esto es lo que Vimalakirti tenía en mente cuando decía: «Mi enfermedad no tiene forma y es invisible»

 

En el budismo hay un método de meditación conocido como la «contemplación del rostro de la muerte». (En sus estadios primitivos el cristianismo había tenido algo similar.) Los artistas japoneses han pintado a menudo este tema retratando una calavera yacente en las estepas de hierba. El gran poeta Bash6 presenta uno de sus haikus con el comentario: En la casa de Honma Shume, en la pared de su escenario Noh, cuelga una pintura: un cuadro de esqueletos con flautas y tambores. A decir verdad, ¿puede el rostro de la vida ser otra cosa que eso? Y aquel antiguo relato acerca del hombre que usaba una calavera como almohada y, al final, era incapaz de distinguir el sueño de la realidad, aquél, también nos dice algo sobre la vida. Su haiku sigue: Destellos de relámpagos - muy cerca de mi cara, ¡la hierba de la estepa! Bash6, en una ocasión, en el curso de sus viajes, se vio obligado a pasar la noche a la intemperie. El destello repentino de un relámpago en la oscuridad le mostró que estaba acostado en un prado, con la hierba de la estepa junto a su cara. La tradición budista de la contemplación del rostro de la muerte, y la frecuencia del tema en el arte, le debieron llevar a componer el poema. Sin embargo, hay algo nuevo en él. Un hombre vivo se experimenta a sí mismo como vivo en la imagen de la calavera sobre la hierba de la estepa. El dicho zen «calaveras por todo el campo» apunta a algo más que a un simple prado. Imagínese Ginza o Broadway: tarde o temprano, llegará el momento en que se convertirán en prados cubiertos de hierba. Al salir del Templo, le dijo uno de sus discípulos: «Maestro, mira qué piedras y qué construcciones». Jesús les dijo: «¿Veis estas grandiosas construcciones? No quedará piedra sobre piedra que no sea derruida» (Mc 13, 1-2) . En realidad no es necesario que las construcciones sean derribadas o echadas a perder. Puede verse Ginza en toda su magnificencia como un campo de hierba de la estepa o puede verse como si tuviera una doble exposición. Pues en verdad, la realidad misma está doblemente estratificada. De aquí a cientos de años, ninguno de los que en este momento caminan por Ginza estará vivo, ni los jóvenes ni los viejos, ni los hombres, ni las mujeres. Como reza el viejo dicho: «Con un único pensamiento, diez mil años. Y con diez mil años, un único pensamiento». En el destello de un relámpago ante la visión de la mente, lo que será real de aquí a cien años, ya es una realidad hoy. Podemos contemplar a los vivos, como aquellos que caminan rebosantes de salud por Ginza, y ver, con la doble exposición, un retrato de la muerte. Las líneas de Basho también tratan de Ginza. Entre los poetas modernos occidentales también puede encontrarse una doble visión de este tipo. T. S. Eliot escribe en The Wasteland [La tierra baldía] : Ciudad irreal, bajo la niebla parda de un amanecer de invierno, una multitud fiuia por el Puente de Londres, tantos, no creía que la muerte hubiera deshecho a tantos. La última línea está tomada de la procesión de los muertos del Inferno  de Dante, que en la visión de Eliot se transforma en corrientes humanas que desbordan el Puente de Londres. El Londres real se descubre irreal ante sus ojos, como muerto (Eliot, en la sección que cierra The Wasteland, también vuelve su doble lente hacia la historia. Centros del desarrollo de la cultura occidental como Jerusalén, Atenas, Alejandría y Viena son contemplados como irreales). Esta doble exposición es la visión verdadera de la realidad. La realidad misma la requiere. El espíritu, la personalidad, la vida y cualquier asunto se unen en ella y dejan de estar separados. Aparecen como los diversos planos de un solo sujeto, cada uno de ellos pertenece a la realidad pero la realidad fundamental es su superposición en un todo único que admite ser representado estrato por estrato. No es como si sólo una de las representaciones fuese verdadera y por eso todas las demás pudieran reducirse a ella. La realidad elude todo intento de reducción. En el mismo sentido, el aspecto de la vida y el de la muerte son igualmente reales, y la realidad es aquello que aparece ahora como vida ahora como muerte. Es ambas, la vida y la muerte y, al mismo tiempo, no es ni la vida ni la muerte. Es lo que llamamos la no-dualidad de vida y muerte. 

