sábado, 1 de junio de 2024

¿Qué es el ser?

 

¿Qué  es el ser?

Ser es el más general de los términos. Con la palabra «ser» se intenta abarcar el ámbito de lo real en sentido ontológico general, esto es, la realidad por antonomasia, en su sentido más amplio: «realidad radical». El Ser es, por lo tanto, un trascendental, aquello que trasciende y rebasa todos los entes sin ser él mismo un ente, es decir, sin que ningún ente, por muy amplio que sea y se presente, lo agote. Dicho de otro modo: el Ser desborda y supera dialécticamente el mundo de las formas, el mundus asdpectabilis, trasladándose en otro contexto, «más allá del horizonte de las formas», más allá de toda la "morfología cósmica".1

La pregunta por el ser no corresponde solamente a Occidente: ya los filósofos antiguos de China desarrollaron independientemente posiciones acerca del ser. Laozi en el siglo vi a. C. hace la distinción entre ser y no-ser. Luego, las escuelas neo-taoístas (Wang Bi, Guo Xiang, etc.) harán prevalecer el no-ser sobre el ser.

La tradición distingue dos tipos de enfoques distintos al concepto de ser:

Concepto unívoco de ser: «ser» es la característica más general de diferentes cosas (llamadas entes o entidades), aquello que sigue siendo igual a todos los entes, después de que se han eliminado todas las características individuales a los entes particulares, esto es: el hecho de que «sean», esto es, el hecho de que a todas ellas les corresponda «ser» (cfr. diferencia ontológica). Este concepto de «ser» es la base de la «metafísica de las esencias». Lo opuesto al «ser» viene a ser en este caso la «esencia», a la cual simplemente se le agrega la existencia. En cierto sentido no se diferencia ya mucho del concepto de la nada. Un ejemplo de ello lo dan ciertos textos de la filosofía temprana de Tomás de Aquino (De ente et essentia).

Concepto analógico del ser: el «ser» viene a ser aquello que se le puede atribuir a «todo», aunque de distintas maneras (analogía entis). El ser es aquello, en lo que los diferentes objetos coinciden y en lo que, a su vez, se distinguen. Este enfoque del ser es la base de una metafísica (dialéctica) del ser. El concepto opuesto a ser, es aquí la nada, ya que nada puede estar fuera del ser. La filosofía madura de Tomás de Aquino nos brinda un ejemplo de esta comprensión de «ser» (Summa theologica)

Concepto equivoco del ser: El ser llega al límite de toda concepción posible siendo el umbral  de la mística  "Ante lo que ya he visto, lo que he escrito me parece paja" o nos enfrenta a la deconstrucción de la realidad donde la definición se revela como arbitraria, siendo un proceso que va desde el problema de los universales con el nominalismo hasta la pos modernidad donde el concepto de ser adquirirá tantas definiciones y connotaciones que cuando Heidegger intenten clarificar su horizonte hermenéutico fracasara, vemos pues algunas de estas concepciones de Ser, comprendiendo que esto hace de la filosofía un lenguaje equivoco, es decir un lenguaje en constante reformulación y con pluralidad de sentidos.      

    

 

 

Esquemas filosóficos

 

 

Generalmente se ha considerado al término «ser» como un sinónimo de entidad o de ente, en tanto que sería una cosa que posee existencia y autonomía. Las anomalías del verbo «ser» fueron notados por los gramáticos de fines del siglo xvii y principios del siglo xviii, quienes determinaron que «ser» debe entenderse como infinitivo que expresa el acto de ser, y que diferenciaron de aquello que es, que llamaron «ente» a su vez el participio presente «ente» (en latín «ens»). Esta distinción se observó principalmente en el contexto académico.

·         Parménides lo describe como lo que hay o existe, en general. Todo lo opuesto a la nada

·         Según Platón es propiamente la idea, siendo esta: inmaterial, absoluta, perfecta, eterna e inmutable.

·         Según Aristóteles el ser como sustancia, compuesta de materia y forma; las cuales están unidas inseparablemente.

·         Según Martin Heidegger, esto es uno de los mayores errores en la historia de la Filosofía. En efecto, este filósofo define a la Metafísica como el olvido del ser.