 

Habéis oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo. Pues yo os digo: Amad a vuestros enemigos y rogad por los que os persigan, para que seáis hijos de vuestro Padre celestial, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y llover sobre justos e injustos. Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa vais a tener? ¿No hacen eso mismo también los publicanos? y si no saludáis más que a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de particular? ¿No hacen eso mismo también los gentiles? Vosotros, pues, sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial (Mt 5, 43-48). Hay dos aspectos a destacar de este pasaje. El primero es el mandato de amar a los enemigos tanto como a los amigos, presentado como la manera de llegar a ser tan perfectos como Dios. En el budismo se conoce como «el amor indiferenciador entre enemistad y amistad». El segundo aspecto es el ejemplo citado como perfección: que Dios haga salir el sol sobre buenos y malos, y a la lluvia caer sobre justos e injustos. Este fenómeno es similar al que me referí antes como indiferencia de la naturaleza, salvo que aquÍ no es una indiferencia fría e insensible, sino de amor. Es un amor indiferenciador que trasciende las distinciones que hace el hombre entre el bien y el mal, lo justo y lo injusto. La indiferencia de la naturaleza lo reduce todo al nivel de la abstracción superior del común denominador, sea un hecho o un elemento 6- sico determinado. La indiferenciación del amor, por el contrario, abraza  a todas las cosas en una forma más concreta, por ejemplo, a los hombres buenos y malos, y acepta las diferencias como tales. ¿Qué es este amor indiferenciador, este agapé, que ama incluso a los enemigos? En una palabra: el «vaciarse uno mismo». En el caso de Cristo significa que adopta la forma de hombre y se convierte en un siervo, de acuerdo con la voluntad de Dios, que es el origen de la ekkenosis o el «vaciarse» de Cristo. El amor de Dios es tal, que se muestra con la voluntad de perdonar incluso al pecador que se ha vuelto en su contra y este amor que perdona es una expresión de la perfección de Dios, que acepta sin distinción tanto lo malo como lo bueno. De acuerdo con esto, puede decirse que el significado de autovaciamiento está contenido en el interior de Dios mismo. En Cristo, la ekkenosis se realiza en el hecho de quien tenía la forma de Dios y tomó la de un siervo; en Dios está implícita en su perfección original. Es decir, el hecho propio del ser divino de Dios encierra esencialmente la característica de «haberse vaciado». En Cristo nos referimos a una acción que ha sido cumplida; en Dios a una naturaleza original. Lo que es ekkenosis para el Hijo es kenosis para el Padre. En Oriente, esto se llamaría anatman, o no-yo

 

Empecemos con una mirada al pensamiento del Maestro Eckhart, quien ofrece el ejemplo más radical de la teología negativa. Eckhart es bien conocido por su distinción entre Dios (Gott) y la deidad (Gottheit), que él llama la «esencia de Dios». Por supuesto, a pesar de esta terminología, no pensaba en dos dioses. Deidad quiere decir «Dios en sí mismo», al que Eckhart considera como nada absolutal7• Para Eckhart, la nada absoluta se refiere al lugar en que todos los modos de ser son trascendidos, no únicamente los diversos modos de los seres creados sino también los del ser divino, como Creador o Amor Divino. Dice que e! Creador es la forma de Dios revelada a las criaturas y contemplada desde e! punto de vista de las criaturas y, como tal, no puede tomarse como Dios en sí mismo, como esencia de Dios. y sucede lo mismo cuando se dice de Dios que es Amor o Bondad. La esencia de Dios, inefable desde cualquier modo de ser (y desde cualquier forma), sólo puede ser expresada como nada absoluta. (Hablando con propiedad, incluso referirse a «esencia» resulta ya inadecuado.) Ahora bien, al decir que el hombre ha sido creado a imagen de Dios se incluye a la deidad de la nada absoluta. Se dice que el hombre llega a ser «hijo de Dios» cuando la imagen de Dios es activa en e! alma humana, a través de la acción del Espíritu Santo. Eckhart lo llama «e! nacimiento de Dios en el alma». La encarnación de Dios en Cristo representa, como hecho histórico, el «nacimiento de Dios» en el mundo de los hombres. Eckhart lleva este hecho al interior del alma humana. Cuando un ser humano llega a ser así la viva imagen de Dios, se revela en el interior de su alma un camino que conduce a la esencia de Dios, porque e! Dios que nace en su interior -Cristo vivo en el interior de su alma- no incluye sólo al Dios pleno de la Trinidad, sino también a la deidad. Para el alma, ascender por e! camino que le ha sido revelado supone penetrar, paso a paso, en e! interior profundo de Dios y, finalmente, alcanzar la unión con él. Esta unión a la que nos referimos no es la simple aproximación de dos objetos desde direcciones opuestas, que se encuentran y se unen. Todo el proceso significa más bien que desde lo más profundo de la propia alma, el elemento del yo es atravesado, una y otra vez. El nacimiento de Dios en e! alma ya presenta una descomposición de la egoidad o voluntad del yo, o de! modo de ser egocéntrico del alma;  pero es sólo el primer paso. El alma avanza en la revelación de las profundidades de Dios, al disolverse en lo más hondo de su propio interior, al penetrar en el Dios que ha nacido en su interior. Aun al hacerlo, el alma regresa cada vez más profundamente a sí misma y llega a ser ella misma cada vez de forma más verdadera. Eckhart lo concibe como el «atravesar (Durchbruch) del alma en Dios» con su consumación última en el llegar a la esencia de Dios, la nada absoluta, un lugar en el que ni una sola cosa permanece. Llama a ese lugar el «desierto» de la deidad. El alma ahí está completamente privada de la egoidad. Es el fundamento último del alma, su «fondo sin fondo». A pesar de que esto indica el lugar en el cual el alma puede volver a ser sí misma por primera vez, al mismo tiempo, es el lugar en el que Dios es en sí mismo. Es el fundamento de Dios: «Así como Dios me atraviesa, a la vez, yo le atravieso. Dios conduce a este espíritu a un desierto y a la unidad de sí mismo, allí donde es un puro Uno que brota de sí mismo,)IB. En realidad, aquÍ ya no se puede hablar de unión. De hecho, el mismo Eckhart recalca que la cuestión no es estar unido a Dios (Deo unitum esse) , sino ser uno con Dios (unum esse cum Deo). Esto es, si se quiere, la propia identidad del alma es autoidéntica a la autoidentidad de Dios. Esto lleva al alma al desierto de la muerte absoluta y, al mismo tiempo, le revela una fuente de vida absoluta «que brota en su interio[» . Es una fuente de la vida eterna de Dios y, a la vez, del alma; en ella, Dios y el alma son un solo «puro Uno,) vivo. En otra parte, Eckhart se expresa en estos térmJ.nos: «El fondo de Dios es mi fondo, y mi fondo es el fondo de Dios [ ... ] Aquí vivo de lo mío, como Dios vive de lo suyo [ . . . ]. El ojo con que veo a Dios es el ojo con que Dios me ve,)19. La originalidad del pensamiento de Eckhart nos sugiere varias consideraciones. La primera es que sitúa la esencia de Dios en un lugar más allá del Dios personal, que queda en suspenso para los seres creados. La segunda es que esta esencia de Dios, o deidad, es considerada una nada absoluta y, más aún, se convierte en el ámbito de nuestra muerte-en-Ia vida absoluta20• Y, tercera, el hombre tan sólo puede ser sí mismo verdaderamente en la deidad y, la consumación de la libertad y la independencia del hombre en la subjetividad, tan sólo puede ser efectiva en la manifestación de la nada absoluta. Por supuesto, no me refiero a la egoidad subjetiva, justo al contrario, es la subjetividad que acontece con la muerte absoluta del yo (que Eckhart   llama «ser separado»21, Abgeschiedenheit) y la pura unidad con Dios. Este enlace puro indica el carácter total no objetivo de esta unidad. Para Eckhart, incluso la unío mystíca, contemplada tradicionalmente como el estadio final de perfección en la experiencia nústica y adoptada para representar la unión con Dios (Deo unítum esse) , todavía considera al ser de Dios como un objeto con el que unirse. Detrás de estas presuposiciones se oculta el dualismo de sujeto y objeto. La perfecta consecución de la unión mística todavía no está del todo libre de la envoltura que ha roto al abrir; no es aún un signo de un regreso al yo y un despertar a su verdadera naturaleza; sólo puede tener lugar al perderse en Dios, en un Uno absoluto.