 

Según nuestro Reflexión el ser existente inmanente es la cara negativa del ser, lo que concebimos como no ser y su cara postica sería el ser trascendente inamovible siendo el ser en sí mismo la comunión entre el ser trascendente y el no ser  inmanente comunión que solo puede ser indentificada con El Dios uno y trino en su comunión Santa.

 

·         Según Wang Bi, el no ser se identifica con el Tao, por lo que se lo considera el origen de todas las cosas, en particular el Ser.

·         Según Guo Xiang, el Ser no puede nunca transformarse en no-Ser, por lo que el Ser ha existido desde siempre. En este caso, se establece una distinción tajante entre ellos, al modo de Parménides.

·         Según Yehuda Ribco el Ser se encuentra compuesto por lo que en su tradición comprende la multidimensionalidad. Siendo el Ser compuesto por cinco planos en esta existencia (Físico, emocional, psicológico, social y el compuesto de todos: espiritual) Todos ellos con su vital importancia, es decir que si uno de ellos anda mal, los demás podrían entrar en conflicto.

Considerando los distintos puntos filosóficos, se puede observar cómo Aristóteles establece la base en el propio conocimiento, que al ser expresado, se organizan por predicados que se divulgan desde un sujeto con su significado propio como concepto por intuición de lo real, como un atributo del sujeto de la oración. Otras ideas entienden esto como que el ser se predica por analogía, siendo su predicación propia lo que le corresponde a la sustancia primera que únicamente puede realizar la función de sujeto de la oración y, secundariamente por analogía puede predicarse a los accidentes. Sustancia y accidentes constituyen los contenidos que se pueden predicar del ser, según las categorías.

Contrastes[editar]

Para comprender el concepto de ser es necesario contraponerlo con el concepto de ente (o cosa que es). En efecto, "ser es siempre el ser de un ente" (Cf. Ser y tiempo), pues no hay seres por sí solos, sino que el ser se da siempre en un ente que es. Pensemos, por ejemplo, que una persona (un ente) puede ser muchas cosas: puede ser un profesor, puede ser un sacerdote, puede ser un hijo... y todo se remite al mismo ente, por esto es que ser y ente no son lo mismo.

Entonces podemos concluir que ser hace referencia a los modos que tiene el ente de darse en el mundo.2​ De ahí que Aristóteles dijera en su Metafísica (Libro VII) que "ser se dice de muchas maneras".

 

Pero también podemos comprender siguiendo la filosofía oriental, que el ser en su no ser es un regresión al origen, una redención que transciende a este mundo.

Como una comunión entre este mundo y el otro donde se revela la unidad.

      0←1←0←→1→0→1 

 

Ser y categorías

 

 

En el libro VI de la MetafísicaAristóteles afirma que ser se dice de muchas maneras: se dice de acuerdo con las categorías (que son la entidad, el lugar, el tiempo, el padecimiento, entre otras), pero también se dice del accidente, del acto, de la potencia, de la verdad y de la falsedad (que vendría siendo no-ser) Entrando en el equívoco entre occidente y oriente, ya que en occidente el no ser tendría una connotación negativa  el oriente la conciencia del no ser nos libra de maía es decir de la ilusión de los sentidos.

Posteriormente, este filósofo va a considerar que debido a esa multiplicidad de sentidos, no se puede preguntar "¿qué es ser?", pues debemos precisar bien el término por el que preguntamos y, si hay una ciencia que estudie el ser, cuál es el objeto que estudia. Entonces, Aristóteles observa (Libro VII) que todos los sentidos en los que se dice ser están referidos a la sustancia, que es fundamento de todo. En efecto, de la substancia décimos que está en tal lugar, que tiene tal color, que padece tal cosa, y todo lo décimos que es o bien es una entidad o bien está referido directamente a ella. Por eso, Aristóteles propone que en vez de preguntarnos por qué es el ser, debemos preguntarnos por qué es la entidad.

 

Y al perder la pregunta por el ser, caemos desde la metafísica Aristotélica en el olvido del ser  

El término "olvido del ser" es usado por  Martin Heidegger para explicar que, en la historia de la metafísica posterior a Aristóteles, ser y entidad se confundieron, pues se los tomaba como sinónimos, por lo que, en efecto, el ser se olvidó. El problema de considerar al ser como una entidad más (o incluso como la entidad: como Dios) es que lo cosifica, esto es, se lo toma como una cosa, cuando el ser, precisamente, no es una cosa. Así pues, nunca se lo estudió correctamente, lo cual llevó a equívocos. Pensemos que, por ejemplo, el correr no es una cosa, sino una acción, y que sería muy equivocado tomarlo como una entidad. Lo mismo pasa con el ser.

Ahora si el Dasein se pregunta por el ser y su respuesta está  en la voluntad que se afirma en el vació, el sujeto responde a la pregunta por el ser en el espíritu absoluto como autoconciencia de su libertad, ambas concepciones  solo pueden ser reconciliadas en Dios, al cul se lo comprende ya no como la entidad suprema sino como el ser en sí y para sí mismo.

Esquemas lingüísticos

Ahora bien, ¿qué se debe entender entonces por ser? Ser es, ante todo, lo que se expresa mediante el modo infinitivo de un verbo; el verbo que designa aquello que hace que todas las cosas sean, y sean lo que son, pero él mismo, por ser infinito y no tener límites es un horizonte y en el fondo la unión de todos los horizontes hermenéuticos,  pero no es ningún ente, no es alguna cosa, aunque siempre se devela en la entidad  . Además, según el mismo Heidegger, ser es tiempo, precisamente porque las cosas que son no permanecen, sino que se dan en un horizonte temporal, así queda establecido el no ser siendo toda existencia una afirmación en el vacío pero esto no agota el sentido del ser que esta más allá de todo entendimiento y aun del mismo lenguaje en su trascendencia eterna y en su complementariedad eternidad-devenir,   solo quedando la transferencia del ser al no ser para ser   misterio pascual y la retransferencia del no ser al ser para no ser Misterio dharmico siendo esta la experiencia ontológico o experiencia cero, la cual es luego recreada simbólicamente por la religión, metafóricamente por el arte, conceptualmente por la filosofía , matemáticamente por la ciencia sin agotar jamás el sentido del ser y su revelación.

 

Dinámica de sistemas

Ser, desde el punto de vista de la dinámica de sistemas, es el objeto (del latín obiectus) con el potencial de evaluar ante transacciones de cargas entre el medio y el sistema para asentarse a sí mismo. Esta interacción puede realimentar la organización de tal manera que dota de capacidades auto-adaptativas al sistema hacia el equilibrio, asignándosele categoría de entre bueno y malo Teniendo así en una cibernética de primer orden el concepto relacionado a equilibrio que tenía en la filosofía clásica sobre todo en Parménides donde hablamos de un equilibrio total siendo el movimiento una falsedad, pero si nos acercamos a una cibernética de segundo orden como en filosofía con Hegel pasamos de Parménides a Heráclito del primer orden la segundo orden donde surge la autopoiesis, el ser puede ser considerado más bien cómo entropía como un no objetus que da cuenta del cambio de la alteración de todo sistema dándonos  morfogénesis, diferencias que no se adaptan al entorno pero que abren nuevas posibilidades de funcionamiento, ais mismo podríamos comprender desde una cibernética de tercer orden al ser como el campo ontológico con consciencia de sí mismo,  donde los sistemas se equilibran y alteran.

 

  Dijo Moisés a Elohim: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Elohy de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?. Y respondió Elohim a Moisés: Yo Soy el que Soy. Así dirás a los hijos de Israel: Yo Soy me envió a vosotros. Así dirás a los hijos de Israel: Yahveh, el Elohy de vuestro padres, de Abraham, de Isaac y de Jacob me envió a vosotros.

En la literatura griega helenística de la diáspora judía la frase Ehyeh asher ehyeh se tradujo al griego como Egō eimi ho ōn, « Ἐγώ εἰμι ὁ ὤν», «Yo soy El SER».