 

Por tanto, el propósito de la subjetividad en Eckhart necesita de la distinción entre Dios y deidad. El fundamento de la subjetividad sólo puede hallarse donde se alcanza la nada absoluta de la deidad, más allá de Dios, en el ámbito del «yo soy increado», en el cual, nos dice Eckhart, el sí mismo ha sido situado eternamente desde antes de la creación del mundo, permaneciendo en la deidad ya antes de que Dios pronunciara su Palabra. Más adelante considera que Dios en ese fundamento se descubre a través del alma más esencialmente, y que el alma da testimonio de Dios en tanto que presente en el Dasein del alma misma.

 

Lo dicho no debe hacernos suponer que Eckhart consideraba la nada absoluta y el «yo soy increado» como un país de ensueños alejado de la realidad, o un autoenclaustrarniento embriagador de lo real. De hecho, prevenía fervientemente contra esas tendencias y elogiaba las actividades prácticas de la vida cotidiana. Eckhart insiste en que a pesar de que se llame nada absoluta al ámbito de la deidad, requiere que se viva justo en la inmediatez de la vida cotidiana en la que se revela. Además, aunque se /refiere al fundamento como «yo soy increado» y fuente de la vida eterna, no significa que deba verse al margen del yo creado y de la vida temporal. En el «yo soy» , la creaturalidad y la increaturalidad, subjetivamente son una; en la vida, lo eterno y lo temporal son un uno vivo. Tampoco «el permanecer en la deidad» debe interpretarse como la contemplación de Dios, ya que está por encima de toda comprensión intelectual, incluido el intelecto intuitivo, adecuado para la contemplación de Dios. Más bien, debe interpretarse como la realización (en el significado anfibológico al que nos referimos antes, como actualización y apropiación) de la nada de la deidad en la vida cotidiana. 

 

La clistinción entre Dios y la deidad, repitámoslo una vez más, es necesaria para abrir paso a la subjetividad. Eckhart escribe «Huí de Dios por amor a Dios». «Por eso rogamos a Dios que nos vacíe de Dios.» Huir de Dios por amor a Dios parece significar que el aquÍ y ahora del Dasein del hombre sólo puede ser portador del testimonio de Dios en su esencia, a través del encuentro verdadero del hombre consigo mismo en la nada de la deidad. Añade más adelante: En el atravesar, sin embargo, en donde permanezco libre [ledig stehen] de mi propia voluntad y de la voluntad de Dios y de todas sus obras y de Dios mismo, entonces estoy por encima de todas las criaturas y no soy ni Dios ni criatura, soy más bien lo que fui y lo que seguiré siendo ahora y siempre• En este breve pensamiento, Eckhart pone claramente de relieve la confrontación entre la autonomía libre del hombre, o subjetividad, y Dios, la preocupación básica del existencialismo en nuestros días. Sin embargo, en Eckhart no encontramos el ateísmo de Nietzsche o el teísmo de Kierkegaard. Eckhart entiende, por encima del teísmo y el ateísmo, la nada de la deidad en el fundamento del Dios personal en el más acá, donde la autonomía del alma está firmemente arraigada en la identidad esencial con la esencia de Dios. Merece la pena ver de cerca la diferencia entre esta perspectiva y la del existencialismo ateo moderno. Como observamos antes, el cristianismo piensa en términos de una creatio ex nihilo por parte de un Dios que trasciende la nihilidad que forma el fundamento de las entidades que crea. El ateísmo existencialista añade la negación de la existencia de ese Dios, con lo que sustituye a Dios por la nihilidad, que al ser el campo del éxtasis de la propia existencia es percibida como el fundamento del propio sujeto. De este modo, la nihilidad de la creatio ex nihilo penetra por el lugar ocupado una vez por Dios, se ahonda en un abismo y, entonces, aparece como el fundamento de la subjetividad. Cabe decir que la nada de la deidad que Eckhart contempla en el fondo del propio Dios es aún más profunda que la que el existencialismo contemporáneo ha colocado en el lugar de Dios. Es más, parece que encontramos en Eckhart una visión más penetrante de la conciencia de la subjetividad en el hombre, como puede verse en su argumento de que la conciencia de la subjetividad surge de una negación absoluta que pasa  por una afIrmación absoluta. En Eckhart, la subjetividad del «yo soy increado» sólo aparece después de pasar a través de la negación total, o «ser separado» (Abgeschiedenheit) de la subjetividad del yo. Además, la subjetividad del «yo soy» increado no se considera algo aislado del «yo soy» de la criatura viva en el aquí y ahora. El «yo soy» sólo es posible como solo y único, y como tal se afirma absolutamente. La auténtica conciencia de la subjetividad, que Eckhart sitúa como una negación-en-la afirmación, una muerte-en-la vida, figura en el existencialismo contemporáneo sin pasar por la negación absoluta. La nihilidad aparece en el fundamento de la propia existencia y lo vuelve extático, pero este éxtasis ya no es la negación absoluta del ser, y, por lo tanto, la nada absoluta no se revela. Sartre, por ejemplo, considera a la existencia un proyecto extático constituido sobre la nihilidad, pero continúa entendiendo esa existencia como conciencia. Para él, la nihilidad no se da como el campo donde el ego consciente es negado o se niega a sí mismo. La propia afirmación del sujeto aparece en el lugar en que puede decirse que la propia existencia es elegida libremente y propuesta por el propio sí mismo frente a la nihilidad. Sin embargo, ya no es una afirmación del yo que ha sondeado la nihilidad en sus profundidades. En contraposición a esto, Nietzsche emprendía ya en El nacimiento de la tragedia una postura más allá del yo. El punto de vista de una negaciónen-la afirmación absoluta es bastante evidente en su pensamiento tardío. Sin embargo, esta afirmación absoluta, o Ja-sagen [decir sí] , viene a darse en cosas como la vida y la «voluntad de poder», por lo que precisamente en su caso no queda suficientemente claro hasta qué punto la recuperación de esa postura contiene el sentido de un despertar subjetivo en el que el yo llega a ser verdaderamente un sí mismo. De todas formas, Nietzsche no parece haber alcanzado el punto de vista de la nada absoluta de Eckhart, que adquiere su posición en la inmediatez de la vida cotidiana. Aquí podemos ver reflejada la diferencia entre una nihilidad que proclama que «Dios ha muerto» y la nada absoluta que llega a un lugar más allá incluso de Dios; o entre la vida que irrumpe en la nihilidad y brota a borbotones y la vida como muerte-enla vida absoluta. En suma, si el nihilum de la creatio ex nihilo (como negativo en relación a la existencia relativa de los seres creados) puede llamarse  el que toda existencia, incluida la subjetiva, se establece en lo que realmente es) puede llamarse   nada absoluta

 

 

 

 

 

entonces, quizás podríamos decir que la nihilidad del nihilismo de Nietzsche sería el de un punto de vista de la «nada relativamente absoluta». Sea como fuere, deberíamos vislumbrar la trascendencia del pensamiento de Eckhart en estas comparaciones apresuradas. No hay duda de que lo que quiso decir se aleja fuertemente de la fe cristiana ortodoxa y no es casual que en su propio tiempo fuera visto como hereje aun a pesar de su considerable influencia. En mi opinión, al haberse convertido la subjetividad humana y su enfrentamiento con Dios en problemas importantes de nuestra época, el pensamiento del Maestro Eckhart merece una reconsideración seria.

 

Más el problema es ¿Cómo alcanzar esta nada absoluta donde Dios no es Dios y en esa nada es Dios plenamente al punto de estornudar?       

 

El decamerón

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Sed como ratas

 

 

La respuesta está  en Cristo, él es el logos y como tal la nada absoluta pero descubrir esa  impersonalidad que fundamenta toda su personalidad  es una cuestión de ratas.

Es ese mamífero el más cercano a la  nada absoluta.

 

Así establecemos la nada relativa de un sujeto rata  que se sabe libre como Sartre

La nada de Nietzsche de una súper rata donde la naturaleza nos traspasa

La nada de Buda donde la naturaleza misma se desintegra

Y  la nada de Cristo que nos convierte al ser pleno divino.

    1(la imagen de Dios se desplaza en Cristo)→0 (nada absoluta)→10(integración en Cristo con Dios) 

 

Achus

 

Noventa y un años que mi carne y mis huesos se unieron; y esta medianoche, como siempre, yaciendo en las fuentes amarillas

 

Y muchos de los samaritanos de aquella ciudad creyeron en él por la palabra de la mujer, que daba testimonio diciendo: Me dijo todo lo que he hecho.
40Entonces vinieron los samaritanos a él y le rogaron que se quedase con ellos; y se quedó allí dos días.
41Y creyeron muchos más por la palabra de él,
42y decían a la mujer: Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo.

 


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