·         Éxodo 3:14 (Septuaginta): «Y Dios dijo a Moisés: Yo soy EL QUE ES (ho ōn): y él dijo: Así dirás a los hijos de Israel, EL QUE ES (ho ōn) me ha enviado a vosotros».3

·         Filón de Alejandría (Vida de Moisés, Vol. 1 :75). «Y Dios dijo, ‹Al principio, les dirá: Yo soy (egō eimi) El SER›, (ho ōn, nominativo de ontos) que, cuando ellos han aprendido que hay una diferencia entre El SER (ontos, genitivo de ho ōn) y que-que-no-es (mee ontos), que pueden ser enseñados, además, que no hay ningún nombre sea lo que correctamente se pueden asignar a Mí (ep' emou kuriologeitai), a quien (hoi) solamente (monoï) pertenece (prosesti) la existencia (to einai)».45

·         ho Ōn, «El que es» (I 75),

·         to Ōn, «el Ser que es» (II 67),

·         tou Ontos, «de Aquel que es» (II 99)

·         tou Ontos, «del Auto-Existente» (II 132)

·         to Ōn, «el Auto-Existente» (II 161)6

Nuevo Testamento[editar]

Este uso también se encuentra en el Nuevo Testamento:

·         Apocalipsis 1:8. «Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor Dios, el que ES (ho ōn) y que ERA (ho ēn) y que HA DE VENIR (ho erchomenos), el Todopoderoso (ho pantokrator)».7

·         Apocalipsis 4:8. «[...] Santo, santo, santo es el Señor Dios Todopoderoso, el que ERA (ho ēn), el que ES (ho ōn), y el que HA DE VENIR (ho erchomenos)».

·         Algunos grupos religiosos y teólogos consideran esta frase, o al menos el «Yo soy», como un nombre real de Dios, o en menor grado como el único nombre de Dios. Se puede encontrar en muchas listas de otros nombres comunes de Dios.

·         Como se mencionó anteriormente, en función de cómo se representa (un tema de mucho debate entre los historiadores), el nombre hebreo de Dios YHWH tiene cierta similitud con una forma arcaica de «Él es». En hebreo bíblico, ehyeh es la primera persona del singular imperfecto «ser». En otras religiones del mundo también la parte «YO SOY» es el nombre real de Dios.

·         La conceptualización de la omnipresencia del ser divino ha dado lugar a la consideración de la simplicidad. El concepto de perspectiva unificada del «Yo» combinado con la suposición de la omnipresencia crea una atmósfera en la que la unidad del ser y el yo divino se puede entender fácilmente.

·         Samuel Taylor Coleridge predicó gran parte del marco teórico de su Biographia Literaria en lo que él llama «el gran YO SOY» (es decir, Dios el Padre) y la «PALABRA filial [Cristo]» que «reafirmando la declaración de su padre» de eternidad a eternidad, cuyo eco coral es el Universo. «El argumento de Coleridge es que estas dos cosas juntas trabajan para crear las bases de todo significado, sobre todo significado poético y artístico».

·         El sabio de la India del Sur Ramana Maharshi menciona que en la escuela hindú Advaita Vedanta, de todas las definiciones de Dios, «ninguno está realmente tan bien expresada como la declaración bíblica ‹Yo soy el que soy›». Sostuvo que a pesar de escritura hindú contiene declaraciones similares en el Mahavakyas, estos no son tan directas como la que aparece en Éxodo.9​ Sri Nisargadatta Maharaj sostiene el «Yo Soy» como una abstracción en la mente del Estado sin estado, del Absoluto, o la Realidad Suprema, llamada Parabrahman: es la conciencia pura, antes de los pensamientos, libre de percepciones, asociaciones, recuerdos. Parabrahman es a menudo considerado como un término afín para el Ser Supremo en el hinduismo.

·         Victor P. Hamilton sugiere «algunas traducciones legítimas»: «[...] (1) Yo soy el que soy; (2) Yo soy el que yo era; (3) Yo soy el que seré; (4) Yo era quien soy; (5) Yo era quien yo era; (6) Yo era quien seré; (7) Voy a ser quien soy; (8) Seré quién yo era; (9) Yo seré quien yo seré».10

 

 

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